Había pasado bastante tiempo desde que Draken no visitaba el castillo, su larga travesía por el mundo se había demorado un poco más y ahora estaba ansioso de ver el estado actual de su hijo.
Draken estudio bien la sala donde se encontraba, una, a la que alguna vez llamó su hogar, y ahora parecía tan diferente. El lugar parecía más iluminado, hasta podría decir que se veía más alegre.
Los pasos de Chifuyu acercándose, lo hicieron girar a la entrada, preparando su mejor sonrisa para su amado hijo. Pero cuando este entró en el salón, la sonrisa del alfa se borro, y se encaminó rápido hasta el menor.
Chifuyu lucia radiante y estaba feliz de ver a su padre de vuelta, y aunque el estababa bastante ansioso por su reaccionó nunca espero ver a su padre tan sombrío. Aunque le causó cierta gracia.
— Dime, ¿qué ese alfa, no te hizo nada malo?
Chifuyu río.
— No, fue muy atento — respondió el omega, mientras acariciba su vientre abultado.
Draken suspiro aliviado y con una mirada sobre su hijo, preguntó si podía tocarlo, a lo que Chifuyu accedió.
— ¿Cómo te encuentras tu?
— Estoy bien padre. No tienes por qué preocuparte.
— ¿Eres feliz?
Draken miro a los ojos a su hijo. El alfa aún sentía algo de culpa, por haberlo sometido a ese compromiso.
— Fue una buena decisión — la respuesta rápida y clara de Chifuyu, le quitaron cientos de remordimientos de encima.
Cuando termino el celo de Baji, el solto toda esa armadura de hombre frío. Chifuyu estuvo unos días en cama, recuperándose y el alfa siempre estuvo atendiendo lo personalmente. Además cuando se enteraron del embarazo del omega. El alfa realizó un festín para todos, incluso para la servidumbre. Los ojos de Baji brillaban siempre que veía el avance del embarazo, lleno de ilusión. Incluso una noche viajo una larga distancia, para traer una fruta que al omega se le había antojado.
Draken estuvo complacido, al saber que Chifuyu tenia una vida plena y feliz. Con una alfa que lo adoraba y respetaba. Ahora realizaría sus viajes más tranquilo. El alfa mayor se retiro y menciono que regresaría para el nacimiento de su nieto, el heredero de todo el territorio del norte y oeste.
Chifuyu se encontraba tomando el sol, en el jardín del palacio, cuando fue llamado.
— Chifuyu — su nombre fue pronunciado, con una delicadeza y un toque de felicidad, que para el mencionado fue inevitable soltar una sonrisa.
Aun que al voltear su mirada, y ver el ligero entrecejo de su alfa, su sonrisa se borro.
— ¿Qué pasa?
— ¿Por qué sugieres que sucede algo?
— Luces algo tenso — Baji sonrió, y mirio directo al omega. Su mano también tamando la de su pareja.
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INFINITY
Fanfiction- Este amor nunca lo dejare morir. Nadie nos puede tocar, me gustaría verlos intentarlo. Soy un hombre loco por tu toque, creo he perdido el control Voy a hacer que esto dure para siempre. Y no me digas que es imposible, porque te amo hasta el infin...