Creo que te deseó.

46 7 1
                                    

Las visitas de Kazutora se hicieron más frecuentes que ya era reconocido por los sirvientes. Y su aroma ya no era el de un desconocido para Baji.

Chifuyu disfrutaba de la compañía de Kazutora que siempre tenia un tema nuevo que abordar. Su aura era tan refrescante que en ocasiones el omega dudaba que este fuera un alfa.

Ahora sentado en el patio del palacio Kazutora le mostraba una danza que solían realizar los humanos en momentos de celebración. Los movimientos del chico eran maravillosos, Chifuyu se encontraba hipnotizado por sus danza. Cuando por fin terminó el baile, los aplausos no se hicieron esperar y el alfa agradecía con una reverencia.

— A sido espléndido.

— Te lo agradezco, no es tan difícil. Podrías internarlo después conmigo.

Chifuyu negó con la cabeza.

— Imposible. Dudo que yo pueda realizar tales movimientos tan sutiles y llenos de encanto.

— Eres bueno peleando — el rubio vio confundido a su acompañante — solo imagina que es lo mismo, solo con el simple hecho de que no estás cargando una pesada arma.

— Aún así no veo motivo por el cual realizarla.

Kazutora río alegremente, moviendo su cabeza de lado a lado. La alegría que irradiaba contagiaba a Chifuyu.

— Simple, una baila por que es feliz.

Chifuyu se quedó quieto en su lugar, procesando las palabras de su amigo. El no se consideraba una persona que exterioriza lo que siente. El Simple hecho de pensarlo le ponía los pelos de punta.

— Creo que eso no es lo mío, te lo dejaré a ti.

Kazutora solo dio el tema por hecho y sin ganas de retirarse aun busco uno nuevo, su sonrisa ensanchandose cuando por fin a su mente llegó algo.

— ¿Cómo está Baji?

Chifuyu acepto el tema fácilmente, que el alfa preguntara por el suyo no era nada nuevo. De vez en cuando este lo hacía.

— Él está bien, supongo.

— ¿Supones?

Eso si había desconcertado al omega.

— ¿A donde quieres llegar?

— A ningún lado — Kazutora vacilo un momento — solo quería saber como va tu vida de casado.

— Va bien. — su respuesta salió natural, sin dudar o tomarse mucho tiempo.

— Enserió, eso me da gusto — su voz sono contenta aunque se podia notar que aún faltaba algo. El alfa quería seguir picando — Por cierto, ¿dónde está Baji?, ¿por qué siempre que vengo no está aquí?

— Él suele viajar mucho, para ver como esta el territorio y su gente.

Kazutora abrió la boca de asombro.

— En verdad me encanta esa unió que tiene. Es increíble que apesar de pasar tanto tiempo separados siguen manteniéndose fieles el uno al otro.

Chifuyu trago saliva un tanto molesto con las especulaciones de Kazutora. Baji sería incapaz. O ese creí a él.

Él alfa noto su descontento y decido que era tiempo de marcharse.

— Sabes no trato de molestarte, solo quiero que disfrutes tu vida. Te he empezado a tener cariño — se despidió Kazutora.

Las palabras de su amigo no pasaron desapercibidas para Chifuyu, quien estuvo todo el tiempo que disponía en pensar en eso.

Baji volvió a palacio dos días después. El cielo se encontraba gris apesar de que fuera mediodía y grandes copos de nieve iban cayendo adornando el patio y todo aquello que tocaba de un color blanco brillante. El gélido viento no fue impedimento para que Chifuyu saliera a recibirlo, su cabello mojandose y congelandose al instante. Su piel tan pálida podría ser comparada con la nieve del lugar, la unica diferencia era el hermoso color rubí que adornaba sus mejillas y la punta de su nariz.

INFINITY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora