Matrimonio y Guerra.

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Baji había desaparecido toda una semana entera. Chifuyu siguió con su vida como comúnmente lo hacía. El palacio se encontraba extrañamente silencio si la presencia de su padre y las visitas regulares de Koko. Ahora está era su casa, el era el anfitrión y no sabía que hacer. En ocasiones los sirvientes se le acercaban para preguntarle si requería algo pero siempre contestaba lo mismo "que todo siga igual"

El día que Baji llegó Chifuyu se encontraba descansando en el salón de té. El alfa se veía como siempre imperturbable, aunque trajera las mismas prendas de hace una semana.

La mirada del omega viajo por todo sus compañero, el ceño ligeramente fruncido de Baji le alertaba una nueva discusión. Le dio un último trago a su té antes que se amargara por su próximo disgusto. Al ver que el alfa no tenía intensiones de comenzar hablar y sólo se quedaba ahí irritado, con su mirada y aura pesada, Chifuyu decidió comenzar.

— Bienvenido.

Baji dirigió su cuerpo así él. Su aura volviéndose más pesada, aunque quisiera dismularla. Dio unos pasos a su alrededor, buscando las palabras correctas para iniciar. El también ya se había percatado que el omega no estaba de humor y no quería una rabieta ahora.

— Y bien — Chifuyu alzo una ceja.

— Puedo saber que has hecho estos días.

— Puedo saber yo que has hecho estos días.

Baji se lo pensó un momento.

— Estaba vigilando.

— ¿Vigilando?

Baji ladeo la cabeza, su cabello cayendo congracialmente hacia ese lado. Mientras seguía inspeccionando al omega. Bajo el escrutinio de Baji  Chifuyu era un omega bastante común. Parecía ser frágil y sumiso, aunque ya había comprobado que lo anterior no era verdad. Aún así Chifuyu no parecía ser un omega de los que se ensucia. Baji se preguntaba si le pidiera un poco de comida al omega este sabría como prepararla o se lo pediria a uno de los sirvientes.

— Me estado preguntando ¿Qué tan bueno eres con la espada?

— ¿Disculpa? — Chifuyu se quedó confundido. No espera esa clase de cuestionamientos. Pero al ver que el alfa solo esperaba su respuesta decidió seguir. Aún que le daba un poco de pena la respuesta — Yo — titubuo un momento — Yo nunca he practicado con la espada.

Baji solo suspiro.

— Mi padre siempre fue muy protector. Y sólo me inculcó el arte de la música y la pintura, nunca el de las armas.

— Y a ti, ¿te gustaría aprender a usar la espada?

¿Que si le gustaría?; A Chifuyu le encantaba la idea, el siempre habia querido ser como su padre y su tío Koko, unos aventureros, si miedo a nada y los más respetados por todos.

— ¿Por qué me preguntas estas cosas?

— Como te dije estaba vigilando a nuestros enemigos. Calculo que en unos días estarán invadiendo nuestro territorio y me preguntaba si ibas a participar el la batalla.

Ir al campo de batalla era una locura, ahí habría cientos de yokais experimentados en peleas, sería muy peligroso. Pero aún con todo eso le emociono bastante a Chifuyu. Pero sabía que su padre estallaria al verlo ahí.

— ¿Puedo ir?

Baji lo miro confundido. Chifuyu era realmente un omega común.

— Por que no, necesitamos guerreros fuertes y tu eres un espécimen único — Chifuyu no debió tomar eso como un alago, pero lo hizo — digo eres el hijo del gran rey yokai y tu madre es la deidad de los cielos — Era verdad eso y hasta ahora el omega lo notaba, siempre lo pasa por algo sin importancia, pero era algo con mucho peso. Todos este tiempo bajo el cuidado de su padre, que aunque lo adora, lo había hecho sentir débil, cuando no lo era — claro también esta el hecho de que la guerra inició en parte por ti — Chifuyu levanto la mirada, luciendo molesto — olvidas que Hanma desea arrebatarle el trono a tu padre y convertirte es su perra.

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