— Buen día, dormilón — dice una voz femenina, despertándome. La mano de quien sea a la que le pertenece la voz se posa en mi hombro. No puedo verla, ya que estoy recostado encima de mi estómago.
Por un momento pienso que es mi madre y que todo estará bien. Pero conozco sus manos como si fueran mías, las cuales son suaves y delicadas. Las de Leah son rígidas y un poco áspero, y es como si por su forma de ser me transmiten mentiras.
O puede que sea que lo que pasó anoche no fue un sueño.
— ¿Qué hora es? — pregunto, pues no sé que más decir.
Ella no sabe, pero yo estoy seguro de lo que está pasando detrás de su máscara.
— Tarde — anuncia ella. Me giro y me siento en el medio de la cama, viéndola directamente — . Creo que deberías devolver a tu rutina antes de que tus padres sospechen que algo malo está pasando.
— Está bien — sigo sin emoción — . No creo que importe mucho.
Leah se acerca para tomarme de las manos, pero yo aparto las mías antes de que ella pueda estar un poco más cerca. Miro hacia abajo, avergonzado. Nunca he hecho un acto tan egoísta. Ella devuelve sus manos a donde corresponden e intenta actuar como si estos últimos segundos no pasaron. Y, tristemente, ella simula muy bien.
— ¿Pasa algo?
No mucho, la verdad. Sólo me acaba de enterar hace unas horas que la chica de la que me enamoré ciegamente estuvo todo este tiempo usándome como una marioneta y mintiendo sin que le importara cómo eso me afectaría. Y, aún peor, ella sigue actuando como si lo que pasa entre nosotros es real.
Dios, cómo es que pude ser tan ignorante para no detectar una mentira de tal tamaño.
— Está bien — me repito a mí mismo y cierro mis ojos. Siento una fuerte apuñalada en mi pecho (justo como se siente cuando estás a punto de llorar), indicándome que no podré seguir sin perder mi compostura.
Sacudo mi cabeza y agradezco mentalmente que la habitación sigue un poco oscura, pues así no tengo que ver a Leah a la cara por completo.
Antes de que pueda reaccionar, Leah está recostándose en mí. Ella me envuelve sus brazos alrededor de mí y recuesta su frente en mi pecho. Recuerdo como este acto se sentía como algo normal ayer, pero ahora sólo se siente mal.
Mi corazón empieza a latir rápido y me asusta que ella pueda sentirlo.
— Debe de ser sólo un mal sueño — concluye ella.
Un nudo se forma en mi garganta. Deseo que todas estas mentiras fueran sólo un mal sueño; es más, deseo que estos últimos fueran sólo una simulación de la que despertaría y admiraría lo real que se ve.
Aún así, no estaría feliz del todo.
Eso significaría que Leah nunca existió, llevando con ella esos momentos en los que me sentí vivo por primera vez. Los mejores momentos que disfruté con mis amigos se esfumarían.
— ¿Me amas? — suelto. Sigo sin responder el abrazo en el que Leah me tiene en este momento.
— ¿Qué clase de pregunta es esa? Por supuesto que sí — siento sus labios posarse en mi piel.
Ella levanta su cabeza para verme a los ojos. En sus ojos puedo encontrar tristeza, pero sólo un poco. Es como si hubieran miles de secretos ocultos en ellos, los cuales seguramente hay.
— Tú sabes que nunca te mentiría — me miente.
Yo le miento con mi sonrisa.
***
Me dirijo directo a casa de Axel. Hacía tiempo que no lo veía voluntariamente, y creo que este es el momento indicado para cambiar eso. Y, para hacerlo mejor, hoy no hay clases, entonces tendré todo el día libre de personas que puedan criticarme.
Cuando llego, me sorprende encontrar a Axel sentado en la entrada con un aspecto demacrado. Su camiseta está manchada con algo de lo que no tengo idea que es -que por cierto huele muy mal- y sus vaqueros parecen estar puestos al revés.
— ¡Tom! ¿Qué haces aquí? — exclama cuando llego. Él se levanta de inmediato para darme un abrazo, pero yo lo esquivo para evitar que se me pegue el olor de lo que sea que él tiene encima.
— Tengo que hablar con alguien — rebelo. Recuerdo su estado y de inmediato le pregunto la razón.
— Ayer tuve una fiesta y bueno... puede que haya perdido las llaves de mi casa cuando me devolvía.
Dejo salir una risita nerviosa.
— ¿Qué hay de ti? — sigue al ver que no opino nada al respecto de la supuesta fiesta. Nunca he sido un admirador de beber alcohol hasta el punto que no recuerdo mi nombre — ¿Pasó algo interesante anoche?
— Tú conoces a esta chica... Leah.
Me siento frente a Axel. Dejo un espacio más o menos grande, pues el olor es muy fuerte como para que sea capaz para sentarme junto a él.
— Sí — me interrumpe — . Ella es tu novia, ¿cierto?
Tomo una bocanada de aire antes de que diga las tres palabras que me cambiarían por siempre. Si ella me estuvo mintiendo todo este tiempo, no debería de doler tanto.
— Ya no más.
Retiro lo dicho. Duele más aceptarlo que descubrirlo.
Mi corazón se parte en miles de pedazos. No se siente como suele expresarse en dibujos, un inocente corazón partido por la mitad, algo fácil de resolver. Lo que me está pasando ahora no tiene remedio. No mi corazón, sino mi alma se partió en pedazos, pues el amor que solía mantenerla junta nunca existió.
No sé por qué le llaman corazón roto si se siente como si estuviera roto por todos lados.
— ¿Primer corazón roto? — dice con una sonrisa. ¿Qué tan común es este sentimiento como para que él lo confronte como un viejo amigo? — Te ofrecería un trago, pero como verás, no me quedan más.
— No tengo humor como para beber veneno, gracias.
Él se acerca a mí. Arrugo mi nariz por el olor que Axel está irradiando, lo cual ahora creo que es un efecto secundario de una buena fiesta. Él toma mis dos cachetes y los jala cada uno hacia un lado opuesto. Mi cara debe de verse ridícula, pero sé que las intenciones de Axel es hacerme sonreír, aunque no sea una sonrisa de verdad.
— Mucho mejor — dice con una sonrisa. Intento alejarme, pero su agarre es muy fuerte — ¿Hay alguna razón por lo que esto esté pasando?
Lo tomo por las muñecas y hago que su agarre se vuelva débil, hasta el punto que ni siquiera me toque.
— Hay una — digo, aún con ese nudo en la garganta del que se me hará difícil deshacer.
Él hace un movimiento con la cabeza, indicándome que siga.
— Pero no estoy molesto por ello. Lo único que pasa es que me decepciona que Leah se convirtió en todo de lo que yo pensaba ella me protegía.
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Nota de la Autora
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YO NO SÉ USTEDES PERO ESTO FUE PARA MÍ LO MÁS DOLOROSO DE ESCRIBIR D':... pero valdrá la pena :).
Tengo el verano más ocupado de lo que pensaba... casi ni pude terminar este cap Dx.
Esto de hacer preguntas se me hace divertido, pero no se me ocurre ninguna para ahora .-. *tos* imbécil *tos* *tos*
Hashta la próshima :3
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Divergente ~ ¿Y yo qué?
Fanfic~~ESTA HISTORIA ES LA CONTINUACIÓN DE DIVERGENTE ~¿POR QUÉ YO? CONTIENE SPOILERS DE LEAL~~ "Hay cosas en la vida que en algún momento tienes que enfrentar. No le des la espalda a lo que ya pasó" Luego de todo lo que Tris y Tobias tuvieron que pas...