Seré honesto: no es la primera vez en la que he despertado en mi cama cuando podría jurar que no estaba en mi apartamento. Lo extraño es que esta vez nunca supe quién me trajo hasta aquí. Mis sospechas están en Leah, pero creo que ella está un poco inquieta, o al menos es lo que ella me demostró un poco antes de que me quedara dormido, sin sueños para atormentarme.
Otra cosa que me está molestando es que no pueda superar mi problema con el habla.
Desde que Leah me hizo probar su último suero, todo lo que intento decir lo pronuncio al contrario. Descubrí esto diciendo cosas aleatorias al techo de mi habitación. Al intentar decir amo la torta mis labios pronunciaron la torta es lo peor. Y créanme, me encanta la torta más que nada en el mundo.
Estoy empezando a entender cómo controlarlo, pero ese no es mi objetivo. Si quiero decir algo, debo de intentar decir lo contrario para que la verdad sea lo que diga. Es un poco extraño, ni yo puedo comprenderlo bien.
Quiero pararlo; lo que sea que me está haciendo ser así. No puedo vivir diciendo mentiras todo el tiempo.
En otra mano, los exámenes finales se acercan. Éstos definirían que sería de mí el próximo año de mi vida, gracias a mi miedo a saber qué es lo que disturba la paz en mi casa. He trabajado tan fuerte en aprenderlo todo con Leah, pero ahora esto parecía como nada al lado de mi problema principal.
El problema que está ocupando la mayoría de mis pensamientos es la forma de actuar de Leah. No puedo descifrar si lo hace por bien o por mal, mucho menos si por mí o por ella.
Tengo muchas cosas que aclarar, pero tan poco tiempo para hacerlo.
***
Escapé de casa. No quiero tener que encontrarme con alguien mas que Leah. Ella es la única persona que me ha visto así, y prefiero mantenerlo de esa forma. Las mentiras no son lo mío, mucho menos cuando sólo eso es lo que me dejará decir la verdad.
Al llegar a casa de Leah, me sorprende encontrarla sentada en el suelo junto a su entrada, con su rostro lleno de lágrimas. Apostaría lo que sea para decir que esas lágrimas están allí por mi culpa.
— Adiós — digo. Quiero pegarme fuerte en la frente para que aprenda que nunca diré lo que quiera. Para mi suerte, ella no se ha dado cuenta de que estoy aquí o que hice un error. Con mi tono de voz un poco más elevado, lo vuelvo a intentar — . Hola.
Ella levanta su cabeza. No analizo su rostro por mucho tiempo, pues sé como éste va a lucir: deprimido, seguro arrepintiéndose de algo que no tuvo opción mas que hacerlo. Me he sentido varias veces así, entonces sé cuando la gente a mi alrededor siente algo parecido.
Bueno, este si que es un buen comienzo.
— Tom — ella me llama. Me acerco y la ayudo a ponerse de pie — . ¿Por qué regresaste?
Lo pienso bien. No lo quiero arruinar. Tengo que aprender a como hablar la verdad usando mentiras.
— Te necesito.
— ¿Estás seguro?
Me limito a sólo asentir con la cabeza.
Mientras menos diga, mejor.
— ¿Puedes controlarte? — ella me pregunta, pero no entiendo a lo que se refiere — Ya entiendes lo de ayer, ¿cierto?
La pregunta me asombra. ¿Esto, lo que me esta pasando, es culpa de Leah? Y si lo es, ¿por qué simplemente no me lo dice y ya?
Su mirada es lo que responde a mi pregunta.
Con ese sólo vistazo, es más que suficiente para mí para saber que algo anda mal. Sí, es su culpa que esté en la forma que estoy ahora, pero aún así confío en que ella no lo hizo porque quería. Leah me está protegiendo de algo que nunca estuve consciente. Algo, alguien nos está viendo. Ahora, puedo sentir los ojos de quién sea que sea el observador en mí. ¿Siempre hemos sido observados? ¿Acaso nuestra relación es vista por los ojos de personas las cuales no sabía que existían?
El simple pensarlo me aterra, pero esa es la única explicación que puede explicar qué está pasando.
Vuelvo a asentir, con precaución esta vez.
Ella me abraza, y acerca su labios a mí.
— Tienes que huir — me susurra al oído. En cualquier otro momento esta acción hubiera hecho correr escalofríos por mi espalda, tal vez hasta me hubiera derretido hasta mis pies; pero ahora que sé que no hay algo bien, mis sentidos tampoco andan bien.
— No... voy a... dejarte... sola con... ellos — me las arreglo decir.
— Tienes que. Todo empezará a pasar muy rápido, tal vez puede que ya haya empezado la próxima — el tono tan bajo de su voz y el miedo que siento en ella me detiene de preguntar a que se refiere — . Primero Verdad, luego Cordialidad. Serán seguidos por Erudición, Abnegación y Osadía. Cada uno vendrá acompañado de una alucinación y sus efectos secundarios. Cuando tus palabras hablen la verdad, tu honestidad no valdrá nada comparado con tus mentiras anteriores. Así seguirá con cada una de las facciones, y no se detendrá hasta que no quede ninguna en ti.
— ¿Cómo es que...?
— Es un suero muy complejo, Tom. Tendría que pasar horas explicándote para que tengas una idea de como funciona — ella me corta para seguir con sus explicaciones que no tienen sentido alguno para mí — . El punto es que no hay forma de pararlo, y èste está destruyendo tu Divergencia.
Quiero decir un millón de cosas, pero no puedo hallar las palabras para decirlo, literalmente. Es una tortura y, si lo que Leah dice es verdad, ésta sólo está empezando.
— No me... iré — susurro al final.
Ella aleja su cabeza un poco, para que pueda verla bien. Sus ojos están rojos, y las lágrimas en sus mejillas son más recientes de las que vi al llegar. Esto nos hiere a los dos, pero sé que Leah será la más afectada por todo lo que me está revelando en este momento.
— Corre — ella me insiste — . Dame el tiempo suficiente para crear un antídoto que destruya lo que te he inyectado. Resiste cualquier tentación que tengas de mentir o de ser malo, mucho menos para convertirte en alguien que no eres. Corre y vuelve cuando sientas que es el momento indicado.
Veo al suelo. No voy a ser capaz de verla un minuto más con una mirada tan triste sin que no golpee a quienquiera que la está haciendo sentir así.
— ¿Mis padres?
— Los protegeré. Nada les pasará si tú sigues vivo.
Eso último es lo que me hizo cambiar mi mente sobre quedarme. No les haría ningún bien estando en el medio de sus problemas, mucho menos cuando soy una bomba con una cuenta regresiva para destruir lo único bueno en mí, el ser Divergente.
Intento levantar mis pies para correr lo más lejos que pueda, pero no puedo. Hay una parte de mí que no se quiere ir.
— Ella me matará si descubre lo que te he dicho — me atrevo a ver a Leah por una última vez. Tengo el presentimiento de que no la veré en mucho tiempo — . Por favor, Tom. Corre.
Eso es lo que me hace reaccionar. No sé quién es ella, pero sí sé que ella es la que tiene la culpa de que todo esto esté pasando.
Mis pies me dirigen hacia lo que reconozco como los bordes de la ciudad. Nunca me he acercado a ellos, y mucho menos he dejado la ciudad. Lo que me hace no tener miedo de dirigirme hacia allá son los disparos que oigo en el lugar que dejé atrás. Lo único que puedo hacer es esperar que Leah esté bien, y hacer lo último que ella me pidió: correr.
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Nota de la Autora
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Malas noticias: Todavía tengo que pagar por el wi-fi, entonces no puedo hacer nada más que montar los caps cuando pueda. Leeré todo lo que me he perdido y responderé todos los comentarios cuando esté de vuelta, si es que logro volver sin Google Maps. Okno.
Buenas noticias: FUI AL SET DE LEAL Y NO ME LO PUEDO CREER Y KEMOSION Y ADHSIFIOJSBKCUJH. ESTABA A TRES HORAS DEL HOTEL DONDE ESTOY Y NO ME PUDE RESISTIR. YA$$$
Ok, voy a bloquear mi tecla de las mayúsculas Dx.
Hasta la próxima, creo que con wi-fi ¯\_(ツ)_/¯
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Divergente ~ ¿Y yo qué?
Hayran Kurgu~~ESTA HISTORIA ES LA CONTINUACIÓN DE DIVERGENTE ~¿POR QUÉ YO? CONTIENE SPOILERS DE LEAL~~ "Hay cosas en la vida que en algún momento tienes que enfrentar. No le des la espalda a lo que ya pasó" Luego de todo lo que Tris y Tobias tuvieron que pas...