Tom Kaulitz.
La música sonaba en lo alto del establecimiento rebotando en toda la estructura como si las agujas del reloj no marcaran las tres de la mañana. El clima era abrumador dentro del lugar, todo el mundo saltaba y bailaba al compás de la música movida y nunca faltaban las manos por todos lados. Manos que te tocaban y salían de la oscuridad absoluta, pero ¿Qué importaba? Era plenamente un sábado en la noche, y ella aún era joven.
Mire mi vaso que contenida un líquido amarillento de origen sospechoso, no sabía de donde lo había tomado pero me había pegado fuerte. La música aturdía a mis oídos y el líquido calentaba mi garganta a tal punto de sentirla completamente en llamas, la sensación estaba bien. Una chica se posó en frente mí y me sonrió seductoramente mientras movía sus caderas en dirección contraria a las mías. Georg grito incitándome y Stacy negaba con la cabeza, diciendo que había sido suficiente. Por su parte Gustav sonreía mientras bebía de su vaso.
La situación estaba incontrolable.
Pude oír a través de toda la música como Georg le gritaba a Stacy que se tranquilice, que la situación estaba controlada totalmente y que beba un poco de aquello. Imagine a Georg tendiéndole una bebida a Stacy, entonces esta la toma y se la tira de lleno en la cara.
Si sucedía eso, no iba a ser la primera vez.
La esbelta morena se arremolinaba a mí alrededor con total destreza, como si no le importara en lo más mínimo que la este prácticamente ignorando. Me encogí de hombros y vacié mi vaso de un trago, disfrute como el líquido ardía en mi garganta y se expandía por todo mi cuerpo calentándolo, embriagándolo. Di la media vuelta sin importarme la chica que estaba en frente mío, dispuesto a ir por otro trago.
Pude escuchar como bufaba y chocaba sus tacones mortales contra el piso, claramente enojada como una niña caprichosa por que no la había tomado en cuenta. Inconscientemente la imagine con una mirada incrédula en su cara, como si ningún otro hombre se hubiera podía resistir a lo que ella les ofrecía.
Pero estaba demasiado ebrio para si quiera notarlo.
—¿Qué haces? —la figura de una Stacy borrosa se entromete en mi camino y me mira con el ceño fruncido, ella no parece demasiado feliz y Stacy enojada no es algo bueno, es malo, muy malo.
Cuando ella enoja sus cejas se fruncen, al igual que sus labios, sus ojos se achican y el marrón de ellos se oscurecen aún más que la noche, entonces ella pone sus brazos como jarras, apoyando sus manos en su cadera y te mira con una mirada realmente amenazante.
Para suerte mía, el alcohol parece hacerte inmune a sus poderes.
Agito mi vaso vació delante de sus ojos indicándole que iba a buscar algo de refresco sin la necesidad de hablar, no sabía cómo iba a salir mi voz, probablemente demasiado distorsionada. Pero ella me sigue mirando, así que digo:
—Refresco —mi voz suena ronca y entrecortada, en ese momento me doy cuenta que mi garganta palpita por la necesidad de algún liquido corriendo sobre ella, a pesar de que acababa de tomarme el último trago de mi bebida.
—No más alcohol para ti —dice ella y sigue con su pose amenazante. La mire con el ceño fruncido, como un niño que no obtiene su juguete y la rodeo sin darle importancia. Pero ella me toma del brazo— Ha estado sonando toda la última hora —ella me da mi celular.
Mira la pantalla. Llamadas perdidas: seis, fui al registro y el único nombre que figuraba era el de Eloise.
Maldición, había olvidado por completo decirle que iba a estar ocupado.
Me dirigí a la barra con el celular en mano, prometiéndome internamente que llamaría a Eloise una vez que me encuentre totalmente sobrio y en la comodidad de mi hogar, no en un club con la música en un volumen demasiado alto. Antes de que pueda si quiera acabar mi recorrido por la multitud, mi celular vibra en mi mano exaltándome. La pantalla muestra la foto de Eloise mientras se sacude en mi mano. Si estuviera sobrio probablemente me plantearía debatirme si atenderle o no, y juzgando que me encuentro en un club, no lo haría, pero estoy ebrio así que antes de que pueda siquiera asimilar que me está llamando o que está sucediendo a mí alrededor mi dedo voló hasta mi celular y se deslizo por la pantalla, desbloqueando la llamada.
—Tom, por fin atiendes —la voz de Eloise se escucha apenas por todo el murmullo que hay en el establecimiento— ¿Qué es todo ese ruido? ¿Estás en un baile, Tom?, Oh.
—Salí con los chicos —digo arrastrando las palabras.
—¿Qué le pasa a tu voz? —Eloise se da cuenta de mi estado— ¿Estas borracho? —la simple pregunta me hace reír, supongo que es demasiado obvio, pero ella no se da cuenta.
—Algo, creo —digo sin poder controlar la risa.
—¡Estas borracho! —la voz de Eloise suena horrorizada, lo que solo aumenta mi risa. El chico detrás de la barra me mira irritado.
—Una cerveza —digo al chico que está esperando, él asiente y va hacia otro lugar a buscarla.
—¿Qué? ¿Estas pidiendo más alcohol? —antes de poder responder a Eloise lo obvio, el chico vuelve con la cerveza.
—Dije no más alcohol para ti, Tomas —ahora es la voz de Stacy que se une. Ella se para al lado mío y mira amenazantemente al barman— ¿No ves que ya está lo suficientemente ebrio? —reclama.
—Yo solo hago mi trabajo —dice el chico ignorando completamente a Stacy.
—¡Solo quiero una maldita cerveza! ¿Por qué no me pueden dar una maldita cerveza? —grito y golpeo la madera de la mesa. Y antes de que me de cuenta lágrimas salen de mis ojos.
—Bébete esto —dice alcanzándome un vaso de agua. Y me obliga a beberlo frente de ella— Se acabó la noche para ti, nos largamos —ella toma mi celular que se cayó cuando golpee la corteza del mostrador y me lo entrega. Al momento en que veo la pantalla, veo que Eloise acaba de finalizar la pantalla.
—Eloise me cortó. Ella debe de estar furiosa —murmuro mirando mi móvil frustrado. Stacy me mira con una ceja arqueada por un largo rato.
—¿Y piensas quedarte ahí parado? —dice despectivamente.
—¿Qué sugieres? —digo burlón— Se acabó, Eloise debe estar enojada, y enojada es imposible de tratar.
—Ve a buscarla.
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Prohibida | tom kaulitz.
FanfictionEn la vida me han prohibido un millar de cosas, pero lo peor es cuando conoces al amor que potencialmente puede llegar a ser el de tu vida, y te lo prohíben. Lo prohibido es adicción, todo el mundo lo sabe. Novela adaptada.