En la vida me han prohibido un millar de cosas, pero lo peor es cuando conoces al amor que potencialmente puede llegar a ser el de tu vida, y te lo prohíben. Lo prohibido es adicción, todo el mundo lo sabe.
Novela adaptada.
Eloise se movía de lado a lado, incapaz de estarse quieta. Aún no sabía que hacer, o siquiera que ponerse, no sabía que era lo que tramaba Tom y eso la desesperaba. Todo en su vida siempre había sido controlado por ella y por nadie más, y una vez que ponía sus decisiones en manos de otras personas la irritaba. Habían quedado en el principio de su relación, en realidad en la primer cita que tuvieron que decidirían una cita cada uno, eso parecía justo, obviamente, pero lo malo era que era su segundo aniversario y la cita estaba en manos de Tom, no sabía dónde irían, ni que debía que ponerse.
Stacy, quien estaba sentada en la cama, seguía con la vista a su inquita amiga. La vista de una Eloise irritada por no tener el control de la cita en sus manos se le hacía graciosa, pero resultaba aún más graciosa la pila de ropa que estaba sobre la cama. Hablaba enserio, una gran pila de por lo menos un metro de alto, bueno quizá eso era mucho, yacía encima de la cama y Eloise decía que no tenía nada que ponerse.
—Quédate quieta, por el amor de dios Eloise —Stacy levanto las manos para darle énfasis a sus palabras— Para eso estoy yo acá —Stacy revolvió la ropa de Eloise por alrededor de tres minutos y saco de la pila un bonito vestido de tirantes, algo simple y lindo. No sabía si era conveniente para lo que sea que tenga planeado Tom, pero se suponía que Stacy sabía.
Sin darle tiempo de quejas, Stacy tomo a Eloise por los hombros, la dio vuelta e hizo que se dirigiera al baño para prepararse. Luego de una hora Eloise estaba sorprendentemente lista, la ayuda de Stacy había servido de mucho, tenía puesto un bonito vestido dorado, con detalles en negro, el cabello sujeto en una desordenada coleta que quedaba sorprendentemente bien y estaba casi libre de maquillaje, casi a no ser por el suave brillo en sus labios.
Ahora se encontraba siendo abordada por Tom, quien tapaba sus ojos con un suave pañuelo negro, ahora es cuando tenía que demostrar su confianza por Tom, ciegamente y siendo guiada por él. No era eso lo que le asustaba, era más bien la poca estabilidad del suelo, parecía que se movida de lado a lado, y no tenía idea de si era por ella o si realmente se movía de tal modo.
Cuando Tom destapo sus ojos, le sorprendió lo que vio, se encontraban en un barco, en realidad un yate, un hermoso yate con luces blancas colgadas por los lados, había una mesa redonda en el centro y unos almohadones a los costados, donde podíamos sentarnos. Cuando Eloise dio la vuelta se encontró con un Tom arrodillado delante de ella.
—Eloise Jones, sé que no fui perfecto en el pasado, ni supe como declarar mis sentimientos hacia ti, pero no sabes cuanto he trabajo sobre mi persona para ser la persona que mereces, no vivamos del pasado, ni pensando en las consecuencias, vivamos el momento, ahora, juntos, ¿Quieres casarte conmigo, Elsie? —la voz de Tom temblaba, pero él lo disimulaba con facilidad.
—¿Qué?
—Cásate conmigo.
—Oh dios —Eloise se lleva ambas manos a la boca y sus ojos se cristalizan cada vez más, se hacen más claros y están a punto de derramar algunas lágrimas.
—Oh no, Eloise, lo siento, lo arruine todo. Yo no quería… Te amo, y sé que solo llevamos dos años juntos, pero creí que era tiempo, creí que tú también me amabas y que te parecería bien mi propuesta, pero… —Tom ya había empezado a balbucear desesperado por la reacción del chica frente a él y el brillante anillo.
—Sí.
—¿Qué?
—Sí, acepto. Quiero casarme contigo.
Tom se levantó mostrando una de las más radiantes sonrisas abrazando a la chica por la cintura haciendo que los pies de Eloise se despegaran del suelo, giro con ella entre sus brazos depositando cortos besos en todo su rostro.
—Te amo. Te amo. Te amo. Te amo Eloise Jones, hasta mi último maldito suspiro.
—Te amo, Tom Kaulitz, desde la primera vez que te vi —murmuró Eloise sonriendo contra los labios de su amado.
“El amor no se puede definir, definir es limitar y el amor no tiene límites.”
FIN.
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