Capítulo 3

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-Levanta que vamos tarde- dice con una voz serena pero haciendo que me despierte.

-¿A dónde?- pregunto tapándome la cara con las sábanas ya que la luz me molestaba.

-Vamos al entro del Karasuno, vistete ya, te espero en el coche- dice cerrando la puerta.

-¡Pero Kiyoko no me dijiste que sería hoy!- le grito mientras oigo que sus pasos se alejan cada vez más. -Joder-

Me aseo rápidamente y me pongo mi chándal favorito, el más cómodo que tengo. Cojo mi mochila y me llevo un zumo de naranja para tomármelo en el coche.

Yo acabé mis exámenes de acceso a la universidad hace menos de una semana, pero a Kiyoko aún le queda un mes para terminar con sus exámenes finales. Ella siempre empieza a estudiar con bastante tiempo de antelación, asique no debe de llevarlos mal, pero entiendo que ser administradora de un equipo que lo está petando ahora le quita mucho tiempo.

Una vez ya en la puerta del gimnasio Kiyoko entra y se disculpa con el entrenador por la tardanza. Dos chicos, uno rapadito y otro bastante bajito con el pelo castaño y un mechón rubio se le acercan preocupados.

-¡Shimizu, menos mal que estás bien!- dice el rapado.

-¡Sí, ya pensábamos que te había pasado algo, no sueles llegar tarde!- dice el bajito.

-¿Te ayudamos?- dicen los dos al unísono, cosa que me hace gracia.

-¡Tanaka, Nishinoya, al entrenamiento!- grita el entrenador serio. Estos dos vuelven con sus compañeros mientras me acerco al entrenador para presentarme.

-Entrenador Ukay he traido a mi hermana para que me eche una mano, como no esta Yachi me ayudará este mes- dice mi hermana después de sacar sus apuntes.

-Me parece buena idea- le dice mirando a los chicos.

-Los exámenes finales están a la vuelta de la esquina- dice el profesor Takeda. Me presento ante éstos y seguidamente el entrenador toca el silbato haciendo que los chicos se acerquen a él.

-Esta es Akira Shimizu, la hermana pequeña de Shimizu, estará con nosotros ayudándonos solo este mes- les dice a todos.

-¡Bienvenida!- gritan todos a la vez.

Con otro pitido hace que los jugadores vuelvan a su entreno y yo hago las tareas que me pide el entrenador y mi hermana, como rellenar las botellas de agua, recoger pelotas, vamos, lo que nadie quiere hacer.

Mi hermana me ha estado explicando los objetivos que tiene cada uno para que pueda ayudarla en sus anotaciones. Todos y cada uno de ellos intenta mejorar en algo, y esa energía y fuerza que transmiten me asombra por completo. No me imaginaba a un Karasuno tan fuerte, pero sin duda los que más me llaman la atención son el duo. El anaranjado es alegre y con una positividad deslumbrante, algo así como el día; en cambio Kageyama es sereno y reservado, como la noche, pero siendo tan distintos se entienden a la perfección. Eso me deja asombrada.

Entre unas cosas y otras la mañana se pasa volando, asique me dispongo a recoger mis cosas cuando veo que se me acerca el chico anaranjado junto a los dos que habían saludado a mi hermana al llegar al gimnasio.

-¡Hola, soy Hinata!- dice el anaranjado con una sonrisa de oreja a oreja.

-Tanaka- dice el rapado.

-Yo soy Nishinoya-

-¡Y estamos a tus servicios!- dicen estos dos últimos haciendo una inclinación de 90 grados.

-¿Sabes?, no tenía ni idea de que Kiyoko tenía una hermana- me dice Tanaka.

-¡Ni yo, pero ha sido una grata sorpresa!- dice Nishinoya mirándonos.

-¡KAGEYAMA VEN A SALUDAR!- grita Hinata a su compañero que se encuentra en el otro extremo del pabellón- ¡VENGA KAGEYAMA NO SEAS MALEDUCADO!- continua gritándole, sin embargo, el peli negro sigue recogiendo sus cosas pasándo olímpicamente de él.

-No se que le pasa hoy- dice levantando ligeramente los hombros.

-Bueno, ya sabemos como es, va un poco a su bola- dice Nishinoya riendose.

-La verdad es que tiene cara de pocos amigos- digo riéndome de la situación.

-Si, pero cuando lo conoces es bastante majo- dice Hinata sonriendo. -

-Venga Akira, nos vamos- dice Kiyoko acercándose a nosotros.

-¡Hasta mañana chicos, encantada de conoceros!- les digo alejándome del grupito.

El Rey de la PistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora