Capítulo 10

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Aunque julio es uno de los meses más calurosos de Japón, también es uno de los más lluviosos, sin embargo, hoy hace un tiempo precioso. El cielo está despejado y el sol resplandece con fuerza, haciendo que sea un día bastante cálido. Por ese mismo motivo hemos decidido ir a la playa para poder disfrutar al máximo nuestras vacaciones de verano.

-Estoy muy emocionada, aunque me da un poco de vergüenza ir con todos los chicos a la playa- dice Yachi sonrojándose.

-No seas tonta, vamos a pasárnoslo genial- digo sonriéndole.

-¡Por aquí!- grita Hinata guiándonos hasta la arena.

-Aquí está bien- menciona Tanaka.

Dejamos las cosas en la arena a pocos pasos de la orilla. La playa está prácticamente vacía, al ser día de semana y puesto que aún no es temporada alta de verano no hay muchas personas.

-¡Vamos a meternos ya!- exclama Nishinoya corriendo seguido de Tanaka.

Mientras Yachi y yo sacamos nuestras toallas para colocarlas en la arena, los demás se meten al agua.

-¿Vamos?- le pregunto mirándola. Ella asiente timidamente, por lo que tomo la iniciativa de abanzar hasta la orilla.

El agua está a la temperatura perfecta, fresquita pero no mucho; y además se puede ver una cantidad enorme de peces nadando por el fondo. Después de adentrarnos cuidadosamente nos reunimos con los chicos y pasamos el rato charlando y haciendo tonterías.

-¡AHHHH, HE TOCADO ALGO, AHHH!- grito mientras busco a la persona más cercana a mí para subirme a su espalda y evitar que me toque el bicho marino- ¡ES-ESSS UNA MEDUSAAA!- digo agarrándome con fuerza a su cuello para no caerme.

- Esas no pican- dice Tsukishima con calma mientras empuja a la medusa hacia otra parte.

-Oye, me estas ahogando-

-Lo siento Kageyama- digo mientras descruzo mis brazos para poder bajarme.

-Y me has arañado toda la espalda- dice mirándome de forma seria mientras se toca una de las heridas que se encuentra en la parte trasera del hombro.

-Lo..., lo siento- menciono bajando la mirada avergonzada por la escenita que acabo de montar sin querer.

-Bueno, yo me voy a salir un rato que tengo hambre- comenta Nishinoya cortando el mal rollo que se había ocasionado a mi parecer.

-Espera, voy contigo- comienzo a andar tras él.

Cuando estamos ya casi en la orilla del mar Nishinoya se para en frente de mí para esperarme, pero una piedra hace que me tropieza y me caiga, y con la fuerza de las olas hace que acabemos los dos tirados en la orilla. He acabado encima de él y con nuestras caras a tan solo unos centímetros. Durante unos segundos los dos permanecemos en silencio mirándonos fijamente a los ojos.

-¿Estás bien?- me pregunta sacándome de mis pensamientos.

-Sí, me he tropezado con una piedra- digo apartándome de él rápidamente y levantándome. Una vez levantada le tiendo mi mano en forma de ayuda para que él también se ponga en pie.

Nos sentamos en nuestras correspondientes toallas y nos ponemos a comer patatas mientras bromeamos. Nishinoya siempre me trata como si fuera su hermana pequeña y siempre me hace reir, la verdad que es muy tierno por su parte que se preocupe tanto por mi.

Poco después los demás salen del agua para comer algo.

-Voy a comprar algo en el Kiosko, ¿me acompañas Akira?- dice Yachi levantándose, sin decir nada me levanto y comenzamos a andar camino al Kiosko.

-¿Qué ha pasado entre Nishinoya y tú?- pregunta mirándome emocionada.

-Solo ha sido un accidente, me he tropezado con una piedra- digo señalando mi dedo gordo del pie que aún sigue rojo.

-Ya veo, pues Kageyama no os quitaba el ojo de encima- comenta alzando ligeramente sus hombros.

No digo nada al respecto y seguimos andando hasta llegar al Kiosko. ¿Será eso verdad o serán imaginaciones de ella?, quizás estaba mirando otra cosa, o simplemente se ha quedado embobado mirando en esa dirección y ha sido pura casualidad.

-¡Hemos comprado helados para todos!- exclama Yachi levantando ligeramente los helados.

-Como no sabíamos que sabor os gustaba más hemos comprado de dos clases- completo yo.

-¡Sois las mejores!- grita Tanaka a todo pulmón.

Pasamos lo que queda de tarde charlando, jugando y riéndonos como si fuesemos niños pequeños. Con este día quedan oficialmente inauguradas mis vacaciones de verano.

El Rey de la PistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora