Capítulo 7

129 9 0
                                    

Fuera del festival nos encontramos en una parcela algo alejada donde sólo se encuentra su coche.

-Tranquila, nadie nos verá, los cristales están tintados- dice abriéndome la puerta trasera del coche y mirándome con una sonrisa un tanto malévola diría yo.

Mientras tanto el acomoda los asientos haciendo que el espacio se amplíe y sea bastante cómodo.

Cuando se sube al coche me coloca sentada encima de él y nos empezamos a besar con más pasión. Los dos estámos que ardemos y la tensión se va disminuyendo haciendo que aumente nuestro deseo, ambos nos deseamos ferozmente. Una de sus manos está colocada en mi nalga la cual agarra con fuerza; la mano derecha con la que me sostenía la cara va bajando por todo mi cuerpo hasta llegar a mi zona íntima, ésta vez le doy acceso y comienza a acariciarme suavemente, y seguidamente introduce dos de sus dedos en mí con unos movimientos cada vez más rápidos haciendo que tenga ganas de más.

-Fóllame- digo entre gemidos. -Fóllame, por favor- le digo al oído y besando su cuello hasta llegar a su clavícula.

-Como ordenes- dice con una mirada maliciosa.

Él se quita el cinturón y se baja los pantalones mientras yo le quito poco a poco la camiseta, dejando al descubierto su cuerpo definido. Comienza a introducirme su miembro de una forma suave y delicada, haciendo que cada vez sea más rápido el movimiento. Después de unos minutos ambos terminamos.

Me quedo mirando sus ojos azules aún sentada encima de él, pero cuando me percato de la situación retiro la mirada y me separo comenzando ha ponerme mi ropa interior. Cuando termino salgo del coche y comienzo a caminar hacia la feria, sin mirar el coche en ningún momento.

-¿¿Pero que coño acabo de hacer??- me digo a mi misma. -¿Cómo mierda hago algo así con uno del equipo?- me maldigo.

Cuando entro en el recinto ferial oigo como una voz pronuncia mi nombre:

-¡Ehh, Akira, te estabámos buscando!- dice Hinata acercándose a mi con los demás chicos.

-Lo siento, me encontré con unas amigas y luego, bueno me quedé un rato con ellas- digo mirando al suelo.

-No te preocupes, ¿oye y has visto a Kageyama?, no nos coge el teléfono- dice mirando su móvil.

- Pues que yo sepa no me lo he cruzado.

-¡Ahí estás Kageyama!,¿dónde te habías metido?- pregunta dándole la lata al moreno.

-He ido a mi casa, se me había olvidado la cartera- dice sin dar importancia.

En ese momento nuestras miradas se cruzan, ambos las mantenemos durante unos segundos, pero sus ojos inexpresivos hacen que la desvíe.

-¡Vamos a ver los fuegos artificiales, están apunto de comenzar!- dice Nishinoya agarrándome del brazo.

-¡Conozco el sitio perfecto!- exclama Yaichi.

Todos comenzamos a seguirla y cuando llegamos al destino nos encontramos en un pequeño montículo rodeados de cesped y sin nadie a nuestro alrededor.

-Yo me tengo que ir ya- digo mirando la hora que se nos ha hecho.

-Yo también me voy- dice Tsukishima.

-Voy contigo Tsuki- dice Yamaguchi.

-Te acompañaremos a casa, creo que vivimos cerca- me dice Tsukishima mientras se levanta del cesped.

Nos despedimos del grupo y comenzamos a andar hacia la dirección de nuestras casas.  Primero dejamos a Yamaguchi en su casa ya que es la más cercana y a continuación ponemos rumbo a mi dirección.

Por unos minutos estamos en completo silencio, me siento un poco incómoda, pero luego pienso que esa es la forma de ser de Tsukishima y no le doy tanta importancia. El silencio se rompe cuando él comienza a hablar:

-Se te nota ¿sabes?- dice sin parar de andar.

-¿El qué?- pregunto sin saber a que se refiere.

-Ha pasado algo entre vosotros dos- comenta sin importancia.

-¿Qué, entre quién, Kageyama y yo? ¡Qué va hombre, no digas tonterías!- digo levantando la cabeza para mirarlo y sonreirle falsamente.

-Yo no he dicho que fuera él- dice sacando una pequeña sonrisa, en cambio sus palabras hacen que me detenga en mitad de la calle suspirando. -Después de que todos estuvieramos juntos de nuevo las pocas veces que os habeís mirado tú has apartado la mirada rápidamente y te sonrojabas, pero tranquila, no creo que se hayan dado cuenta ese montón de besugos, bueno quizás Yaachi...- comenta pensativo.

¡Pero que está diciendo éste, ahora si que me estoy poniendo roja como un tomate de la vergüenza!

-Soy observador- dice comenzando de nuevo a andar- pero será mejor que no le des muchas vueltas al asunto o estarás incómoda cada vez que te cruces con él. Y no quiero que nuestra futura administradora esté así - dice volviendo a su seriedad habitual.

-Aquí es- digo parándome enfrente de mi casa- muchas gracias por acompañarme, y tranquilo, se me pasará- digo despidiéndome de él con la mano y entrando al edificio.

El Rey de la PistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora