Al día siguiente buscó a Nuroc por todas partes. El gato naranja había desaparecido. Les preguntó a los otros felinos que se habían instalado en su casa, pero lo único que hicieron fue mirarla mientras se comportaban como si nunca hubiera existido.
Esa tarde cuando apareció Yam lo primero que le comentó fue que no encontraba a Nuroc, que anoche no había ido a dormir cuando los llamó para hacer noni noni, que tampoco acudió cuando hizo sonar los cacharros de metal donde les daba de comer, que durante la noche se levantó varias veces para ver si estaba afuera esperando a que le abrieran y ya a la mañana se daba cuenta de que el gato indefectiblemente no estaba más.
- Los gatos son animales salvajes y se manejan a través de su instinto. Ya va a volver y si no lo hace, es porque está bien -la tranquilizó su amiga.
- Eso seguro, pero me había acostumbrado a su presencia.
- No te hagas la tonta que me tenés que contar lo de ayer -comentó mientras preparaba el mate para tomar entre las dos.
- ¿Lo de ayer? Si estuviste presente.
- Sí, acá cuando te vino a buscar Beka y ¿qué pasó con el Mester?
- Imaginate que Beka aprovechó la situación para conseguir favores del Mester. En realidad, estoy convencida de que fue ella quien facilitó el encuentro, porque el hombre me recibió diciendo que se había presentado como mi prima y que podía traerme para que lo saludara.
- Por favor, te habla como si fuéramos miles de habitantes y no supiera quién es cada uno. Se cree un dios en las alturas inalcanzables del monte Evig.
- Se trata del ciudadano más ilustre.
- Si realmente lo fuera, no necesitaría de toda esa parafernalia. Tendría que haber venido él para presentar sus respetos por Anie.
- Fijate que ni la mencionó y trataron de evitar el tema cuando yo me dirigía hacia ese lado -recordó Hellsa con intranquilidad.
- Cuidado con lo que decís sobre Anie.
- ¿Por qué? -saltó Hellsa un tanto furiosa.
- La muerte de Anie fue ejemplar.
- Sí, para meter miedo y eso no lo van a conseguir conmigo.
- No te lo dije para no asustarte, pero antes de que aparecieras vivita y coleando, encontraron muerta a Vakkert.
- Me suena el nombre...
- Ay, Hellsa. La chica del pueblo del otro lado de la llanura que decía las mismas cosas que tu hermana.
- ¡Ahhhhhhhhh, sí! ¿Se murió?
- En circunstancias muy parecidas.
- Demasiada casualidad -quedó pensativa.
- Es importante que tengas cuidado.
- Sabés que era precavida ya con el tema de Anie.
- Tu hermana se creía invencible y mirá.
- No sé si se creía invencible; no le tenía miedo a nada ni a nadie. Decía: "Ellos me deben tantos muertos..."; bueno, yo tengo que agregar uno más.
- Sos cabeza dura... ¿No aprendiste nada con la muerte de tu hermana?
- La diferencia está (se lo decía a Anie todo el tiempo) que ella quería combatir a los oscuros con muerte y odio. Error, porque ellos son eso. ¿Querés combatir a los oscuros? Expandí tu luz, brillá... eso los mata.
Yam comenzó a reírse a carcajadas: - Mucho amor, mucho amor... y ZAS.
- Sí, porque los oscuros se manejan con vibraciones bajas. Volá alto y ya no están.
- Tenés razón. Provienen de las serpientes y ellos mismos se comen la cola y se autodestruyen.
Cuando Yam se iba, Hellsa aprovechó para acompañarla a la puerta y ver si encontraba a Nuroc. Mientras buscaba, pasó un hombre alto con capa oscura que no pasó desapercibido para Hellsa. No lo reconoció como poblador antiguo, pero le pareció haberlo pispeado por la ventana hacía unos días atrás en una actitud extraña. Tampoco le dio mucha importancia, ya que todo el tiempo había gente nueva, debido a que estaban en un puerto central. Pero esta vez había surgido de la nada después de que Yam estuvo a una distancia alejada.
- Hola, ¿estás buscando algo? -se acercó amablemente el hombre raro.
- Mmm... nop -respondió dudosa Hellsa-. ¿Por qué supone que estaría buscando algo?
- Ah... disculpame. Solamente me pareció que estabas buscando algo y por ahí te podía ayudar.
- Estaba despidiendo a mi amiga -contestó con reticencia.
- Lo siento, buenas noches -dijo y se fue al notar la actitud defensiva de la mujer.
Hellsa ingresó a su casa imaginando diversas posibilidades alocadas: él fue el que secuestró a Nuroc días atrás para poder aparecer como el salvador de gatos (fue la hipótesis más normal).