Cuando se dio la orden de prepararse para el viaje en caravana, apareció Beka a la puerta de la casa de Hellsa. Quería convencer al Mester que la dejaran viajar con ellos a pesar de que Hellsa no estaba vacunada, porque eran familia. La realidad era que Beka quería tener el control sobre lo que hiciera su prima mientras durara el trayecto y, por lo tanto, tener más posibilidades de practicar su magia. Sin embargo, eso le vino bien a Hellsa para que sus familiares tardaran en darse cuenta de que tenía otros planes en ejecución, e incluso podría llegar a insinuar su muerte como motivo de su desaparición, pero eso era más complejo.
Los gatos miraban desde diferentes ventanas la charla entre Beka y Hellsa. Arya, a quien Hellsa consideraba la encarnación de Anie y era la gata alfa de la manada, se asomó a la puerta entreabierta y logró escuchar algo sobre un viaje. En tanto Snoka, desde la ventana, le decía a Sulug que sabía leer los labios, que Beka quería traerle un pan de semillas y que Hellsa la mandaba a pasear.
- Sí, claro... ¿cómo hiciste para leer los labios de Hellsa si está de espaldas? -le retrucó Sulug molesto.
- Por el gesto que hizo con la mano -insistió Snoka, aunque se miraron y comenzaron a reírse de las tonterías de la gata atigrada.
Cuando entró Hellsa a la casa, notaron que estaba muy pensativa y que casi no se dirigía a ellos. En cuanto Arya quiso subirse en su regazo, la sacó y se levantó inquieta. Sabían que algo pasaba, pero no entendían la situación. Finalmente, Arya decidió comentar lo que había escuchado:
- Beka y Hellsa mencionaron un viaje.
- Hay muchos tipos de viaje -acotó Kaira de malhumor.
- Por lo que me pareció, no era un viaje con regreso -respondió Arya reflexiva.
- ¿Y nos piensa abandonar? -preguntó Snoka que era la más chiquita.
- A vos, seguro... -le respondió Sulug-. Por supuesto que a mí me va a llevar; soy el primero que va corriendo para acostarme al lado de su cabeza y cuando se duerme, le limpio la cara.
- Tranquilos... no nos puede abandonar -dijo Brann con plena seguridad-. Además, no la podemos dejar sola en un viaje con Beka. Por un lado, para que no le pase nada como hizo Beka con Nuroc... -Brann intuía que el gato desaparecido había sido objeto de la magia de la prima, así como estaba seguro de que la muerte de Sassa provenía de poderes más fuertes. En realidad, los cuatro gatos lo sabían a un nivel intuitivo.
- Aunque viaje sola, sabemos que corre peligros más oscuros -interrumpió Arya.
Al atardecer, Hellsa recibió en su casa a un grupo particular; nunca antes se habían encontrado todos juntos, a pesar de que sí sabían de la existencia uno de los otros por las charlas con Hellsa. En primer lugar, llegaron las chicas: Yam, Lulla y Dagny. Luego se presentó Harlock, quien tuvo que tolerar las risas disimuladas de las amigas. Al final entraron Jasy y Evans. El saludo entre Harlock y la pareja parecía un duelo entre guerreros; las personas que asistieron al evento lo tomaron como un cierto recelo entre hombres; los gatos que observaban percibieron que se reconocían como wallys.
Hellsa comenzó a explicar por qué los había reunido a todos en su casa.
Kaira no entendía la confianza que su dueña le tenía a esa gente cuando era evidente que tenían otras intenciones para acercarse a ella. Arya le replicó que era preferible que se sintiera segura con la gente que la rodeaba, porque no tenían manera de ejecutar acciones contra ella, debido a que Anie, ellos, sus ancestros, Sunniva y la fuerza superior estaban ahí para protegerla. Brann agregó que era necesario que Hellsa no viajara sola y estaba bien que fuera reclutando personas para sus fines, ya que la fuerza superior tenía las directrices marcadas y todo sucedía para algo. En tanto Sulug y Snoka protestaron ante esos comentarios y salieron en defensa de las amigas.
- Si las caravanas salen hacia el sur, está bien que quiera dirigirse al norte -explicó Arya.
- El problema es la salida del poblado sin que se den cuenta de que no están en las caravanas -pensó en voz alta Brann.
- Primero tienen que juntar más adeptos "confiables" que quieran unirse a la causa -insistió Kaira.
- Bueno, Hellsa comentó que solo debían hablar con gente que hubiera rechazado la pócima de Beka -acotó Sulug.
- A mí lo único que me importa es que ya pensó cómo nos va a trasladar -Snoka seguía con su miedo al abandono.
Los gatos estaban felices porque su dueña iba a alejarse de los poderes peligrosos, pero sobre todo porque notaron que ya se comportaba con toda la actitud de una völva de poder. Ella no era cualquier hechicera y su reinado iba a ser un faro en medio de un mundo en decadencia y ellos estaban ahí en su función de guardianes.