TN es una chica misteriosa que llega a la Academia U.A., la escuela más prestigiosa para los que quieren ser héroes. Ella tiene el don de controlar la sangre, lo que le permite hacerse cortes en el cuerpo, utilizando su sangre para crear armas y esc...
______ se despertó temprano, sintiendo una mezcla de nervios y emoción ya que llevaba una semana de clases en la U.A. Se levantó de la cama y se dirigió a las duchas de los dormitorios, donde se bañó con agua tibia y se lavó el cabello con su champú favorito. Al salir, se secó con una toalla y se puso su uniforme de la U.A., que consistía en una camisa blanca, una corbata roja, una falda azul marino y unas medias negras. Se peinó el cabello en una coleta alta y se puso unos aretes de perlas. Se miró al espejo y sonrió, satisfecha con su aspecto.
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Bajó a la cocina, donde esperaba encontrar algo de desayuno y quizás a algunos de sus nuevos compañeros de clase. Sin embargo, lo único que encontró fue a Bakugo, quien estaba sentado en una mesa con una taza de café y una expresión hosca. Al verla entrar, la miró con desdén y frunció el ceño.
- Buenos días, Bakugo -lo saludó ella con amabilidad, tratando de ignorar su actitud.
- ¿Qué quieres? -le respondió él con brusquedad.
- Nada, solo venía a desayunar -dijo ella, encogiéndose de hombros.
- Pues busca otro sitio, este está ocupado -le espetó él, señalando la mesa.
- No seas grosero, hay espacio suficiente para los dos -replicó ella, acercándose a la mesa.
- No me interesa compartir nada contigo -insistió él, apartando la mirada.
- ¿Por qué eres así conmigo? ¿Qué te he hecho? -preguntó ella, sintiendo curiosidad y molestia.
- No me hagas reír, tú sabes muy bien lo que has hecho -le dijo él, volviendo a mirarla con furia.
- ¿De qué hablas? -inquirió ella, confundida.
- No te hagas la tonta, sé que eres amiga de ese inútil de Deku -le acusó él, escupiendo el nombre de Izuku como si fuera un insulto.
- ¿Y qué tiene eso de malo? ¿Qué te importa a ti con quién me lleve bien? -preguntó ella, defendiendo a Izuku.
- Me importa porque ese idiota no merece estar en la U.A., ni mucho menos ser amigo de alguien como tú -le respondió él, elevando el tono de voz.
- ¿Alguien como yo? ¿Qué quieres decir con eso? -preguntó ella, sintiendo un nudo en el estómago.
- Quiero decir que tú eres diferente al resto, que tienes un potencial enorme y que no deberías desperdiciarlo con alguien que solo te va a arrastrar hacia abajo -le explicó él, bajando la voz y acercándose a ella.
Ella se sorprendió al escuchar esas palabras, que sonaban casi como un cumplido. Sin embargo, no le gustó el tono posesivo y arrogante con el que las dijo. Se apartó un poco y lo miró a los ojos.
- Gracias por el halago, pero no necesito que me digas cómo vivir mi vida ni con quién relacionarme -le dijo ella, con firmeza.
- Pues deberías escucharme, porque yo sé lo que es mejor para ti -insistió él, acortando la distancia entre ellos.
