14. Maldita Fiesta

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Al despertar nos dijo que ya podíamos instalarlos en otras casas, así que todos al terminar de comer nos fuimos a diferentes casa.

Papá, Rosita, Eugene y yo compartimos una casa, claro que también está Rocket con nosotros.

Carl esta aquí jugando con Rocket mientras termino de ordenar mi nueva habitación.

Carl: Lastima que ya no viviremos juntos, podríamos haber leído muchas historietas por las noches.

Valerie: Claro y que mi papá siga pensando que tenemos algo —me acuesto en la cama, él voltea para verme.

Carl: ¿Abraham piensa eso? —asentí —. Y ni siquiera me lo has pedido, deberías al menos proponerlo.

Ahogue una carcajada, pongo los ojos en blanco.

Valerie: Eso deberías de proponerlo tú —le sigo el juego —. Hablando en serio, es incómodo que me lo preguntaran de golpe.

Carl: No eres la única que paso ese momento incómodo —ladee un poco la cabeza, lo observó curiosa —. Mi papá también me pregunto si eramos alfo.

Valerie: ¿Por qué tiene que se así? —digo con fastidio —. Aunque el tuyo es policía y el mio es sargento, ninguno de los dos tiene delicadeza en decir las cosas.

Carl: Oye, ¿tienes algo planeado hoy? —negué —. ¿Vamos con los otros a la casa de Ron?

Valerie: Ve tú, yo me la paso fatal ahí porque no sé que demonios hacer —hago una mueca —. Quizás saque a pasear a Rocket.

Carl: Vamos, será divertido —negué —. Ven o te hago cosquillas.

Valerie: Ni se te ocurra.

Carl: ¿Quieres apostar? —se lanza sobre mí para hacerme cosquillas.

No puedo soportar la risa e intento apartarlo para que me deje, pero es más pesado qué yo así que tiene ventaja.

Valerie: Carl… ya —él aire me falta por la risa —. Me haré encima y será tu culpa.

Ignora todo intento de súplica, por las risas Rocket empieza a ladrar frenético.

Creo que ni siquiera escuche cuando abrieron la puerta.

Rosita: Oigan ¿porque hay tanto…? —volteamos a verla.

No nos encontramos en una posición muy adecuada porque Carl casi esta encima mío y la camiseta se me elevó un poco por andar moviéndome como gusano qué se me deja ver un poco el abdomen.

Ella me mira y no puede evitar ocultar su burla.

Valerie: No es lo que crees.

Rosita: Los dejo con lo que estaban haciendo —ignora mi excusa —, procuren qué Abraham no los vea.

Valerie: ¡No, Rosita! —ella cierra la puerta, la escucho reírse.

Carl y yo volteamos a vernos, nos sentamos en la cama.

Valerie: Será mejor si sacamos a pasear a Rocket.

Carl: Si, vamos —nos levantamos.

Tomo la correa de Rocket, se lo colocó y salimos de la habitación. Bajamos las escaleras.

Rosita: ¿Tan rápido terminaron? —le muestro el dedo del medio, ella solo ríe.

Salimos de la casa.

Valerie: Vivo en una casa de locos —digo con fastidio, Carl no puede evitar reír.

Valerie: Vivo en una casa de locos —digo con fastidio, Carl no puede evitar reír

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𝙘𝙝𝙞𝙘𝙖 𝙧𝙪𝙙𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora