Los Gemelos Jackson y el ladrón del rayo

Nos convertimos en Lord y Lady de los baños

Andy

Una vez que superamos el hecho de que nuestro profesor era un caballo, tuvimos un recorrido agradable. Aunque noté que Percy se mantenía alejado de la parte trasera de Quirón, me reí, recordé el incidente del Desfile de Acción de Gracias en Maisy y como desde entonces Percy no confiaba en la parte trasera de ningún equino.

Pasamos por el campo de voleibol. Varios campistas se dieron codazos el uno al otro. Algunos señalaron los cuernos de minotauro que llevábamos. Otro dijo:

-Son ellos...

La mayoría de los campistas eran mayores que nosotros. Los demás sátiros eran más grandes que Grover, todos ellos tenían camisetas naranjas, sin nada más para cubrir sus peludos traseros desnudos. Ningún de los dos era tímido, pero la forma en la que nos miraban era incomoda. Sentía que estaban esperando que alguno de los dos se tropezara o algo así.

Miramos hacia atrás a la granja. Era mucho más grande de los que parecía. Cuatro pisos de altura, pintada azul cielo con adornos blancos, me recordaba a un balneario de lujo. Estaba mirando a la veleta del águila, cuando vi que mi hermano estaba mirando otra cosa, en la ventana más alta, era una sombra. Algo había movido la cortina, por un segundo y tuve la sensación de que nos estaban observando.

- ¿Qué hay ahí? -pregunté.

Quirón miro donde estaba señalando y su sonrisa se desvaneció.

-Solo es el ático.

- ¿Alguien vive allí? -preguntó Percy.

-No-dijo con firmeza-Ni una sola alma.

Tuve la sensación de que decía a la verdad. Pero también estaba segura de que algo había movido la cortina.

-Vamos, niños-dijo Quirón, pero su tono alegre era forzado-hay mucho que ver.

Caminamos a través de los campos de fresas, donde los campistas estaban recogiendo sacos de ellas, mientras un sátiro interpretaba una melodía con su flauta de caña.

Quirón nos dijo que el campamento cultivaba una buena cosecha que vendía a restaurantes en New York y en el Olimpo.

-Cubre nuestros gastos-explicó-Y las fresas casi no nos dan trabajo.

Dijo que el Sr. D tenía ese efecto en las plantas rojas: se volvían locas con él cerca. Funcionaba mejor con las uvas de vino, pero las tenía prohibidas, así que plantaron fresas.

Vi al sátiro tocando su flauta. Su música causaba que las plantas de fresas crecieran por todo el campo, como si se refugiaran de un incendio. Me pregunté se Grover podría hacer ese tipo de magia con la música. Y si todavía estaba adentro, siendo regañando por el Sr. D.

-Grover no se meterá en problemas, ¿verdad? -le pregunté a Quirón- Es decir... fue un buen protector. De verdad.

Quirón suspiro. Se quitó su chaqueta y la coloco en su lomo, como si fuera una silla de montar.

-Grover tiene grandes sueños, Andy. Tal vez más grandes de lo razonable. Para alcanzar su objetivo, primero debe demostrar una gran valentía teniendo éxito como guardián, encontrando a un nuevo campista y trayéndolo a salvo a la Colina Mestiza.

-Pero lo hizo- afirme, y Percy asintió en apoyo.

-Podría estar de acuerdo con ustedes-dijo Quirón-Pero no está en mi poder juzgar eso. Dioniso y el Consejo de Cloven Elders deben decidir. Ellos no verán el éxito en esta tarea. Después de todo Grover los perdió en New York. Luego esta.... el lamentable destino de su madre. Y el hecho de que Grover estaba inconsciente cuando lo trajeron al campamento. El Consejo podría decir que eso no fue un acto de coraje por parte de Grover.