Ya pasaron casi dos semanas desde que no veo a Shawna. Los días se están volviendo monótonos y aburridos. Hay momentos en que pienso que todo fue cosa de mi imaginación. La parte fantástica al menos. Ni siquiera tenía a Ian, ya que no me habla desde hace poco y creo que esta vez sí que lo espanté de mi lado... No hubo día en que Ian no se alegrara de no tener que competir con Shawna por mi atención, como decía él. Unos días atrás estábamos tirados en el jardín de mi casa como hacíamos antes muy a menudo y yo estaba perdida pensando en otras cosas. Se enfadó porque no le estaba prestando atención y me dijo que parecía una colegiala estúpida y enamorada, todo el día en las nubes y todo por una descarada y pervertida como Shawna, a la que por cierto odiábamos hasta hace poco. Yo me molesté mucho y algo le solté de saltar encima de nubes rosas como tontos. No quería pensar que pudiera tener razón. Primero se puso rojo como un tomate, pero luego perdió todo color y me preguntó cómo sabía eso. Al instante me di cuenta que metí la pata y quise inventarme algo, pero siempre fui muy mala mintiendo. No se lo tragó y corrió como alma que lleva el diablo. Cuando lo llamé ese día más tarde, no me dejó hablar y dijo que si le quería contar algo, él escucharía, pero que hasta entonces que era mejor darnos algo de espacio. Desde entonces estuve como deambulando por ahí sin rumbo fijo. Ni atención le puse a las clases.
Lo que más me molesta es que no sé lo que le pasó a Shawna. Ni siquiera se despidió el día que ocurrió todo lo de Ezra. Al poco de darme el beso, me quedé profundamente dormida sin oportunidad de preguntarle nada y cuando me desperté al día siguiente ya no estaba. Era totalmente desesperante.
-Como sigas andando, te vas a comer ese árbol.
Al instante me paré justo antes de chocar contra un árbol. Tan ensimismada estaba que ni miraba por donde iba. Pero espera... Yo conocía esa voz. Ezra! Lentamente me di la vuelta y ahí estaba, si es que era posible, más guapo todavía de lo que lo recordaba. Lo único malo es que no podía verle los ojos con esas gafas de sol. Tenía mucha curiosidad por saber cómo era. Estaba convencida que eran claros, pero cuando brillaron esa noche, eran de un rojo intenso y no me tiene sentido, ya que Shawna los tiene de un color verde bosque y de ese mismo color le brillaron aquella vez. Ojalá se quitara las gafas.
-Ehm... Gra... gracias. No... no lo vi.
Maldito tartamudeo.
-De nada mu... muñeca. -Dijo tartamudeando a propósito y con una sonrisa de medio lado. Se está burlando de mí?! Pues que le den! Le miré una última vez muy malhumorada y me giré para seguir andando, pero ni dos pasos di cuando volvió a hablar y me petrifiqué.
-Que pena que los humanos no puedan ver esas chispas violetas en tus ojos que me acabas de echar. Seguro que entonces ya no serías un ser invisible que deambula por ahí.
-Pero qué...? Mis ojos brillaron?
-Ya veo que te sorprende más el hecho de que chispearan y no que yo lo haya visto.
-Violeta. Dijiste que eran violeta.
-Sí, amor. Los tuyos son violeta. Un color precioso. -Ni siquiera le escuché. Estaba impactada con el hecho de que mis ojos también brillaran y eran violetas. Estaba realmente feliz. Me encantaba el color. Yo violeta, Shawna verde y Ezra rojo. No me di cuenta que lo dije que voz alta. Cuando volvió a hablar, se notaba un cierto entusiasmo en su voz. La burla que impregnaba su voz era ahora felicidad pura y dura. -Así que tenía razón. Ya recuerdas.
-Recordar? Que tengo que recordar?
-Nosotros! Más bien todo! -Gritó haciendo aspavientos con sus brazos y con el movimiento se le bajaron un poco las gafas por lo que pude ver bien sus ojos. Eran azules, pero... Había como manchas en sus ojos. Tenía manchas rojas. O eran naranjas? No lo sé. De lo que sí estaba muy segura es que no pareció gustarle mucho mi respuesta. Que tenía que recordar? Estaba tan feliz y ahora... Parecía casi desesperado. -Dime que nos recuerdas...
-No sé...
No me respondió. Solo se me quedó mirando, buscando algo. Yo tampoco le dije nada. Estaba segura que intentaba meterse en mi cabeza, pero desde aquella noche, todas las mañanas refuerzo mi burbuja de diamante. Otra vez su expresión cambió, pasando frialdad y concentración. Poco a poco fui sonriendo. No es que quisiera después de haberle hecho daño, pero me hizo gracia que lo hubiera hecho tan bien desde la primera vez y nadie fuera capaz de traspasarlo. Tan solo dos personas, tonta... Él vio mi sonrisa y entrecerró los ojos. Me estaba mirando tan intensamente que empecé a sentirme incómoda. De repente se paró y sonrió. Es que consiguió meterse?
-Bueno vale. Me rindo. Veo que Shawna tenía razón. No hay quien... -No le dejé terminar. A lo mejor él sabía algo de ella.
-Shawna?! Dónde está?
-Tranquila, amor. -Dijo sin darme la respuesta. Echó a andar hacia mí y me agarró de la cintura. Estaba tan pegada a él que sentía cada músculo en su esculpido cuerpo, pero en aquel momento me dio igual. Necesitaba saber de Shawna, así que intenté meterme en su mente y solo me encontré con ladrillos. Pero qué?! -Te diré dónde está si me das algo a cambió...
Su voz era tan suave, tan... Concéntrate! Volví a indagar y no hacía más que encontrarme con ladrillos. Tenía que traspasarlos como sea. No me di cuenta lo cerca que estaba hasta que por fin entré en su mente. Estaba viendo a... Ian! Cuando quise decirle algo ya era tarde. Estampó sus labios contra los míos en un beso duro, fuerte... y excitante. Sin quererlo ya tenía mis brazos en su cuello, pegándome más a él y abriendo la boca para recibir su lengua junto a la mía en una feroz batalla. No sé qué me había poseído. Sólo que no quería separarme. No podía separarme y no era la única. Lo notaba en su manera de agarrarme y acariciarme... de besarme. Éramos uno solo. Estábamos como en otro mundo. Ni sentí la mano en mi hombro hasta que tiró de mí para separarme de Ezra. Ya no estaba en sus brazos sino en los de Ian.
Oh, oh...
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Y?!?!?! Qué os dije? A que os gusta Ezra?!
Mil besos mis amores,
Selain
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Shh...
FantasyChloe siempre creyó que era todo menos especial. Nada que la destacara por encima del resto, sin contar con su buen expediente académico. No tenía muchos amigos ni llamaba la atención. Un ser invisible, aunque pensara que estaba un poco loca, o al m...