El aspecto de nuestra hija.
El de mi hija.
El que no recordaba todos estos años teniéndolo delante.
Esto es demasiado.
No puede ser.
Escucho a alguien gritar. Debe de ser mi hija. Grita por su vida perdida. Grita mi nombre. Intento llamarla pero no la recuerdo. Ni sé su nombre. Es tan doloroso. Grito y grito.
Estoy en un torbellino. Parece que es luz, pero me envuelve la oscuridad. Siguen llamando por mi. Duele demasiado.
Chloe!
Chloe!!!
Ya no hay nada. Ni luz, ni gritos, ni llanto. Todo se volvió oscuro...Abro los ojos. Estoy en una cama. En mi cama. Todo me da vueltas, así que cierro los ojos otra vez. Respiro hondo y siento mi corazón latir a toda prisa. Debí tener una pesadilla. Suerte que no recuerdo lo que sueño.
Mis sueños...
Todo me viene de golpe. Ezra en el tejado. Volar hasta el claro. Shawna. Nuestro castigo...
Me echo a llorar aún con los ojos cerrados e intento contener los sollozos, pero me sale un gemido que rapidamente se convierte en un grito. De repente siento una mano en mi antebrazo, que me acaricia suavemente, como si fuera un animalillo asustado. Supongo que lo soy. Abro los ojos y ahí esta Shawna a mi lado sonriendome. No era una sonrisa que traslucía la alegría sino todo lo contrario. Sus ojos estaban tristes. Anegados en lágrimas sin derramar. Esa visión solo me hizo sollozar más y me tiré a sus brazos. Estaba empapando su camisa, pero me dio igual y supongo que a ella también. Ella solo me abrazó bien fuerte pasando sus manos tan ligeras como plumas por mi pelo y espalda.
-Shh... Tranquila. Solo tranquilízate.
No podía. Solo podía pensar en mi hija desconocida. Por las imágenes enviadas por Shawna, sé que era una muchacha alegre, siempre positiva y preciosa. No sé como algo tan perfecto pudo salir de mi. Era una niña perfecta. La perfección que yo no poseo, aún teniendo su mismo físico. Lentamente detengo mis llantos y me suelto de Shawna. Quiero verla. Quiero ver a mi hija. Limpio mi cara con mi camiseta y me dirijo tropezando hacia un espejo de cuerpo entero que tengo en mi armario. Tan precipitadamente lo abrí que con la fuerza se cayeron varias prendas. Me dio igual. Solo podía mirar mi reflejo. Mi hija. La miro detenidamente, sin saltarme detalle. Recuerdo que sus ojos eran color miel. Oro viejo. No como los míos, tan negros como el carbón. El resto no tenía cambios. Era un cuerpo tan conocido y ahora tan extraño al mismo tiempo.
Pasé mis manos por mis pómulos y mis labios. Por mi pelo y cuello.
Tengo...
Tenemos el pelo color castaño claro, que en verano se aclara tanto que aparecen mechones tan rubios que se parece al platino y una cara redonda. No... Tenemos una cara ovalada con los pómulos algo marcados. La nariz era pequeña y respingona. Preciosa. Y los labios estaban rellenos y perfectos. Unos labios que echa a volar a la imaginación y desean ser besados. La piel era pálida, pero no lo suficiente por la cantidad de sol que ve y estaba libre de pecas. Una tez impoluta y pura.
Nuestro cuerpo tampoco tenía nada que desear. Estábamos en el peso ideal y no sobraba ni faltaba nada, con las curvas en su sitio y bien pronunciadas.
Dirijo la vista otra vez hacia el rostro y veo las lágrimas rodar por las mejillas hasta los labios. Estaba llorando y sabía que en realidad eran las lágrimas no derramadas por nuestra hija. No me di cuenta que había hablado hasta que Shawna respondió.
-Sí... Es perfecta.
-Perfecta y preciosa.
-Así es. Es increíble como la opinión que tenemos de uno mismo se transforma en pura admiración al averiguar la belleza que tiene y poseía otro en otro tiempo.
-Yo no soy ella. Solo una mera imitación. No le hago justicia.
-Eres mucho más. Eres el padre y la hija, el antepasado y la descendiente.
-Cuéntame como era nuestra hija.
-No puedo, Chloe. No te puedo hacer esto. Ni tu puedes hacerte esto a ti misma.
-Dime al menos como se llamaba.
-Éire. Se llamaba Éire.
-Un nombre precioso.
-Se lo diste tú. Vivíamos en Irlanda y tú eras un guerrero del rey. Era tu pequeña reina. Alguien que hará feliz y completo a cualquiera que esté a su lado.
-Ojalá la recordara. Ojalá lo recordara todo...
Shawna se quedó callada, mirando el reflejo que yo misma estoy contemplando. Tenía el entrecejo fruncido y estaba mordiendose el labio inferior. Ya la conozco lo suficiente como para saber que me oculta algo.
-Que pasa, Shawna?
La debí pillar desprevenida, porque me mira confusa.
-Qué?
-Me estás ocultando algo. Qué es?
-Nada.
-Dímelo Shawna.
Tenía la determinación impresa en su rostro, pero no estoy dispuesta a soltar este pequeño trozo de esperanza. Si puedo conocer, recordar o traer de vuelta a mi hija, lo haré sin importar el qué.
La agarro por sus hombros y la empujo poco a poco y ella da más y más pasos hacia atrás. Cuando ya no puede retroceder más por la cama. Me acerco a ella y a solo un aliento de distancia se lo pregunto otra vez.
-Hay algo que pueda hacer?
Ella solo negó con la cabeza... Era tan desesperante! Su cabeza!!! Cierro los ojos y me concentro en ella. Acero. Se protege con acero. Lo golpeo sin resultado. Se lo pregunto otra vez, pero sigue sin responder. Tengo que traspasar ese acero. Me imagino los instrumentos de soldadura. No lo rompió, pero algo hizo. Algo caliente, algo caliente... Ya sé! Lava. Lo conseguí! Siento como Shawna se estremece, aunque la temperatura de su cuerpo aumenta. Está sudando bajo mis manos, pero no retrocedo. Ya sé! Hay algo ahí.
-Chloe... No!
-Sí, y lo haré.
-Nooo!!!
Al momento de ella gritar, lo supe todo. Lo vi todo. Ya sé que hacer.
-Lo haré!!!________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Hola chic@s,
Intento escribir siempre que puedo. También me gustaría que os pasarais por mi otro libro, Media naranja. No es ficción sino romántico, pero estoy segura que os gustará, o al menos así lo espero.
Mil besos mis amores,Selain
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Shh...
FantasyChloe siempre creyó que era todo menos especial. Nada que la destacara por encima del resto, sin contar con su buen expediente académico. No tenía muchos amigos ni llamaba la atención. Un ser invisible, aunque pensara que estaba un poco loca, o al m...