-Cómo que diferente? -Me dijo dando un paso hacia atrás y rascándose la cabeza. Increible... Tiene el mismo tic que Ian. Está nervioso!!
Normal. No se esperaba esta pregunta.
Tú callate, Ego estúpido.
Cómo me acabas de llamar?
Ego!! Estoy harta de hablar conmigo misma y no tener un nombre por el que llamarte.
Ego. No está mal. Aunque ahora que sabes ciertas cosas prefiero que me llames por otro nombre...
Qué?! Aaaah cállate!!
-Sí, Ezra. Diferente. Cómo es que soy exactamente igual en mis otras vidas excepto en los ojos que es justamente lo que no puede cambiar nunca según las estúpidas reglas?
-Entonces sí recuerdas? -Su expresión cambió completamente. Se notaba la melancolía en ella.
-Pero qué tengo que recordar?! Mis vidas pasadas? Es que se supone que tengo que acordarme de ellas?
-Sí, Chloe! Se supone que es así, pero contigo todo es diferente. No sé como seguir con esto. En todas las vidas igual! -Quise responderle, pero otra voz habló. Una voz que yo conozco.
-Sabes que no es su culpa.
-Shawna. -Miré a Ezra con confusión pero él solo encogió sus hombros y dijo
-Querías verla, no?
-Sí...
-Cuanto entusiasmo. Pensé que correrías a mis brazos como en las películas. -Dijo ella con una sonrisa y abriendo los brazos. -Anda, ven.
No pude. Me quedé clavada al suelo sin ser capaz de moverme. Solo podía mirar como ella estaba ahí parada con los brazos abiertos mirándome feliz, mientras Ezra también me miraba, pero con tristeza. Esta vez fui yo la que dio un paso atrás rascándome la nuca.
-Lo siento Shawna. Ahora no es el momento. Necesito saber ciertas cosas primero.
Shawna al fin bajó los brazos y miró al suelo con cansancio.
-Así que llegó el momento, no?
-Sí. Eso parece. -Le respondió Ezra.
-Porque no se lo cuentas tú?
-Es tu historia. Es toda tuya.
-Vale vale. Ábrete. Es más fácil en la cabeza y si se lo cuento a ella, no vas a escucharlo.
-Bien.
Ahora los dos me estaban mirando a mi. Me ponían un poco nerviosa, pero...
No te preocupes. Esta historia te va a aclarar muchas cosas.
Yo solo pude asentir.
Bien. Ya sabes que somos reencarnaciones, que cambiamos nuestro físico en cada una de ellas a excepción de nuestros ojos y esto lleva ocurriendo ya unos tres mil años. Pues hace unas veinte y tres vidas, como en todas las anteriores a ellas, nos conocimos y nos enamoramos. Era todo tan perfecto que no nos dimos cuenta que podía tener consecuencias fatales, o más bien yo no me di cuenta. En todas nuestras vidas conocimos también a Ezra y por mucho que me pese, también estabas enamorada de él. No sabías decidirte. Nos querías a los dos por igual. En un principio estábamos todos hundidos. No eras capaz de decidirte entre ninguno de los dos. Nos separó. Pero luego ocurrió algo sorprendente. Te dividiste a ti misma. Eras dos personas completamenta distintas en un mismo cuerpo. Estabas tú, la de los ojos negros con poderes violeta de siempre y el otro tu, de ojos azul oscuro con poderes azul noche. Aún no sabemos cómo lo hiciste, pero fue la mejor reencarnación que tuvimos. Tú y yo y tu otro tú y Ezra vivimos una vida feliz y plena. En la siguiente reencarnación todo se fue al garete. Cuando te encontramos volvías a ser una persona, pero con dos personalidades distintas. Dos personas en un mismo cuerpo. Eso nos devastó, pero más aun lo hizo cuando descubrimos que no recordabas tus vidas pasadas. Lo normal es que soñemos con ellas y las recordemos poco a poco. Tú, al haber vivido dos vidas distintas, se volvió confuso y tu cabeza los elimina en cuanto despiertas. No recordabas tus vidas ni tus poderes y lo peor de todo es que te creías un loco porque escuchabas una voz y te pasaban cosas extrañas. No sabíamos que hacer. Nosotras solo eramos unas chicas de pueblo y tu un guerrero del rey. Apenas podíamos acercarnos a ti. Cuando al fin lo conseguimos no cabíamos en nosotras mismas del gozo. Tuvimos que vestirnos de prostitutas y emborracharte para que al fin nos escucharas, pero lo conseguimos. Más o menos. Estabas tan ebrio que no pudimos hablar contigo hasta la mañana siguiente. Intentamos explicarte lo que somos y que podemos hacer, pero no querías escuchar. Nos llamaste locas cuando tú mismo te considerabas uno. La suerte, o la mala suerte fue que no podemos controlar lo que no sabemos lo que es. Te enviaste a ti mismo a nuestro mundo en plena lucha, lo que casi te mata. Ezra te esperaba ahí para explicarte lo que ocurría, mientras yo movía tu cuerpo a un lugar seguro y esperaba a que regresarais. Cuando lo hicisteis ya estabas más receptivo y conseguimos hacerte entender todo. Aceptaste lo que eres y nos mudamos a otro lugar donde podíamos estar tranquilos. No fue grande nuestra sorpresa cuando un tiempo después conseguiste dividirte otra vez. Volvíamos a ser felices. Tanto que seguíamos sin darnos cuenta que lo que hacíamos estaba mal. No pasó mucho tiempo hasta que al fin lo hicimos. Tu y yo tuvimos una hija. Era perfecta. Preciosa. Lo más bonito que te puedes imaginar. Pero nada es perfecto. Un hijo entre dos de nosotros no puede sobrevivir. La única manera sería viviendo en nuestro mundo y eso no es vida. Estaría durmiendo para siempre en el mundo real. Al final murió. A los diez y seis años decidió que no quería vivir así y se despertó para morir. Estábamos tan tristes. Tu otro tu y Ezra intentaron animarnos, pero como sobrevivir a la muerte de un hijo? No se puede. Ese dolor te acompañará siempre mientras vivas. Una noche aparecieron nuestras madres en nuestros sueños. Estaban muy enfadadas con nosotros. Habíamos creado un ser que no podía vivir ni en un mundo ni en otro. Solo en sueños. Pero ese ser era nuestra hija. Mientras nos regañaban y gritaban, nosotros solo pudimos mirar al suelo y asentir. Pensamos que merecíamos aquel castigo, pero ese no era el castigo. Era uno mucho más cruel. A ti no podían hacerte mucho más ya que nunca más recordarías tus vidas pasadas, pero a mi...
"Siempre recordarás lo que hiciste. Siempre tendrás delante de ti la prueba de tu castigo. Sufrirás en todas tus vidas y tu pareja también lo hará al descubrir la verdad. Hasta la siguiente vida, sufre en soledad."
Eso me dijeron y así fue. Tú a la mañana siguiente estabas muerto y yo no viví mucho más. Perdí a mi hija y te perdí a ti. Fue en la vida siguiente que descubrí lo que quisieron decir nuestras madres con el castigo...
Shawna se quedó callada. Ya no escuchaba nada. Ya no veía nada. Aún estábamos en aquel claro y tanto Shawna como Ezra me miraban con lágrimas en los ojos.
-Cual fue el castigo, Shawna? -Mi voz temblaba con horror. No puedo creer que todo esto pasara. Es tan triste y aún así nos castigaban más. Qué era?! -Shawna!
-No volverías a cambiar de aspecto. Siempre tendrías el mismo físico. El que tienes ahora mismo y el que tuviste durante veinte y una vidas y yo siempre tuve que tener delante. -Dijo ya cayéndole las lágrimas por las mejillas e hipando. Era tan difícil de ver que hasta a mi me entraron lágrimas en los ojos. Ya sé cual era el castigo. Ya sé por qué nunca cambio de aspecto. Yo soy su castigo. Tengo el aspecto de...
El de nuestra hija.________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Hola chic@s,
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Mil besos mis amores,Selain
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Shh...
FantasyChloe siempre creyó que era todo menos especial. Nada que la destacara por encima del resto, sin contar con su buen expediente académico. No tenía muchos amigos ni llamaba la atención. Un ser invisible, aunque pensara que estaba un poco loca, o al m...