azul oscuro y brillante, como dos gemas

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-Porqué crees que somos capaz de hacer todas estas cosas?
-Porque somos hijos de unas supuestas diosas. -dije, pero Ezra tenía cara de fastidio una vez que lo dije, asi que me corregí un poco. -O al menos las reencarnaciones de los hijos de las diosas. Es lo mismo Ezra...
-No, no lo es, pero veo que Shawna al menos te explicó algo. Bien. Y porqué no podemos hacer nada de día, a excepción de transportarnos a nuestro mundo y leer la mente?
-Como que no podemos hacer nada de día? Si no recuerdo mal, tu mismo dijiste que eché chispas por mis ojos el otro día.
-Cierto, pero eso es caso aparte. Ya volveremos ahí después. -dijo con una risilla nerviosa. No pude preguntarle el porqué, ya que siguió hablando.- A ver. Normalmente no podemos hacer nada de día y es porque tenemos la noche en nuestra sangre, o mejor dicho, en nuestra alma. Si nuestras madres se encargaban de los sueños, nuestros abuelos por llamarlos de alguna manera, eran quienes traían la noche. De día solo podemos transportarnos a nuestro mundo porque de día también se puede soñar, aunque no es lo mismo, y leer la mente? Eso es porque estamos conectados por nuestras almas. Somo como uno.
-Entonces... Cuidado Ezra!!! -Grité señalando con el dedo hacia el frente como una histérica. Estabamos a punto de estrellarnos contra un edificio, pero él sin mirar lo esquivó. Yo aún tenía el corazón a mil cuando me miró con suficiencia.
-No tienes que preocuparte que yo te cuido. Esto es casi automático, Chloe. Tú aún no lo consideras algo normal, pero es así. Ni siquiera hace falta concentrarse. La noche es nuestra para hacer lo que queramos con ella. Eso es lo que te estaba explicando. Si de día no podemos hacer gran cosa, de noche lo podemos hacer casi todo. Si logras imaginarlo, lo puedes hacer.
No dejaba de darle vueltas a que de día no podemos hacer nada. Eso no es cierto. Yo pude echar chispas el otro día sin siquiera pensarlo y si no recuerdo mal, aquella vez que me transporté al otro mundo yo sola, cuando aún no sabía que era, juraría que antes de explotar, estaba flotando un poco en mitad de mi salón. No lo pienses mucho. Averiguarás todo a su tiempo. De momento disfrutemos de la noche. Hacía tiempo que no veía las estrellas tan de cerca. Pero qué? Mi otro yo me está diciendo que ésto ya lo vivió, que no me coma el coco por ello? Como no me voy a comer el coco con todo esto?!
-En qué piensas amor? -la interrupción de Ezra en mis cavilaciones me sorprendió. Gracias a dios que no puede leer nuestra mente.
-En todo lo que me dijiste. La noche, el día, lo que somos. Lo estoy procesando. -dije así vagamente. No quiero que sepa de mi otro yo. Algo me dice que no lo puedo sacar a la luz. Es mi secreto.
-Es una pena que no pueda leerte la mente. Shawna te enseñó bien.
-Ya... Hasta prefiero que no seas capaz de leerla. Mi cabeza es mía. Ahi no tiene porque estar nadie a parte de mi misma. -Ni terminé de hablar y él se echó a reir y negando con la cabeza. -Porqué te ries?
-Nada nada. Las mentes son un misterio. Aunque pudiera meterme dentro y averiguara mucho sobre ti, no lo sabría todo, pero es un buen incentivo para conocer a la persona y saber alguna que otra cosa.
-Puede ser... -En que estará pensando. Aunque ahora es más majo, sigo sin fiarme mucho de él. Pues bien que te estás dejando llevar. No olvides que estás volando con el tío del que no te fías. Si es que a veces eres tonta de remate. Si quieres saber que piensa, solo tienes que entrar tal como él dijo. Conseguimos entrar una vez. Malo será que no lo consigamos otra vez. Tiene su punto. Si conseguí meterme cuando fue de Ian, también lo seré ahora. Pero no lo notará cuando intente meterme en su cabeza? Yo lo noto un poquito cuando lo intentan en la mía. Baah! Por intentar... Me concentré en él y ahí estaba. Ese muro de ladrillos. Los rompí como la vez anterior solo que me encontré más ladrillos. Debió de reforzar la protección. Le eché un vistazo, a ver si se daba cuenta, pero seguía mirando al frente con la cara relajada, casi feliz. Volví a los ladrillos. Otros golpes más y... por fin.
-Porqué no me dejas entrar nunca en tu mente? Es frustrante no saber lo que piensas.
-Ya lo sé, pero mi cabeza es mía. Ahí no tiene porque estar nadie a parte de mi misma. Aún así, no te enfades. A una mujer le gusta su privacidad.
-Vale vale. No volveré a insistir... En esta vida al menos. Quien sabe. A lo mejor me dejas en otra vida.
-Lo dudo, pero la esperanza es libre. Además... Quien dice que no te enamorarás de otra en un futuro?
-Freya... Yo te amo. Lo hice en todas mis vidas pasadas y lo haré hasta el fin de los tiempos. No lo olvides por favor.
-Lo intentaré Killian. Yo también te amo. Siempre tendrás un pedazo de mi corazón, aunque me mente no se acuerde.
No puedo creer lo que estaba viendo. Era yo, pero no era yo. Tenía el pelo mucho más largo, la ropa era... diferente y los ojos eran azules. Un azul oscuro pero brillante, como dos gemas. No tiene sentido, ya que yo los tengo negros como un pozo. Era mi misma cara y mi mismo cuerpo. Aún así las diferencias eran casi palpables. Me veía más elegante, más... no sé. La pareja ahora se está besando con pasión bajo la luz de la luna en mitad del bosque. Era casi mágico. Si soy yo, porque no lo recuerdo? Por la ropa tan rara, debió de ser en otra vida. Además, el hombre me llamó Freya. Quien era el hombre? Tendría sentido si fuera Ezra, pero no se parece en nada al hombre de melena rubia y fuertes brazos. Aunque... Cómo me dijo Shawna? Mismos ojos, mismo color, misma personalidad. El hombre miraba con adoración a mi yo pasado. Tenía sus mismos ojos? Si... Somos Ezra y yo. Killian y Freya. Nada tiene sentido. Porqué yo tenía los ojos azules? Y si nuestro aspecto siempre cambia en cada reencarnación, porque sigo pareciendo yo? Y lo peor de todo... porqué no recuerdo mis vidas pasadas?
-Ezra... me puedes explicar otra cosa más?
-Claro, amor. Suelta por esa boquita tan bonita.
-No seas tan empalagoso.
-Vale, venga. Pregunta. -me dijo bajando tanto de ritmo como de altura. Se lo agradezco en silencio. Me gusta volar, pero ahora mismo quiero sentir el suelo bajo mis pies. Cuando al fin tocamos el suelo, estábamos en un claro del bosque donde solo nos alumbraba la luna. Es casi irónico que se parezca tanto al lugar en el que estaba pensando hace unos momentos. Le miré a los ojos y me puse lo más seria que pude. Él solo aguardaba mi pregunta con paciencia. Inspiré hondo... y lo pregunté.
-Porqué yo soy diferente?

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Siento la tardanza chic@s. Estoy en plena búsqueda de empleo y no ayuda nada el hecho de no saber como poner en papel lo que tengo rondando por mi cabeza. En todo caso espero que lo disfruten.

Mil besos mis amores,

Selain

Shh...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora