Emilia y Jaden se vuelven a encontrar, pero esta vez en Argentina, el país natal de ella y dónde vive actualmente. Él esa dispuesto a arreglar las cosas, pero ¿ella?
Habrá obstáculos y terceras personas que dificulten la meta de Jaden, pero el cast...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
había pasado un poco más de una semana desde que me habían dado el alta del hospital, y la verdad hubiese preferido no despertar por dos razones: primero, me dolía todo y tenía marcas por todo el cuerpo, lo que se había vuelto una inseguridad, ya que no todas podían ser tapadas al cien por ciento con maquillaje porque se notaban igual. segundo: había perdido a Jaden, mí Jaden.
bueno, en realidad no lo había perdido en sí, ya que desde que él se había vuelto a Atlanta, habíamos estado hablando todos los días. de hecho, ese día después de que el médico me haya explicado todo, lo primero que hice fue agarrar el teléfono para preguntarle a Jae si estaba afuera, pero mí decepción no pudo ser mayor cuando me dijo que no, que estaba en Atlanta.
obviamente me explico todo, que no podía perder el avión y que por más que estuviese deseando quedarse sus papás no lo habían dejado y yo lo comprendí, pero desde ese día no puede parar de llorar.
literalmente mí rutina se basaba en: levantarme, llorar, comer, hablar con mí novio, hablar con mis amigos, comer, llorar, bañarme, llorar, y dormir.
me sentía muy triste y poco a poco ese sentimiento se hacía más grande; en el único momento en el cual desaparecía era cuando hablaba con él, con Jaden.
con él no tenía que fingir que estaba bien ni forzar una sonrisa, porque me salía solo.
ahí fue cuando me di cuenta que lo necesitaba más que nada.
obviamente, todos notaron esto que me sucedía y estaban muy preocupados diciendo que el brillo en mis ojos había desaparecido, que ya casi no sonreía o que no me veían feliz, o simplemente que no era la misma.
era de esperarse que después de tal evento que había sufrido no iba a volver a ser la misma Emilia de antes, pero también era evidente que ese grande cambio no era específicamente por ese suceso.
mis citas con la psicóloga empezaron a ser más, y en la mayoría salía llorando.
ya casi no salía de casa, tenía miedo a encontrarme con Laila y que no sé, me haga algo.
hablando de ella, no la había vuelto a ver después de lo que pasó, nadie en realidad, ni yo, ni mis amigos.
tanto ella como su familia había desaparecido.
y por si se lo preguntan, no, no la denuncié después de eso, no pude.
fue mí amiga por tantos años, la quería tanto... pero ahora no siento absolutamente nada, y es por eso mismo que mis acciones fueron nulas, porque no sentía nada hacia ella y lo único que quería era olvidarla, tanto a Laila como a esa horrible noche, y sabía que tomar cartas en el asunto iba a significar tener que recordar todo lo que había pasado todos los días, y eso me iba a hacer todavía peor.
mis amigos venias a visitarme casi todos los días, menos Mateo, con quién también había perdido relación después de un mensaje de texto que me había enviado pidiéndome perdón por lo que habían hecho, tanto él como Laila, y también aclarándome que él no tenía ni idea de que ella se iba a aparecer en mí casa ese día y que, de haberlo sabido, lo hubiera impedido sin pensarlo porque jamás dejaría que me pasara nada malo. finalmente, termino por escribir que me quería y que por eso mismo no me iba a molestar ni a hablar más.
