Tomo II [Completa]
Con su esposa raptada por uno de sus temibles hermanos, Gastón se ve obligado a regresar al reino de los vampiros, Valfart; donde encontrará a su amada Maddy convertida en una asesina y dispuesta a matarlo bajo los poderes hipnóti...
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—Mi amo, todo está listo.
Abroché el botón de mi capa a la altura de mi pecho sin dejar de admirar la vista desde lo alto de mi mansión. El despertar de la destrucción apenas mantenía con vida a la raza humana desde hace un mes. Los derrumbes empeoraban cada que pensaba en la pena de Maddy siendo esclava de Warren.
Pero no podía darme el lujo de ir sin antes armar un plan.
Miré por encima de mi hombro a Georgia—mi ama de llaves de total confianza—, confirmándome que mi jet había aterrizado en el jardín y mis gárgolas ya estaban adentro para viajar al reino de los vampiros.
Ese lugar era donde el bastardo de Warren había llevado a Maddy. Iba a recuperarla a toda costa, incluso si tengo que asesinar a los míos.
—Te arrepentirás, Warren.
Me trasladé afuera de la mansión para dirigirme al jet. Iba a procurar no llamar la atención de algún ser en Alemania, así que aterrizando en unas horas al otro lado del mundo lo haría en un pueblo con humanos que conocía muy bien desde hace años.
Georgia tenía a Perchas y a Denver con las correas, miré a las únicas criaturas que no huían de mí y se volvían locos de alegría al verme llegar cada noche. Maddy los adoraba y ellos a ella, y por increíble que parezca, parecía que habían caído en una profunda tristeza desde que ella ya no estaba.
—Cuídalos en mi ausencia.
—Sí mi señor, que tenga buen viaje y que todo salga bien.
Antes de subir escuché claramente como un auto se detuvo al otro lado del portón. Ese olor a jabón combinado con tabaco...
—Con una mierda, lo que faltaba.
Max.
Y no estaba solo. Los aromas dulces flotaban como hilos en el ambiente para identificar la presencia de las amigas de Maddy.
La ciudad estaba por volverse escombros y me impresionó que hayan llegado hasta aquí sin sufrir algún grave accidente; sobre todo al cruzar el puente de piedra que no era para nada seguro.
Gruñí por debajo y a regañadientes me dirigí hacia ellos para echarlos de aquí.
—No deberían de estar aquí —advertí.
Los tres me observaban perplejos. Max rodeó con sus manos dos barrotes del portón que nos dividía y me lanzó una mirada lacerante. Entrecerré mis ojos.
—Maddy no contesta ¿Dónde está?
—Solo queremos saber si está bien. Si están bien —se corrigió Nora muy a la defensiva y con un semblante hostil que me irritó.
Aspiré aire aunque no fuera necesario, hace mucho describí que eso me ayudaba para mantener la calma sobre mis dones.
—Ella...
—La verdad, Maddy no es de desaparecerse tantas semanas —rugió Max—. Mira cómo está la maldita ciudad y tú pareces estar muy tranquilo.
Humanos imprudentes.
Si no fuera por ser especiales para Maddy les hubiera roto el cuello y bebido su sangre hasta dejarlos secos, después de todo son parte de mi dieta y tres humanos menos no son nada. De repente esa idea me dio sed, y la sangre de Max era la más cercana al exquisito y delicioso saber de mi mujer.
Aparté la mirada para concentrarme en hacer a un lado mi apetito.
«Ellos no, ellos no, ellos no».
—Ya les dije que está bien.
—No, mientes, ¿Qué hace un jet en tu jardín? —escupió Janis—. Algo anda mal, habla, Gastón.
—Te lo exigimos —agregó Nora.
Humanos altaneros.
—Yo tenía razón, algo ocultas —señaló Max con el ceño fruncido.
Debería de importarme una mierda lo que estás fastidiosas e insignificantes presas me dijeran, con un chasquido caerían al suelo, tal vez lo mejor era eso, quitármelos de encima para enfocarme solo en Maddy.
Mis dedos estaban listos, pero... desistí. Cuando tenga a Maddy de regreso y se entere de lo que hice con ellos jamás me lo perdonaría.
—Tengo que irme.
—No has respondido ¡Habla, maldita sea! —gritó Nora.
Rugí y no pude evitarlo, mis ojos me delataron. Los tres trastabillaron al ver el reflejo verdoso que lanzaron mis ojos. Cada que algo me sacaba de quicio o me excitaba no podía evitar ese brillo antinatural en mí; era parte de ser el vampiro de la destrucción.
Mis habilidades eran superiores a las de cualquier humano promedio, incluso sobre vampiros de baja categoría.
—Carajo.
— ¿Qué rayos eres? ¿Dónde tienes a Maddy?
— ¡Maddy! —gritó Nora muy alterada para mi gusto.
Refunfuñé hastiado y me dirigí al portón, el cual de un solo tirón lo derribé para ver frente a frente a Max y compañía. Los tres humanos estaban por treparse al cofre del auto.
—Maddy... —no sé si sería bueno decirlo, miré en especial a Max—. Me han quitado a Maddy, uno de mis hermanos se la ha llevado y estoy por ir a recuperarla.
Se quedaron atónitos y yo aún más ¿Por qué me rebajé a darles explicaciones a unos simples humanos?
Todo esto lo hacía por Maddy, por recuperarla y tratar de cortar su sufrimiento a lado de Warren.
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Hoy es un día especial: mi cumpleaños✨ y el inicio de el 2do tomo de esta historia❤️