Tomo II [Completa]
Con su esposa raptada por uno de sus temibles hermanos, Gastón se ve obligado a regresar al reino de los vampiros, Valfart; donde encontrará a su amada Maddy convertida en una asesina y dispuesta a matarlo bajo los poderes hipnóti...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todo era oscuro y borroso. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas y sentía un calor abrazador en todo mi cuerpo que no me dejaba tranquila. La oscuridad no me permitía ver dónde había caído Gastón, pero en algunos destellos que saltaban entre esas penumbras, alcanzaba a distinguir los cuerpos de los hermanos Le Revna que se debatían a un duelo de poder.
Joder, me dolía todo el cuerpo, mis pies sobre todo, me costaba respirar con tranquilidad y no dejaba de temblar. Todo esto era una maldita pesadilla de la que rogaba despertar.
Escuchaba rugidos, rugidos de animales bestiales que se estaban matando entre sí y yo no sabía qué hacer. Paralizada del miedo me recargué a una pared para dejarme caer hasta el suelo.
No encontraba cordura, ni si quiera recordaba las últimas semanas con claridad, de repente me veía a mí con un grupo de mujeres armadas que decían ser mis hermanas Draconias—no entendía por qué—, luego un hombre alto y de aspecto encantador y dominante me incitaba a ir más allá de los límites, al punto de devanarme los sesos por sobre pensar en la posibilidad de huir con él.
Gastón... todo era tan confuso.
Parecía que no tenía control de mi propia mente, y luego estaba esa voz que terminé odiando, la voz de un ser maligno que me obligaba a hacer lo que era su voluntad, atrocidades que no quería pero no había forma de impedírselo por más que rogaba a gritos. Y de pronto, como si se tratara de un ángel, Gastón llegó.
Sé que no era un ser de luz, pero al menos no me dejó morir en manos de sus hermanos.
Warren...
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mi piel se volvió de gallina cuando recordé ese nombre tan siniestro que invadía mi mente para volverme su esclava.
Mis ojos escocían y las lágrimas no tardaron en formar surcos por mis mejillas. Me esforcé por volver, por pelear como esa voz me suplicaba que lo hiciera, y era una voz que no podía olvidar, incluso estando bajo ese efecto de marioneta.
Gastón me hablaba, lo lograba escuchar, por él es que volví, a pesar de que ese lado de Draconia que corría por mis venas me llamaba.
Cerré mis ojos y respiré profundo para controlarme. Los sonidos de bestias en plena pelea se escuchaban a lo lejos, desde el fondo de ese abismo oscuro. Me concentré en mi interior para tomar la fuerza que necesitaba para levantarme sobre mis pies heridos.
Me sujeté de la pared para apoyarme y di los primeros pasos. Ardía, era como si pequeñas y filosas navajas se incrustaran en lo más profundo de mis pies.
Dolía, pero no iba a dejarme vencer después de que mi mente estuvo en el confinamiento por culpa de un vampiro con aires de grandeza y ganas de venganza. Me acerqué a esa profundidad negra para ver si podía ayudarle en algo a Gastón.
¿En qué estaba pensando? Era patética en este momento, lo único que haría era darle un problema más a Gastón, podría desconcentrarlo con sus intenciones de protegerme y eso lo aprovecharían sus hermanos para derrotarlo.