Capítulo 16. Venganza

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Una vez más crucé el puente para entrar al castillo negro

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Una vez más crucé el puente para entrar al castillo negro. Barbany y Tebras no tardaron aparecer para detenerme.

—¿Qué mierda pasó? ¿Cómo es posible que tengas a las gárgolas contigo?

—Me pertenecen —espeté hacia Tebras.

—No es verdad —rebatió Barnaby, azotando su libro en la palma—. Te las robaste el día que Valfart cayó.

Alcé mi vista sin ninguna culpa.

—Ellas decidieron seguirme, y les he dado mejor trato que ustedes, por eso me respetan de manera autentica.

—Son simples sirvientes.

—Sirvientes muy hábiles. ¿Dónde está Warren?

—¿Para qué quieres saberlo?

La voz de Ledger venía del fondo. El cuarto hermano se unió a nosotros y no bajó su mirada afilada ante mí.

—Para saber si di en el blanco o me faltó —reté.

Ladger arrugó la nariz y enseñó los colmillos para amedrentar.

—Perdió la vista de su ojo izquierdo.

Tebras y Barbany miraron a Ledger. Yo apenas sonreí, maravillado por lo sucedido.

—¿Cómo te atreviste? —inquirió Barbany hacia mí.

—Me atreveré a todo por mi esposa, esto apenas es el comienzo. Dile a Warren que no me detendré, que se metió con el vampiro equivocado y la próxima vez perderá más que un ojo.

Les di la espalda, estaba harto de cada uno de ellos y mi paciencia ya estaba llegando a su límite. Solo unos días más y ellos caerían.

—¡No te confíes, Gastón! Sacaste a Warren de la jugada, pero los demás seguimos.

No le di importancia a la advertencia de Ledger. Eso ya lo sabía e iba a denotarse una batalla de poder.

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—Joder, Gastón pudiste morir.

No pensé que venir a ver a Max fuera otro castigo, peor que estar con Cortalenguas. Apreté el puente de mi nariz, tratando de que la calma se convirtiera en mi mantra.

Resoplé, notando el vahó que salía de la boca de Max. La azotea del hotel se había convertido en nuestro lugar de encuentros secretos.

—Ya no lo soporto, Max. Cometeré una locura si Maddy no regresa conmigo.

—¿No dijiste que eso sería contraproducente? Que su mente está, no sé ¿Controlada? Podría ser malo.

—Mientras Warren la controle no podré decirle la verdad, su mente podría colapsar y no sabría qué personalidad la dominaría.

2° El amo de la destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora