Capítulo 8. Riesgo

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En mi vida humana no fui alguien excepcional, solo un peón más que movió el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial

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En mi vida humana no fui alguien excepcional, solo un peón más que movió el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial. No recordaba mucho de aquella infame y cruel vida, aunque algunos destellos de lo que fui a veces bombardeaban mi mente para atormentarme por todas las vidas que me cobre en el nombre de mi país.

Cuando pensé que podía ser merecedor de una vida digna y tranquila, se me fue arrebatada esa oportunidad cuando Igor me mordió para convertirme en un monstruo como él. Me otorgaron el don del vampiro de la destrucción porque Igor necesitaba sucesores que reemplazaran el Pentágono maldito, tanto poder lo estaba matando y antes de su deceso se encargó de educarnos y tomar el rol de "padre".

Mis primeros años como vampiro fueron los más oscuros, cuando mis hermanos y yo intentábamos llevarnos bien y sobre todo, no matarnos. Nunca tuve un vínculo cordial o cercano con ninguno de ellos; no los veía como mi familia ni como aliados, sino como vampiros con quienes compartía una maldición que muy apenas podía soportar.

Con el tiempo eso fue cambiando—al menos para mí—pude conectar un poco con Barbany y Ledger, pero jamás con Warren y Tebras. Warren siempre fue un vampiro celoso y envidioso, nunca aceptó que yo fuera mejor en los entrenamientos de combate y atrayendo humanos para alimentarnos, él prefería utilizar su fuerza mientras que yo la seducción y la astucia.

Eso me hacía mejor jugador.

Aunque en estos últimos años sé que Warren ha ido perfeccionando sus armas, fui obligado a tomarme las cosas con cautela porque sabía que en cualquier momento me saldría con alguna sorpresa que no me gustaría.

Se había metido con mi esposa, con la mujer con quien formaría una familia y eso no lo iba a perdonar, mataría a Warren aunque eso me condenara de por vida.

El cielo oscuro y nublado del pueblo me hizo salir con total tranquilidad con mi encanto activado. Pasaba de un ser inmortal a un humano normal. Necesitaba ordenar mi cabeza después de todo lo que viví hace dos días frente a Warren, no podía dejar pasar nada y mantenerme con bajo perfil por el momento era mi mejor carta.

Maldije el pacto de sangre.

Pero justo cuando la cabeza me iba a estallar de la desesperación, la vi. Maddy compraba pan recién horneado en un local, no llevaba la capa morada de las Draconias, en cambio se cubría con una marrón y sonreía.

¿Qué era lo que ocurría ahora?

No dudé, si era alguna ilusión de Warren, si me había encontrado, entonces debía que tener cuidado, no caería tan fácilmente con estas infantiles trampas.

Me acerqué lo suficiente hasta que ella percibió mi presencia. Volteó y brincó del susto o de la impresión, tal vez un poco de ambas.

—¡Gastón!

Sonreí y ella reaccionó muy tarde, aunque aun así me dio un golpe en el pecho que ni si quiera me movió.

—Tonto ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no me esperaste como te dije?

2° El amo de la destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora