Capítulo 6. Destrucción y muerte

1.4K 221 29
                                    

No le quité la vista de encima mientras lo rodeaba por las sombras de la sala

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No le quité la vista de encima mientras lo rodeaba por las sombras de la sala. Él me seguía con la mirada, atento a cada uno de mis movimiento.

—No estoy aquí para ofrecer paz.

Warren arqueó una ceja por el disgusto que le produjo mi comentario.

—Soy tu hermano mayor —recalcó con voz  abrasiva.

Su cólera se elevaba cada que pronunciaba que éramos hermanos.

—Eso dejó de importarme hace mucho tiempo.

Dejó escapar una risa seca y recargó un hombro a la pared sin exponerse al sol que ya estaba inundando la habitación.

—Debes de estar muy confundido con lo que encontraste aquí ¿No?

Eso es evidente, mi gruñido retumbante lo dejó muy claro.

— ¿Qué fue exactamente lo que hiciste con Maddy?

No me cabía la menor duda de que era magia negra, pero un vampiro no podía actuar por si solo con ese lado oscuro de la magia; eso era de las brujas con las que nos solíamos relacionar. Ellas se encontraban al norte del territorio desconocido por el hombre, sin embargo, esa alianza entre ellas había sido quebrantado por lo que yo causé hace treinta años.

—Es la primera fase de tu sufrimiento, querido hermanito.

—Basta, Warren.

—Como futuro rey de los vampiros voy a ponerte un alto.

Solté una carcajada desdeñosa y lo enfrenté de nuevo.

—No eres capaz de gobernar nada, tú nunca serás rey.

Sus ojos lanzaron un destello de irritación.

— ¡Es mi destino! ¡Como hermano mayor que soy! ¡Valfart. Me. Pertenece! —vociferó al tiempo que lanzaba un sofá por los aires.

Me hice un lado con actitud impávida sin tomarme la molestia de ver cómo el mueble se partía en dos al chocar con el muro a mis espaldas.

—Todos tenemos el mismo derecho gracias a nuestros dones —enarqué una ceja con arrogancia—, ¿Acaso ya se te olvidó lo que dijo el bastardo de nuestro creador? ¿Y lo que nos hizo pactar con nuestra sangre?

Warren me aborrecía, podía percibirlo en su mirada ébano, un humano corriente podía caer en la perdición del agujero negro que se formaban en sus ojos.

Pero conocía lo lóbrego de su habilidad, yo era inmune porque por muchos años luché para que Warren no me atormentara por ser el segundo hermano.

Hasta que despertó su miedo hacia lo que yo podía lograr si se me provocaba.

—No se me ha olvidado, pero... ¿Desde cuándo sigues las normas, Gastón? Si tú mismo las has corrompido para tu propio beneficio.

No era mentira, muchas veces fui en contra de las leyes vampíricas que teníamos en el reino solo por obtener algo que quisiera. Me consideraba en aquel entonces alguien con una actitud bastante rebelde que le costaba seguir las reglas impuestas. Tenía coraje hacia Igor por haber acabado con mi vida humana; poco a poco eso cambió, cuando me di cuenta de los alcances de mis dones y empecé a utilizar todo eso a mi favor.

2° El amo de la destrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora