Mi antiguo hogar.

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Acepte volver una vez más, quería saber que tanto el bosque se ilumina por la noches y que tanto me duele dormir a oscuras.
Vi a mis amigos, solo dos de los que solíamos ser una familia de diez.

Cigarrillos armados y viejas canciones, la misma casa pero con distintas conversaciones. Estoy segura de que no somos las mismas personas pero con ellos tengo de nuevo diecisiete, me estoy ahogando en nostalgia y deseo de por un momento detener el tiempo.
Vueltas en el auto por calles desoladas que tanto nos encantan y el descampado en el que solíamos hacer fuego junto con cualquier instrumento. Veo estrellas, constelaciones enteras y tengo el mundo entero en mis manos. Hay olor a tierra e inocencia que me persigue a todos lados.

Esta rapida visita me trae calma después de la tormenta, quizás porque ya no tengo expectativas. Puede ser que logre dejar el resentimiento del sufrimiento que tanto me causó el pasado para poder apreciar con nuevos ojos sus verdaderos colores.
Nos reímos de el chico que alguna vez nos gustó y cree mil poemas para luego no verlo nunca más en mi vida. Ya pasé de pagina.

Somos adultos y no hay nada que pueda hacer en contra de ello, tengo que seguir con mi vida y tratar de averiguar quíen soy si no es esto que nos rodea en este instante, lo único que conozco, la familiaridad de mis recuerdos.
Tome largas siestas con mi mamá y me abrazo mi papá. Parece poco pero ¿Acaso no está esta tranquilidad lo que tanto pedí?
Vivir sin miedo y tener certezas de que va a pasar depues. En el bosque no se escuchó un grito solo crujido de ramas en el suelo, pero si los cantos de los pájaros en el cielo y mi respiración en el silencio.

La guitarra que todavía no se tocar arriba de mi vieja cama y los libros que todavía no leí, ahora los objetos dejaron de tener la identidad de otras personas, no hay ataduras, sentimientos de por medio. Es como si hubiera comenzado de nuevo. Lo que tanto me aferraba se ha vaporizado y ahora quedan los vestigios de una verdad que es solamente mía, que para cualquier otro es mera fantasía.
Estoy usando mis guantes de cuando tenia ocho para calentar mis manos congeladas por el invierno apresurado característico del bosque. Se siente bien revivir un sentimiento que mi mente sintió el atrevimiento de olvidar. Hay un adolescente en mi hogar quién ya no soy yo, es mi hermana y yo me convertí en un adulto que escapo al cumplir su condena, pero al ver sus ojos solo me encuentro con mi reflejo, me pregunto si su dolor también es una sentencia que está pagando para luego sentir el dulce calor del sol de verano o si sufrimiento es solo sufrimiento. Creo que no hay nada que pueda hacer que no lo haya intentado antes. El bosque es un laberinto macabro y solitario que se debe recorrer bajo la luz de la conciencia limpia y tu propia sombra si se quiere encontrar la salida.

Todas estas palabras que no digo porque ya no me representan. El nombre por el que solían llamarme ahora no significa nada para mi. Ahora solo soy esto, quien yo digo que soy y nada más importa.
No me interesa lo que sepan. Tan cerca y tan lejos, la delgada línea de recaer en agujeros en el camino.

Meet Me At The ForestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora