Cicatrices.

19 1 0
                                    

Cuando ya no puedes luchar contra un sentimiento, lo aceptas, aprendes a vivir con ello.
Con el tiempo la herida deja de sangrar y solo quedan son cicatrices de recuerdos que ya no duelen.

Escribo cartas con la sangre de mis heridas abiertas como si de tinta se tratara.

Me gusta pensar que algunas personas son heridas.
Alguna son profundas, otra más superficiales.
Cada tanto esas heridas sangran, o nunca termina de sanar. Algunos días derraman gotas de sangre, otros días pulsan y cada tanto, cuando las luces tienden a pagarse en alguna parte de mi alma, tienden a desangrarme.

Después de mucho tiempo me he planteado si quizás yo soy mi propia herida y, al mismo tiempo, si soy la que aún sostiene el cuchillo.
Pero si se de algunas cosas, y es que la soledad ya es parte de mi cuerpo.
Se que soy un fantasma rondando por la tierra, pasando desapercibida en avenidas y bares.
Me escondo detrás de un falso personaje y el misterio de mi existencia.
A veces presenció como mi cara se confunde entre la gente, y quizás ellos ven algo en mi que yo no puedo, pero doy por supuesto que nadie podría decirme cómo me llamo. O cómo me siento.
Estoy esperando por un amor que quizás no exista y vivo entre utopías.
Nadie sabe quien soy, ni siquiera yo.

Meet Me At The ForestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora