Ahora tú... Pretendes entrar en mi vida. Ahora tú... Pretendes curar mis heridas. Ahora tú... Pretendes ocupar mi corazón... Ahora yo... Decidiré si puedes hacerlo, si jamás permitirlo o simplemente me rendiré ante ti.
- ¿Creías que te ibas a marchar y ya? ¿Así querías terminar todo? Huyendo? -
Lorenzo entró en mi oficina y me miraba furioso... Todo volvió a mi mente, apenas lo vi... me quede paralizada, no sabía qué decir ni que hacer, solo fingir ser fuerte, como hacía cada día.
- ¿Y qué querías? ¿Que me quedara a verte con otra? Por favor Lorenzo... este es mi lugar de trabajo, no tenemos nada de que hablar... -
Estaba nerviosa, tenía miedo de sus reacciones, era impredecible.
- Tenemos mucho de que hablar y lo sabes... ¿Tu lugar de trabajo? No me hagas reír María... tú no sirves para trabajar, eres una niña rica, tu hermanito tiene miedo que se te rompa una uña... En Italia, tenías trabajo gracias a él y a que tu familia es millonaria, de lo contrario nadie te contrataría... no eres una mujer muy útil que digamos ... De lo contrario no trabajarías aquí... ¿No es esta la empresa de tu primo y su esposa? Vives de favores... te gusta que te mientan y te hagan sentir útil -
Me lo decía tan seguro, con una sonrisa de satisfacción en su rostro, me puse de pie y tomé aire para salir de la oficina, odiaba todo lo que me hacía sentir
- Tienes razón... me gusta que me mientan, por algo fuí tu novia por cinco años... pero ya no más, se terminó, ya no necesito a nadie a mi lado que me haga favores -
Estaba por salir y se me acercó rápidamente tomándome de la cintura y pegándome a él ...
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- Nadie querrá estar contigo y lo sabes... nadie quiere a una mujer como tú, solo yo soy capaz de soportarte ... Deberías agradecerme al menos, no eres lo que digamos atractiva aunque sea -
Apretaba fuerte mi cintura y me estaba haciendo doler porque yo tiraba mi cuerpo hacia atrás
-Suéltame, me lastimas... por favor, vete -
Traté de hablarle segura y fuerte, de igual manera, nadie iba a saber de qué hablábamos, porque lo hacíamos en italiano, así que él no se preocupaba porque nos escucharan.
- Vamos a casarnos María, no me hagas perder la paciencia... ya te dejé jugar a la rebelde... pero mi paciencia tiene un límite, sabes qué sucederá si me enojo -
Me decía acercando su boca a mi oído, yo me hacía para atrás y estaba a punto de llorar
- María, te estoy esperando, la reunión ya debería haber comenzado -
La voz de Tom nos interrumpió, estaba parado en el umbral de la puerta y nos miraba enojado... aunque el hombre siempre parecía estarlo, algo normal en él.
- Lo siento, estaba yendo-
Me volví al escritorio a buscar mi laptop, y tomar aire para no llorar
- Mi nombre es Lorenzo Bianchi, y no te preocupes, la reunión es conmigo también, soy el representante de la agencia de modelos Elite Models Milan, disculpa la demora, solo pase a saludar a mi prometida -
