Ahora tú... Pretendes entrar en mi vida. Ahora tú... Pretendes curar mis heridas. Ahora tú... Pretendes ocupar mi corazón... Ahora yo... Decidiré si puedes hacerlo, si jamás permitirlo o simplemente me rendiré ante ti.
- Birisi eve gelmemi istemiyor- ( Alguien no quiere que regrese a casa)
Le dije a Steve mirando a mis alrededores... buscar civiles norteamericanos en Afganistán era una misión suicida... Atentados, bombas, edificios cayendo, sin previo aviso, ya había vivido esto, pero estábamos todos, ahora solo confiaba en Steve.
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- Sana söyledim... Burası kesinlikle cehennem. (Te lo dije... Definitivamente, esto es, el infierno)
Respondió Steve, que volteaba casa dos segundos, por los sonidos de las detonaciones lejanas.
- Yazık, onları hayal kırıklığına uğratacağız, şüphesiz geri döneceğiz.- (Qué pena, vamos a desilusionarlos, vamos a volver, sin dudas)
Tenía tanto odio de estar aquí. Todo había sido manipulado. Cada sector al que debía ir era el lugar al que no enviaban a nadie, pero me hacían volar allí con una unidad de nuevos deltas, jóvenes, como cuando yo ingresé. Eso significaba poca experiencia. No los juzgaba; yo también fui así, solo que nos mezclaban con otros hombres más experimentados. Aquí eran diez nuevos aspirantes, Steve y yo... una misión suicida, por así decirlo. Además, que el Mayor Tyson, a quien le teníamos confianza, no estaba a nuestro cargo, incluso se sorprendió de vernos en este despliegue.
- Tabii ki evet kardeşim. Cehennemin bizi çoktan kovduğunu bilmiyorlar.- (Claro que sí, hermano. Ellos no sabe que el infierno ya nos expulsó.) -
Respondió Steve quitándose su casco, para verificar si ya habían evacuado a todo el personal diplomático y civiles de la embajada, el primer viaje que marcaba solo el inicio y nos llevó casi dos semanas, entre preparación y ejecución, dos semanas, en las que solo le envíe a María un correo y tuvimos una llamada de apenas veinte minutos.
- Justo no había más pilotos experimentados... Casualmente, estaban en zonas más tranquilas, ¿curioso no? -
Agregó Steve negando con la cabeza y señalándome a uno de los chicos nuevos, que estaba distraído con su teléfono.
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- ¡Guárdalo! ¡Ahora! Regla número uno: lo dejas en la base, te distraes y si eso sucede, te mueres. Segundo, la señal es casi nula, pero trasmite, nos rastrean y puedes delatar la posición; en ese caso, morimos todos. Y tercero, si lo haces una vez más, terminarás enviándole mensajes a Dios, te lo prometo -
