Matrimonio

2.6K 286 203
                                    

María

- Estoy bien... Solo estoy cansada, quiero dormir temprano, acabo de terminar de cenar y me voy directo a la cama -

Tom me había llamado antes de entrar al partido y se preocupaba porque no fui a casa de Celina con las demás chicas.

- Pero me dijiste que ibas con Eve, no me gusta que estés sola en casa-

Respondió algo ansioso, y no pude evitar reírme.

- Cambié de planes a último momento, de verdad estoy cansada... Y puedo quedarme sola, soy una mujer adulta, hace un tiempo atrás vivía sola y me quedaba sola, no exageres, ¿sí? -

Trataba de calmarlo, porque era capaz de no entrar al estadio y venir a casa.

- Antes... Eso fue antes... Escucha, John se irá apenas termine el partido, no quiere dejar mucho tiempo a Celina sola, así que regresaré con él.

Escuchaba a Tom mientras me dirigía a la habitación y rodaba los ojos. John era el que vivía más cerca de casa, y era tan exagerado como Tom, más ahora que su pequeñita había nacido.

- Te dije que vinieras por mi automóvil... Vaquero, estoy bien, puedes ir a tomar algo con los chicos si quieres, cuando llegues estaré dormida, te lo aseguro-

Respondí mientras me recostaba con Tuono, para disfrutar de un merecido descanso, recordé la discusión que había tenido con Tom por la mañana. Le había propuesto la idea de comprar otro automóvil, ya que el mío no quería utilizarlo. Según Tom, mi automóvil le daba una extraña claustrofobia.
Aunque él ya poseía una camioneta y había hecho una reciente actualización a uno de los últimos modelos, rara vez conducía un automóvil. No era cuestión de presupuesto, por el hecho de que no nos faltaba el dinero. El verdadero motivo de su negativa era su percepción de que tener otro automóvil, en este caso, un elegante deportivo de última generación y bastante sobrio, que lo volvía loco, le hacía sentirse ostentoso y presumido.

- Voy a despertarte, lo sabes... debo entrar, en menos de dos horas estaré en casa, llámame por cualquier cosa, cuídate, muñeca. Te amo -

Tom se despedía con dulzura y preocupación, consciente de que iba a despertarme al llegar a casa. Escuché las voces de Adam y Chris en el fondo, gritándole que ya me dejara en paz, lo que me hizo reír.

Sábado por la mañana, Caterina vino por mí. Ella, mi madre y yo íbamos a la prueba de su vestido de novia. Como Tom seguía sin su automóvil, le dejé el mío, ya que al mediodía íbamos a almorzar en un restaurante con mi familia y él. Solíamos ir a la hora de la cena, pero aproveché para hacerlo todo ahora, porque ya sabía que Tom iba a quejarse.

- ¿Puedo comprarlo o no? Tú manejas mi dinero... ni siquiera sé cómo debo hacer para comprarlo-

Alessandro había llegado con anticipación. Nos encontrábamos en un escenario peculiar. Mi hermana, Caterina, estaba inmersa en su elección de zapatos para su boda, lo que la tenía completamente absorta y enfrentando un dilema monumental. Por otro lado, mi madre intentaba desesperadamente mantener el control de la situación, aconsejando y tratando de calmar a mi hermana en medio de su frenesí de elección.
Aprovechando un breve momento de distracción, me aproximé a Alessandro. Con una sonrisa, le mostré una fotografía del automóvil que hacía enloquecer a Tom.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ahora... túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora