Paz

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María

Era mi último día aquí, le avisé a Francisco que no viniera porque ya me iba a casa, en realidad le avisé porque me escribió como cada noche para confirmar que vendría a desayunar... De Tom no sabía nada, ni mensajes, ni llamadas ... Nada.

- En qué momento te cambiaste, hasta te recogiste el cabello, ¿sabes que no puedes irte hasta que tú cardiólogo venga? -

Alessandro se estiraba después de dormir mal en el sofá, era algo pequeño para él

- Lo sé... Pero estoy lista, lo escuchó y me voy... ¡Por cierto, Buenos días! -

Le respondí de manera irónica porque no me había saludado

- Para ti, porque refunfuñaste toda la noche, hasta que te dormiste, y tú dormiste en una cama yo en eso, que ni siquiera califica como sofá... Voy al baño y por un café, también te traen desayuno, así que ni para eso tengo suerte -

Mi hermano se fue protestando al baño y me hacía reír, Alessandro era muy prolijo e impecable con su imagen, era muy pulcro y ordenado, por eso discutía con Caterina, ella era extremadamente desordenada. Pero yo sabía el esfuerzo que hacía Alessandro por estar aquí, debía odiar no ducharse en la mañana o hacer su rutina de higiene completa, ni hablar de despertar con la ropa que había usado el día anterior...

- Caterina te dejo un traje ayer! ¡Si quieres puede darte una ducha! -

Le grité riendo, pero minutos después salió del baño algo despeinado, secando sus manos y su rostro

- Si, si, es una idiota, le encanta molestarme, untraje, ¿pero sabes qué? ¡Uso ropa interior también! No voy a ducharme aquí, yusar la misma, lo haré cuando lleguemos a tu departamento, me voy por café,regreso en cinco minutos -

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- Si, si, es una idiota, le encanta molestarme, untraje, ¿pero sabes qué? ¡Uso ropa interior también! No voy a ducharme aquí, yusar la misma, lo haré cuando lleguemos a tu departamento, me voy por café,regreso en cinco minutos -

Se fue enojado negando con su cabeza, yo seguía riendo de él, era cierto Caterina se lo hizo adrede.

- Buenos días... Quería verte temprano, Nataly me dijo que te ibas hoy -

La madre de Tom vino a verme como todos los días, era muy dulce cada día me traía algo dulce, y hoy no era la excepción, me saludó con un abrazo como siempre y me entregó una caja de galletas que ella mismo hizo para mí.

- Gracias Judy! ¡Tienen un sabor increíble! Estas sí que no las convido -

Respondí probando una de ellas, Judy reía porque yo las guardaba con cuidado, eran deliciosas

- Tranquila es una vieja receta sureña ... Te haré cuando quieras... dime, ¿cómo te sientes, contenta de irte? -

La madre de Tom era muy dulce y amable, compartía el mismo color de ojos que sus hijos, y era muy bonita, al igual que Nataly. En cambio, el padre de Tom, Walter, era más serio, no era de hablar por hablar, analizaba, escuchaba, se lo veía sereno y resuelto, todo un caballero... Igual a su hijo.

Ahora... túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora