Ahora tú... Pretendes entrar en mi vida. Ahora tú... Pretendes curar mis heridas. Ahora tú... Pretendes ocupar mi corazón... Ahora yo... Decidiré si puedes hacerlo, si jamás permitirlo o simplemente me rendiré ante ti.
- Quizás sea apresurado, es cierto, pero tienes 29 años, ¿él cuántos tiene? ¿30? ¿31? Son personas adultas... ¿Para qué perder el tiempo? Además... Te ama, y eso me consta, ese hombre caminaría sobre fuego por ti.
Caterina siempre estaba del lado de Tom, no importaba si estaba equivocado o no, pero ella lo amaba. Lo gracioso es que él pensaba que mis hermanos jamás lo ayudaban.
- Además... Madre mía, si el hombre está para comérselo con la mano de lo bueno que está...-
Agregó Paola haciéndonos reír. Habíamos ido las tres a pasar el día a la playa, porque yo estaba desanimada, solo estábamos mirando hacia el mar, Caterina, Paola y yo...
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- Se que me ama... Se que lo amo... Pero me paralizó, apenas si estoy tratando de recuperarme de la relación con Lorenzo y ya me voy a vivir con otro hombre? No se me abrumó bastante. Pero lo que más me molestó es que estaba sufriendo a mi familia, cuando parecía disfrutarla... osea si se quejaba de que había demasiadas actividades sociales, pero recién ahora, cuando le dije del cóctel de la empresa... Necesito que sea más honesto, que se comunique, jamás se que le pasa, literalmente no expresa nada-
Seguía mirando el frente y pensando en mi familia, yo los amaba, así como eran, y los estaba disfrutando nuevamente después de mucho tiempo. En cuanto a Tom, me volvía loca, nunca sabía si estaba enojado, preocupado, cansado... Nada.
- Todas bobadas. Hace más de un año que ya no estás con Lorenzo, casi dos. Él volvió a aparecer ahora, y gracias al cielo que Tom se encargó de alejarlo. Así que tampoco es que terminaste con uno y te metiste con el otro, porque no es así y lo sabes.
Caterina me miró fijamente mientras intentaba consolarme.
- Además, mi querida amiga, tú no eres precisamente el ejemplo de honestidad... Tom se enteró de que rechazaste a Humberto por Giorgio? Amigo... amigo, no es precisamente. O lo es, porque no le quedó otra opción. Tal vez la falta de comunicación no sea solo culpa suya, ¿no crees? Además, mantuvo el silencio para hacerte feliz. Es un gringo, no está acostumbrado a nosotros... Son un poco más reservados, dale tiempo, no todos tienen la suerte de ser tan expresivos como los italianos -
Agregó Paola, y las tres terminamos riendo. Las palabras de Caterina y Paola me hicieron reflexionar. Tenían razón en muchos aspectos. Quizás estaba siendo un poco dura con Tom, considerando que él había hecho mucho por mí y había tenido que lidiar con situaciones difíciles. Además, el hecho de que hubiera rechazado a Humberto por Giorgio era un secreto que yo también había guardado.
- Tienen razón, chicas. Debería ser más comprensiva y darle tiempo a Tom para adaptarse. A veces, olvido que él no es italiano y que las culturas son diferentes. Pero para ser sincera, hay más... Tuve miedo. Me asusté... Estoy asustada aún. Tom es un hombre excepcional en todos los sentidos, es generoso, paciente, cariñoso, compañero... Es gracioso y tiene un humor increíble, es detallista ... tengo miedo... Es demasiado perfecto para fijarse en mí, incluso creo que él no se da cuenta de que merece algo mejor que esto. Por eso prefiero que piense, que esté alejado de mí para que descubra lo que realmente quiere. Si de algo estoy segura es que quiero verlo feliz... Y yo... No sé... mírenme... Ni siquiera puede darme una sorpresa sin que termine llorando o huyendo porque me dio miedo o me asuste ... No se merece esto, se merece el cuento de amor con el final feliz, completo... -
