Muichiro esperaba una respuesta del peli-negro, pero este solo bajó la mirada y se mordió el labio. No sabía cómo explicarle a su novio que estaba comprometido con otra persona, y que no podía hacer nada para evitarlo. Se sentía atrapado entre el deber y el amor, y no quería lastimar a nadie.
—Lo siento, Muichiro... —murmuró con voz débil.
—¿Lo sientes? ¿Eso es todo lo que tienes que decirme? —replicó con indignación—. ¿Sabes lo que he sufrido estos días, pensando que me habías olvidado, que ya no me querías? ¿Sabes lo que sentí cuando vi en la televisión que te ibas a casar con otra? ¿Sabes lo humillado que me sentí cuando te vi en el café con esa chica, riendo y charlando como si nada?
—Muichiro, por favor, cálmate... —intentó apaciguarlo extendiendo una mano hacia él.
—No me toques —lo rechazó, apartándose de él—. No tienes derecho a tocarme, después de lo que me has hecho. ¿Acaso no te importo? ¿Acaso no te importa nuestra relación?
—Claro que me importas, Muichiro. Te quiero más que a nada en el mundo —confesó mirándolo a los ojos—. Pero hay algo que no sabes, algo que no puedo contarte...
—¿Qué cosa? ¿Qué es lo que me ocultas, Iguro? —preguntó sintiendo que se le agotaba la paciencia—. ¿Qué es lo que te impide estar conmigo?
—Es... mi madre —titubeó buscando las palabras adecuadas—. Ella... ella tiene planes para mí, planes que no puedo cambiar...
—¿Planes? ¿Qué planes? —insistió frunciendo el ceño—. ¿Qué tiene que ver tu madre en esto?
—Ella... ella es la que me ha comprometido con Mitsuri —soltó esperando que el menor entendiera.
—¿Qué? ¿Cómo que te ha comprometido? ¿Qué significa eso? —exclamó sin poder creer lo que escuchaba—. ¿Es que acaso estamos en la época feudal? ¿Es que acaso no tienes voz ni voto en tu propia vida?
—No es tan simple. Mi madre es la que maneja, para mi desgracia, indirectamente la agencia, y si no hago lo que dice, puede arruinar mi carrera y la de todos los que trabajan conmigo. No tengo opción, Mui. Aunque no quiera, tengo que obedecerla —explicó con un tono de resignación.
—¿Y qué hay de mí? ¿Qué hay de nosotros? —preguntó sintiendo que se le rompía el corazón—. ¿No tienes opción de elegir a la persona que amas? ¿No tienes opción de ser feliz?
—Muichiro... —suspiró sin saber qué decir.
—No, Iguro. No me digas nada más. Ya lo he escuchado todo —lo interrumpió a la vez que se levantaba del banco—. No puedo seguir así. No puedo seguir siendo tu amante secreto, mientras tú te preparas para casarte con otra.
—Muichiro, espera. No te vayas. Podemos arreglar esto. Podemos encontrar una solución —lo siguió tratando de detenerlo.
—¿Qué solución, Iguro? ¿Qué solución hay para esto? —se giró para enfrentándolo—. ¿Acaso vas a rebelarte contra tu madre y cancelar el compromiso? ¿Acaso vas a renunciar a tu agencia? ¿Acaso vas a dejar a Mitsuri plantada en el altar?
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Café con amor
FanfictionIguro Obanai, CEO de una importante agencia de Idols, es invitado por su amigo Sanemi a desayunar en un cafetería cerca de su zona laboral. Al llegar, no se siente atraído por los postres y las bebidas que el local ofrece, al contrario, se siente at...