1.El principio

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-Cuentan las leyendas que hace mucho tiempo habitaban por estos bosques lobos negros, muchos de ellos y dominaban todo desde las orillas del mar hasta las puertas de los poblados humanos- Explicaba una vieja loba a un grupo de cachorros.

-¿Y por qué ya no hay?- Preguntó uno de ellos curioso.

-Facil pequeño, los malvados humanos los mataron a todos por su valiosa piel, sus colmillos o simplemente por deporte, esos lobos eran muy fuertes y rápidos y eran escurridizos, eso a los humanos les gustaba, y los cazaron-

-¿Y ya no queda ninguno abuelita?- Dijo otro de ellos

-No querido,se extinguieron hace mucho tiempo- Finalizó la anciana loba y los cachorros un poco preocupados por lo que los humanos eran capaces de hacer se fueron a dormir, ya era tarde y tenían sueño.

Algún año después...

-¡Sol, te toca!- Avisó el alfa líder de la manada

-Ya voy- Respondió ella
Estaban en la época en la que los jóvenes lobos tienen que demostrar lo que valen y cada día le toca guiar la caza a uno distinto, si cazan bien serán recompensados pero si no ocuparán un lugar más bajo en la jerarquía de la manada, por lo cual la mayoría sentía un poco de presión, hoy le tocaba a Sol, ella estaba nerviosa pero quería esforzarse para impresionar a su manada.
Y así lo hizo, gracias a Sol cazaron un ciervo grande y ninguno quedó con hambre.

-Enorabuena Sol, lo has hecho muy bien, el resto del día puedes hacer lo que quieras- Le dijo el líder

-Gracias jefe- Respondió feliz

Esa tarde Sol se fue con 2 de sus amigos al bosque, Xarpi y Mancha y jugaron a las carreras y al escondite pero en una de las partidas...

-1...2...3...- Le tocaba contar a Xarpi y en lo que contaba Sol y Mancha corrieron en distintas direcciones para esconderse, pero Sol no se dió cuenta de que se fue demasiado lejos y sin darse cuenta cometió un grave error.

-¡AAAAAAHHH!- Gritó al sentir como si pata de atrás se hacía pedazos al quedarse atrapada en una trampa para osos, permaneció allí un buen rato, intentó zafarse varias veces pero en su intento solo consiguió dañarse más la pata.
Y allí estaba ella, tirada en el suelo del bosque, cansada y con un dolor terrible, se estaba empezando a marear y para colmo empezó a hacer tormenta.

-Lo que me faltaba- Susurró al sentir la lluvia por su espalda, sabía que se habia ido demasiado lejos y por esa razón sus amigos no la encontrarían en un rato.

Se escuchó un trueno, y Sol vió varios rayos, la tormenta estaba poniendose fuerte y ella no podía escapar de ahí, comenzó a ver borroso, ya no distinguía su entorno, para ella solo había manchas borrosas verdes y marrones que a penas lograba identificar.

Pero de pronto vió una mancha negra enorme, que se movía hacia ella, no supo decir que era eso, solo veía que era una mancha negra con dos puntos rojos en la parte de arriba.

-Genial, ahora alucino con espectros- Dijo cansada, y fue justo en ese momento cuando sintió que su pata se liberaba, no sabía que estaba pasando, solo sabía que ya no sentía esa presión en la pata, pero en ese punto ya estaba tan cansada que perdió el conocimiento allí mismo.


Al día siguiente Sol se despertó junto al lobo de su manada que se encargaba de cuidar a los enfermos y a los heridos.

-¿Que...?¿Como he llegado aquí...? Agh me duele la pata- Se quejó.

-Te trajeron ayer por la noche tus amigos, tenías la pata destrozada, te la he curado y no tenías más heridas que esa así que te dejé aquí hasta que despertarás porque estabas inconsciente- Explicó el lobo curandero.

-Ah ya recuerdo- Dijo recordando como se había quedado atrapada y la mancha negra de después. Aún no tenía ni idea de si esa mancha era una alucinación o era verdad. Salió de allí y se dirigió a encontrarse con sus amigos.

-Oye Xarpi- Empezó diciendo Sol

-Sol,¿Te encuentras bien?- Respondió el

-Si, solo venía a preguntarte una cosa, a ver, ¿Cuándo me encontrasteis exactamente?- Preguntó Sol, quería saber cuánto rato había pasado desde que se liberó de la trampa de osos hasta que llegaron sus amigos.

-Pues te estuvimos buscando un buen rato, pero un poco después de que iniciará la tormenta escuchamos tu aullido y fuimos a donde se escuchó y te encontramos allí tirada en el suelo con la pata toda ensangrentada y con la trampa de osos toda rota- Respondió el.

-¿Qué? No recuerdo haber aullado ni haber roto la trampa- Murmuró la loba.

-¿Que dices? Lo siento no alcancé a escucharte-

-No es nada, cosas mías- Respondió Sol con una risa nerviosa, algo hizo clic en su cabeza, quizá esa mancha negra fue la que rompió la trampa, tiene sentido ya que cuando apareció ella dejó de sentir presión en su pata, quería investigar que criatura era la que supuestamente la liberó de la trampa y también investigar quién aulló ese día, porque Sol sabía que ella no había sido así que supuso que algún lobo aulló cerca de ella y por eso la confusión de sus amigos.

-Eh Sol hoy le toca guiar la cacería a Mancha, yo voy a ir a acompañarla, ¿Tu vas a venir?-

-No lo siento Xarpi tengo que ir a hacer una cosa-

-Bueno... Esta bien nos vemos luego-

-Mjm- Asintió ella distraída.

Ese día Sol se escabulló al bosque mientras pensaba en que podría ser aquella mancha borrosa que vio,¿Quizá un oso? Eso parecía cuadrar porque puede que Sol no distinguiera bien al animal pero si sabía que era grande, aunque también pensó que los osos negros son agresivos y si uno se la encontró allí tirada, tan débil y sin fuerzas, ¿Por qué el oso no se comió a Sol? Bueno, todavía ella no estaba segura de que fuera un oso.

Mientras pensaba todo esto no se dió cuenta de que llegó a una parte muy profunda del bosque, un lugar en el que no había estado nunca, era como una especie de oasis, con el pasto verde, un lago enorme de agua cristalina, algunas rocas, Sol pensó que era hermoso, pero para su mala suerte no recordaba que camino había tomado para llegar allí.

Llevaba mucho rato caminando y pensó que el agua del lago se veía bien, así que se acercó para beber, al agacharse para tomar el agua vió un reflejo al otro lado del lago, levantó la vista y allí lo vió, era un lobo negro enorme, casi tan grande como un oso, Sol pudo oler que claramente era una hembra, y una alfa, se veía amenazante, esa loba la miraba fijamente con unos profundos ojos rojos como el color de la sangre, Sol sintió un escalofrío al ver a semejante criatura al otro lado del lago, sintió miedo, pero no le dio tiempo a decir ni hacer nada, porque cuando quiso reaccionar esa loba negra ya se había marchado, yéndose entre los árboles y los arbustos.

El último lobo negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora