El último lobo negro

18.Guerra

Un día cualquiera, mientras los cachorros jugaban y Sol y Eris solo hablaban tranquilas, un lobo desconocido se acercó a ellas, al ver esto las dos se levantaron y se acercaron a ese lobo.

-Buenos días señoras.- Comenzó a decir el lobo.

-Buenos días, que hace aquí.- Contestó Eris mientras Sol solo intentaba analizar a que venía ese lobo.

-Les informo de que va a haber una guerra, lobos contra humanos, estamos reclutando a un ejército y necesitamos uno o dos lobos de cada núcleo familiar pero dependiendo de lo grande que sea una manada cogemos más lobos de ella, es obligatorio que una de vosotras venga, ya que sois las únicas adultas de este terreno.- Explicó, y las lobas se quedaron pensativas,¿Una guerra?¿Contra humanos?¿Como sería?

-¿Basta si voy yo?- Se ofreció Eris, eso era lo lógico.

-Si, sería más que suficiente.- Respondió el lobo soldado viendo a Eris, ella valía por 5 lobos normales.

-Volveremos mañana al amanecer para marchar hacia el lugar donde entrenaremos antes de la guerra, básicamente atacaremos un grupo grande de humanos que hay por allí, están aislados pero son muchos.- Dijo el lobo para después irse de allí como había venido.

Eris y Sol hablaron sobre cómo iban a afrontar que Eris se fuera al día siguiente, eso era un cambio brusco y sería malo para ellos.

-Sol, lo siento mucho, te dejaré sola, debes tener mucho cuidado por favor no quiero que os pase nada a ti ni a los chicos.- Dijo Eris con una mirada de pena.

-Tú eres la que debería tener cuidado, vas a ir a pelear contra humanos, prométeme que volverás con vida, promételo.- Pidió Sol, no quería que esa fuera la última vez que viera a su alfa, no quería quedarse sola.

-Te lo prometo, sabes que soy fuerte, debemos contárselo a ellos.- Habló refiriéndose a sus hijos.

-Si, venga vamos.- Decidió para luego alzar la voz.-¡Chicos, venid para acá!- Pidió y los pequeños fueron rápidamente ya que habían visto a ese lobo raro que había entrado allí.

-¿Qué pasa mamá?- Preguntó Judy seguida por sus hermanos, estaban curiosos.

-Escuchad, mañana Eris se va a ir al ejército, va a haber una guerra contra un grupo de humanos y ella debe participar.- Explicó Sol.

-¿Mamá se va a ir?- Dijo triste Nathan.

-Si, pero volveré pronto niños, sabéis que no voy a perder.- Respondió la alfa con una cara de "no os preocupéis".

-Pero siempre decís que los humanos son muy peligrosos.- Intervino también Maggie.

-Si, pero hace falta que vaya, es una tarea que tiene que cumplir, no os preocupéis volverá enseguida.- Trató de calmarlos la omega.

-Vale, si vuelve pronto no pasa nada.- Dijeron los tres pensando que una guerra no sería para tanto, claro que ellos no sabían de que iba una guerra.

Al día siguiente todos se despertaron antes del amanecer, sabían que tenían que despedirse.

-Eris por favor cuídate mucho, tienes que volver a salvo,¿Vale? Ellos necesitan una madre alfa, yo necesito que estés aquí.- Sol se despidió tristemente, Eris correspondió:

-Volveré Sol, voy a volver, ten mucho cuidado y mantén a los críos felices, se que es malo de mi parte dejarte aquí con todo el trabajo, pero si no matamos a los humanos ellos nos mataran a nosotros, dijo el lobo de ayer que están asesinando a muchos lobos por aquí, tu no te preocupes por mí.- Después de despedirse de ella, Eris debía hablar con sus hijos.