14.Confesiones

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Después de varios días viviendo tranquilamente y disfrutando de las comodidades de su nuevo territorio Sol y Eris estaban debatiendo si era mejor la carne de ciervo o la de cordero.

-La carne de cordero sabe genial.- Defendió Sol.

-Si claro después de masticar toda la lana está horrible, es mejor la de ciervo, es más campestre, los corderos a veces no están bien.- Opinó la de pelo negro.

-Ya pero los ciervos pelean más antes de que los puedas comer, sus cuernos son peligrosos.- Siguió Sol.

-Mmmm bueno está bien pero hoy comeremos cabra, voy a cazarla.- Le dijo Eris.

-Voy contigo.- Respondió Sol para después acompañarla a la montaña, en busca de cabras salvajes, era un poco peligroso perseguirlas por en medio de tantas rocas y acantilados pero valía la pena.

Encontraron un grupo de varias cabras, eligieron a una de ellas y Eris iba a perseguirla para que después Sol pudiera echarsele encima y acabar con su vida, y el primer paso salió bien Eris llevó a la cabra directa a donde estaba Sol pero esta última cuando iba a tirarse y morderla calculó mal y sin querer se dio con uno de los cuernos en su costado, de igual forma la cabra murió pero dejó herida a Sol.

-¿Estás bien?- Preguntó preocupada Eris.

-Nooo...Creo que me atravesó algún órgano...- Respondió Sol débilmente, por esa razón Eris cogió a la cabra con su hocico y cargó a Sol en su espalda para llevarla al claro del bosque rápidamente, estando allí le dijo:

-Toma, come un poco, así mejorarás.- Dijo la alfa ofreciéndole un trozo de la cabra, Sol lo comió y después se quedó allí tumbada, le dolía bastante pero pensó que no sería tan grave.

-¿Sabes curar heridas?- Cuestionó Sol.

-Si-

-Entonces ayúdame por favor.-

-Eso iba a hacer en cuanto comieras algo.- Dijo Eris para proceder a curar como pudo la herida de Sol.

-Esto te va a doler un poco.- Avisó la pelinegra para empezar a hurgar al rededor de la herida con cosas que ayudarían a sanarla.

-Agh...- Se quejó la omega.

Después de algunos días Sol ya se encontraba mucho mejor, en esos días Eris había insistido en hacer ella todas las tareas para que ella descansara, y ahora estaba recuperada y ya podía volver a ayudar.

-¿Qué tenemos que hacer hoy?- Preguntó Sol por la mañana.

-No mucho, solo vigilar un poco el territorio, cazar la comida de hoy y ya está, no hay mucho más.- Informó Eris.

-Está bien, yo iré a buscar algo de comer y tú date una vuelta por el terreno.- Dividió la omega el trabajo.

-Está bien nos vemos en un rato.- Accedió su amiga para después retirarse a vigilar un poco, sabía perfectamente que probablemente no encontraría ningún intruso pero era necesario asegurarse.

Ese día no fue diferente a los demás, había mucha tranquilidad y eso les gustaba pero por otro lado empezaba a aburrirles un poco, al anochecer se quedaron viendo las estrellas de nuevo, se había convertido casi en una tradición para ellas, ese día hablaban de cosas que querían hacer cuando eran cachorras.

-Pues yo quería convertirme en la mejor cazadora de la manada.- Dijo Sol con un aire nostálgico.

-Yo quería tener una familia, ya sabes, padres, hermanos...Y quería hacer amigos, aveces hablaba con los pájaros pero ellos me tiraban piedritas porque pensaban que los iba a cazar.- Dijo por su parte la loba negra.

El último lobo negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora