10.Rebelión.

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-¿Esa loca era tu mejor amiga?- Preguntó Sol sin creerselo del todo.

-Si, era ella.- Respondió la loba mayor, algo fastidiada por ese hecho.

-Pero... ¿Y que pasó?-

-A ver, ella... Bueno me engañó, hizo que matara a su padre, el cual era el líder de su manada, y luego me echó toda la culpa, me persiguieron y un poco más y me matan.-

-Vaya que mal escoges a tus amistades.- Se burló Sol.

-Pues tú eres una de mis amistades así que creo que deberías callarte.-

-Escogías, quería decir escogías, ahora lo haces mejor.- Trató de disimular la omega.

-Ya claro.-

-Oye tengo una pregunta.- Empezó a decir Sol de nuevo.

-Y cual es.- Dijo Eris fingiendo desinterés.

-Cuando estabas atacando a esa tal Rotarescu, parecías... Diferente, es decir, tus ojos brillaban de una forma rara, y no sé, me pareció ver que tus dientes y garras crecían,¿Eso es...normal?- Preguntó con un todo extraño, como si tuviera miedo pero a la vez curiosidad.

-Ah bueno, eso es algo que pasa a veces, como sabrás los lobos negros somos un poco diferentes a los lobos normales. Bueno pues, cuando nos enfadamos mucho... O sentimos miedo hasta en los huesos, nos volvemos más fieros y en los peores casos perdemos el control, nos convertimos en bestias sin conciencia.- Explicó pacientemente a su amiga.

-Ahi va... Eso no lo sabía,¿Y vuestros sentidos se agudizan más?-

-Si, bastante, pero eso a veces no es bueno porque hay demasiadas cosas que percibimos y estresa,¿Como sabes eso?-

-De pequeña me contaban muchas leyendas.-

-Oh, bueno que sepas que normalmente no me pasa pero esa loba... No quiero que se me acerque.-

-Está bien.-

Cuando volvieron a donde estaba su manada, casi todos miraban con algo de desprecio a Eris, pero algunos lo mezclaban con duda.

-¿Por qué me miráis todos así?- Preguntó Eris sin saber muy bien el por qué del cambio de actitud de sus colegas.

-¡Asesina!- Gritó uno.
-¡Nunca debimos fiarnos de tus buenas palabras!- Dijo otro.
-¡Esa loba tiene razón!¡No debimos confiar en ti!-

-¿Qué?¿Por qué decís eso?- Comentó Sol en un intento de poder defender a su amiga.

-¡Una loba gris de la otra manada nos dijo que mataste a su líder cruelmente y luego huiste!¡Y nos dijo que la atacaste!¡Impostora!- Explicó un lobo de entre la multitud, con todo este alboroto Eris solo estaba escuchando lo que decían, con una idea de quién les había contado todo eso.

-Pero chicos,¿No habéis visto como os cuido?¿Que arriesgue mi vida por salvar a 4 lobos que habían sido atrapados por humanos?¿No estáis vosotros entre la multitud?¿Qué decís?- Dijo mirando a los 3 lobos que logró rescatar meses atrás, estos solo desviaban la mirada, mirando al suelo avergonzados, sin saber a quién creer o de que bando estar.

-¿Es en serio?- Comenzó Sol.-¿Vais a cuestionar a Eris después de que estuvo meses viendo por vosotros?¿Asegurándose de que vuestra salud estuviera bien y defendiendo a nuestra manada de otras?¿Que ocurre si esa loba que os dijo eso está mintiendo?- Sol le dio la vuelta a la situación, a los otros no les quedaban muchos argumentos, pero uno se acordó de algo.

-¡Esa loba nos mostró una cicatriz enorme!¡Dice que se la hiciste tú! Eso tiene sentido ya que,¿Quién si no iba a hacer tremenda herida?- Y eso era cierto, cuando Sol y Eris apenas se estaban conociendo, Eris salió a dar un paseo largo, no quiso darle explicaciones a Sol, pero en su paseo de cruzó con Rotarescu y pelearon, allí le hizo esa cicatriz.

-...Eh...Yo...- La loba de pelaje negro se estaba poniendo nerviosa,¿Por qué siempre le salían mal las cosas? Ella solo quería estar tranquila con su manada pero parece que Rescu puso a todos en su contra... Otra vez.
Los lobos empezaron a darle mordiscos, no muy fuertes, en señal de que no querían tenerla allí, y sabían de sobra que Eris podía ganarle a cualquiera de ellos, pero no podía contra todos.

Pasaron así un rato, sin dejar que Eris diera explicaciones, solo le daban mordiscos en las patas, haciendo que ella retroceda hacia el bosque y cuando ella estaba a punto de atacarlos a todos por los nervios, salió corriendo de allí, tan rápido que no pudieron alcanzarla, al rato todos los lobos se calmaron, y decidieron elegir un nuevo líder, ya que se negaban a permitir que Eris continuara en su manada.

Sol fue a buscarla, y sabía donde podía encontrarla, fue directa hacia el oasis, no sería muy difícil verla entre tanta nieve.
Llegó al oasis y allí la encontró, tumbada mirando su reflejo en el lago, fue a su lado y se sentó allí.

-Lo siento.- Dijo Sol.

-No lo entiendes.- Respondió ella apenada.

-¿El qué?-

-Rotarescu... Ella siempre trata de poner a todos en mi contra, siempre quiere que parezca que yo soy la mala.- Suspiró.-Casi los ataco a todos, casi me convierto en la bestia de la que te hablé antes,¿Qué hubiera pasado si me quedo un segundo más? Podría haberlos matado, podría haberte matado a ti.-

-Pero no lo hiciste.- Respondió queriendo dar consuelo a su amiga.

-¿Me tienes miedo?- Soltó de repente.

-¿Qué? No, no te tengo miedo.- Respondió confundida Sol.

-¿Ah no? Parecías asustada cuando ataque a Rescu, y cuando me viste por primera vez en el oasis, y cuando organicé una defensa contra la manada rival, siempre quieres hacer como que no, pero a la hora de la verdad puedo ver una chispa de miedo en tus ojos, veo como quieres huir y escapar.- Dijo, y había que admitir que cuando Eris se enfadaba o así podía dar miedo, pero Sol no quería que Eris pensara eso, no quería que se sintiera mal, no era su culpa ser un lobo negro y gigantesco.

-No, en serio que no me das miedo, eres mi amiga,¿Por qué te tendría miedo?-

-¿Estás segura?- Contestó Eris con voz tenebrosa mientras se levantaba, era como el doble de grande que Sol, la miró a los ojos.-¿Y qué me dices si un día...Yo me volviera incontrolable y después... Hiciera esto?!- Gritó acercándose a Sol y mostrándole los dientes mientras gruñía, Sol se echó para atrás, no pensó que Eris fuera a reaccionar así, ahora sí, tenía miedo.

-¿Lo ves? No creas que no vi como te preparabas para pelear cada vez que venías aquí.- Fue lo último que dijo antes de irse corriendo a otro lugar del bosque, estaba enfadada, estaba muy enfadada, no entendía por qué todo tenía que salirle mal,¿Acaso estaba maldita? Desde que nació, había sido un problema tras otro, una herida tras otra, una decepción tras otra... No sabía dónde estaba, había corrido mucho, estaba furiosa y comenzó a destrozar todo lo que se encontraba: árboles, rocas...

De repente lo sintió, se estaba convirtiendo en esa bestia sin conciencia, sentía como sus dientes crecían y le salía más pelaje, y como siempre le pasaba cuando llegaba a este estado, lo vio todo negro, ya no tenía el control, no veía nada, no sentia nada, no podía notar nada, era como si se hubiera desmayado pero esa bestia en la que se transformó seguía muy enfadada y estaba rompiéndolo todo sin control.

En este estado, y mientras no podía controlar su propio cuerpo ni tenía constancia de lo que estaba haciendo, tuvo una alucinación, una alucinación de su padre, de los lobos negros...




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Heeeeeeey mi genteee, hasta aquí llega el capítulo, espero que os esté gustando el libro jajaja, porfa dejen la estrellita y si tenéis dudas decidlas por los comentarios y os respondo.

Dentro de poco pondré el siguiente cap.

Vivan los loboooos 🐺😍🥩

El último lobo negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora