CXVIII. A Rayo...

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Quizá no eres valiente

quizá solo te acostumbraste a sufrir

en silencio

y no te quedan lágrimas para llorar,

solo sangre contaminada.

Y quizá no gritas cuando duele

porque ya te has quedado sin voz

y quizá siempre quisiste pertenecer

pero yo nunca te abrí la puerta.

Estuviste buscando un hogar por mucho tiempo

y no encontrabas más que ayuda

entonces volviste buscando ayuda

y encontraste un hogar,

mamá tenía ese presentimiento

ella sabía que necesitabas esta familia

y que nosotras te necesitábamos a tí

y lamento tanto no haber podido verlo,

lo lamento

lo lamento

lo lamento.

Monitoreo tu respiración

y no puedo evitar preguntarme cuánto tiempo te queda,

me maldigo por haberte visto demasiado tarde

comienzo a creer que nada podrá salvarte

y no hay disculpas que compensen tu dolor

no hay disculpas que sanen tu cuerpo

pero yo todavía lo lamento

lo lamento

y lo lamento

y para nada sirven mis golpes de pecho.

Ocho, veintiocho,

veinte, doscientos cincuenta,

cuatro más y aún quedan

te dije que haría todo lo que estuviera en mis manos

y ahora también lamento tener manos tan pequeñas.

La tristeza jamás había sido tan triste,

tan desalmada, tan desgarradora,

la crueldad jamás había sido tan cruel,

tan despiadada, tan abrasadora.

Ya no distingo si la vida te está desafiando

o la muerte te está amenazando.

Debí haberte amado

cuando tenías fuerza,

cuando maullabas a todo pulmón,

cuando te asomabas bajo la puerta,

pero te amo ahora con el rostro adolorido,

con un ojo apagado,

con el maullido más inaudible en el vacío,

con gusanos arrastrándose dentro de tu carne

y no sabes cuántas veces he llorado.


Agosto 11, 2023.

Mariposas de Sueño y Café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora