XCI. Las palabras nunca me alcanzan.

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Que curioso...

ni siquiera siendo una poeta

las palabras me son suficientes:

no me llenan las ausencias,

no terminan de retratar la magia escondida en mi pecho cuando recibo un abrazo,

no tienen la fuerza para hacerse una con mi ira y romper mi garganta,

no son tan sensibles para compartir mi impotencia con mis manos cansadas,

no son tan cálidas, tan húmedas,

tan frías, tan secas,

tan pesadas ni tan ligeras

y no sé si es mi culpa o es culpa de ellas.

[II]

He abandonado la métrica

porque en la estructura ya no hay cabida para mí,

ya no cabe todo lo que quiero decir

y la desesperación por intentar plasmarlo todo

se ha convertido en una constante sensación de carencia,

porque carezco de significados en mi lengua natal

y en todas las lenguas,

porque entre cielo y tierra no hay nada oculto

pero yo nunca encuentro las letras

que se amolden al sentir de esta alma sedienta,

porque lo intento y lo intento y luego me pregunto

si logré decirlo todo.

Está demás decir que nunca lo logro.

Entonces me quedo

con todos estos sabores que desconozco

en la comisura de mis labios

que saben a lo indescifrable,

que no tienen un nombre,

que lo son todo y no se asemejan a nada

pero están ahí,

sabiendo que lo intento

porque es el arte el que imita a la vida

y si no puedo vivir a través de estos poemas

al menos he de morir tratando de hacerlo.

Junio 01, 2023.

Mariposas de Sueño y Café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora