Suceso inesperado

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-Narra Amelia

Que día tan pésimo he tenido y eso que solo fue medio día. La reunión de verdad fue un desastre, me sentía bastante frustrada por cómo se dieron las cosas y todo porque Elizabeth Salazar no supo controlar su boca.

Iba solo con intenciones de confirmar si ellos estaban o no trabajando con ese Tyler Johnson, para aceptar su oferta... necesitaba un solo motivo, algo para confiar en ellos pero no, la señorita se tenía que poner toda rabiosa, defender a Coco y sacarme de mis casillas... lo peor es que ellos necesitan más que nadie esa sociedad y Elizabeth prefirió dejarse llevar por su orgullo y joder todo. Aunque yo tampoco reaccioné de la mejor manera, pero fácilmente con un cambio de actitud hubiera cambiado mi postura y los habría ayudado.

Lo que si voy a admitir es que Elizabeth no solo es hermosa, sino que también tiene ovarios. Muy poca gente es tan estúpida para amenazarme teniendo todas las de perder y ella lo hizo, valiéndole 3 hectáreas lo que le pudiera pasar... ese es el tipo de gente que normalmente me agrada, pero no en estas circunstancias. No tolero que me traten como ella lo hizo.

Supongo que me seguiré valiendo de los servicios de Coco para resolver el asunto de Matthew. Ella me puede seguir manteniendo informada mientras que la loca de Elizabeth no le dé por echarla a la calle... si es inteligente Coco se quedará callada y no le contará lo que hizo.

A pesar de que antes de ir a la reunión me duché, decidí preparar la bañera y relajarme un poco en ella para bajar el estrés y el mal genio, aunque eso no va a cambiar mucho. Considerando todo lo que estoy sintiendo entre el problema con Matthew que parece estar lejos de ser resuelto y todo lo que tengo que resolver de vuelta en Londres, tomarme unos momentos para mí son lo mejor que puedo hacer para bajar toda esta mierda, aunque estoy segura que una buena sesión de sexo sería más efectiva, pero ajá... la soledad es mi nueva mejor amiga.

Luego de unos 45 min remojándome en la bañera, salí y me vestí. Sebastián había dado varias opciones de restaurantes para que pudiera ir a cenar. Lugares bastante exclusivos y lejos del ojo de los reporteros para mi tranquilidad, así que elegí uno basado en el antojo de comida marina que tenía, aunque no me apetecía ir a comer sola, tome mi teléfono y llame a Dove que ya estaba de vuelta de su viaje para pasar el tiempo con una buena amiga.

-Dios santo... Amelia llamándome ¿a qué se debe este milagro? - Dove se ríe al otro lado de la llamada

-Andas de buen humor Dove -respondo mientras me maquillo - Estoy en LA por cosas de trabajo, tendré la noche libre y quería saludar a la princesita de Disney e invitarla a cenar.

-Uy... Lo siento hermosa, pero ya tengo planes para esta noche y no podré aceptar tu invitación - Me parece que soledad si será mi compañera esta noche - si me hubieras dicho con más tiempo no le hubiera comprometido.

-Tranquila Dove, si ya tienes planes no hay de qué preocuparse - checo de nuevo mi teléfono y reviso el mensaje de confirmación de mi reserva para el restaurante - podremos comer mañana si aún no me he ido de la ciudad- Eso fue una mentira, si puedo mañana mismo me estoy largando de Los Ángeles - disfruta tu noche.

Termine la llamada y ya lista, tome las llaves de mi auto en dirección al restaurante.

El camino fue silencioso, a pesar de la música sonando de fondo mi mente solo se limitaba a ver las calles y tratar de ahogar cualquier pensamiento intrusivo que me desviara de mi destino.

Al llegar al restaurante, confirmé mi reservación y fui escoltada hasta mi mesa, pero en el camino soy interceptada por una pelinegra bien conocida, aunque para nada esperada.

Destino InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora