A prueba

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– Narra Amelia:

– ¿Ya tienes todo? – pregunto a Scarlett que sostiene una bolsa llena de golosinas – no entiendo cómo es que se te antoja todo eso a esta hora.

Yo había llegado a la casa y estaba sentada en el piano tocando al lado de una copa de vino.

– Lo que yo no entiendo es cómo fue que le dijiste a Hailee que viniera a tu casa después de lo que me contaste – se burla de mí con una sonrisa en su rostro – La Niña se juega una de tóxica y tú la recompensas dejándola venir a ti – ni yo entendía por qué hice eso – sabes muy bien que ella no puede emitir dos palabras porque te derrumbas a sus pies. No es lo más inteligente que has hecho hasta ahora.

Lamentablemente la pelirroja tenía razón, no debí hacer eso y mucho menos después de haber descubierto que Hailee me estuvo siguiendo y espiando mientras cenaba con Regina. Que por Dios, solo fue una cena de amigas, después de lo qué pasó entre nosotras hicimos una buena conexión y quedamos con una linda amistad, me siento cómoda con ella y ella necesitaba a alguien con quien pudiera hablar sin miramientos y eso hice.

Pero me lleve la sorpresa en mitad de la cena que la castaña me había seguido y no estaba sola, cosa irónica, estaba con Madelyn, la persona que básicamente está en una búsqueda constante de mi atención esperando que una relación surja, pero ahí estaban las dos y no me quedo de otra que darles una lección. Sabía que Regina como mujer coqueta al fin y buena amiga me iba a ayudar, así que le pedí que fuera lo más cariñosa posible y eso hizo. Se que a ninguna les agrado la situación es más hasta podría decir que salieron dolidas, pero se lo buscaron.

Ahora, en un momento de estupidez se me ocurrió escribirle a Hailee para hacerle saber que había metido la pata y al final le termine dando lo que ella quería su bendita conversación. Pero tampoco me puedo engañar, yo también quería esa conversación quería saber bien la historia detrás del idiota con el que ella según anda saliendo, me quise hacer la dura y le dije que podríamos hablar luego de la fiesta de mis hermanas, pero aquí estoy, nerviosa y arrepintiéndome porque se soy capaz de hacer una mayor estupidez.

– Al menos no se lo dejes en bandeja de plata, tienes que asegurarte de que ella diga la verdad y que quiere volver contigo por las razones correctas – la pelirroja se dirige a la salida – no quiero que salgas herida de nuevo... ah, hoy me voy a quedar con Francis, así que no te cohíbas. Habla lo que tengas que hablar y si quieres un poco más.

La pelirroja se dio la vuelta riendo e iba en dirección a la salida cuando el timbre de la casa suena anunciando la llegada de la castaña, pero decidí ignorarla ya que mi amiga abriría la puerta, mientras que seguía enfocada en la melodía que estaba produciendo en el piano.

Una vez Hailee llega a la sala, corto la melodía y me pongo de pie tomando la copa de vino y me voy hacia el sofa, en el cual me siento tratando de disimular mis nervios con mi mejor postura de perra prepotente.

– Hola... – Hailee saluda de manera timida – espero haber llegado a tiempo.

– Si, lo hiciste – digo acomodándome lo mejor posible en el sofa, tratando de que mis manos no delaten el nerviosismo – muy bien... si tanto quieres hablar pues, hablemos.

Ella se toma unos segundos para hablar, se que esta pensando muy bien lo que va a decir y me parece lo mas inteligente de su parte.

– Amelia yo... – Dice titubeando, pero quiero que empiece a hablar de una vez los nervios me carcomen – quiero pedirte algo antes de empezar esta conversación.

–No creo que estes en posición de estar pidiendo cosas – doy un trago largo a mi vino espero que no me pegue antes de terminar la conversación – pero esta bien. ¿Qué quieres?

Destino InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora