Preparaciones.

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-Narra Hailee:

Despierto bien temprano en la mañana, hoy sería un día bien ocupado y debía estar en el estudio de grabación para reajustes de diálogo sobre la película de Spiderman que sería estrenada en junio. Me levanto con un poco de pereza y mientras hago mi rutina diaria de cuidado reviso las noticias y mis mensajes, dándome la sorpresa que Amelia me dejó uno anoche ya cuando me encontraba dormida.

"Ami❤️👸🏻: hola hermosa, espero que hayas descansado bien, llámame cuando despiertes. Necesitamos hablar, sucedió algo anoche."

Al ver el mensaje, no perdí mucho tiempo e hice la llamada esperando que Amelia estuviera despierta por la hora.

– Hola ¿Ami? ¿Te desperté? – pregunté algo ansiosa.

Buenos días. No, tranquila. Parece que viste mi mensaje – usa un tono broma – pero es bueno que llamaras, quería ponerte en aviso antes que pase algún malentendido.

– ¿Que sucede? ¿Todo está bien? – la angustia me tenía al borde.

Todo está bien, solo que... – una voz femenina algo familiar evita que siga y llama mi atención – dame un segundo Lee.

De fondo escuchó como Amelia daba indicaciones a la persona que la acompañaba de donde tenía una toalla y un cambio de ropa nuevo. Me parecía extraño porque no se trataba de nadie de su familia o amigos.

Ok volví, como te decía estoy bien solo que anoche después que todos se fueron alguien llego a la casa de imprevisto – comenta tranquila calmando un poco mis nervios – y esa persona fue Dua.

– ¿Entonces la persona que se escuchó ahora fue ella? ¿Durmió en tu casa? – por fin entiendo cuando ella dijo que no quería que se generara un malentendido.

Si, anoche durmió acá y no sabes cómo estaba cuando abrí la puerta y la encontré parada en la entrada empapada de la lluvia – suelta un ligero suspiro.

Haciendo un recuento de lo que Amelia me contó, anoche Dua fue a visitar a su novio Anwar, quien vive cerca de casa de Amelia y pasó algo bastante desagradable. Dua consiguió a su novio con otra en la cama y terminó por salir corriendo de su casa y por mala suerte su vehículo se accidentó en medio de la lluvia. Lo bueno fue que ella recordó que Amelia había dicho que vivía cerca de la casa del chico, así que en medio del diluvio se aventuró dando con la casa de la pelinegra y terminó pidiendo ayuda.

– Vaya, me siento mal por ella – se lo que se siente estar en sus zapatos – no es fácil pasar por algo así. ¿La vas a ayudar?

Pues no hay mucho que yo pueda hacer, la voy a dejar con Sebastián y yo me iré a la empresa, tengo un par de reuniones a las que debo asistir – hace una pausa para atender a Sebastián que parece haber llegado – si quieres nos vemos esta noche y te cuento con más detalle que paso, además, tengo antojo de unas hamburguesas ¿Qué dices?

Acepte felizmente su petición y terminamos la llamada para que cada una se ocupara de sus cosas.

Me pareció lindo que me tomara en cuenta apenas sucedió lo de Dua, quiere decir que esta tomando en serio su palabra de reconstruir la confianza entre nosotras, eso es algo que me da calma y quiero pagarle de la misma manera. Quiero que ella confíe en mi como lo hacía antes.

Todo lo que ella hizo inconscientemente dibujo una sonrisa en mi rostro, ver que estábamos dispuestas a recuperar lo nuestro y avanzar había hecho mi mañana completa.

Ese mismo día, a la noche. Amelia y yo nos reunimos y fuimos a comer como ella había querido un par de hamburguesas en el lugar donde fuimos a comer en nuestra primera salida, cuando justo empezamos a salir, pero nos tomo por sorpresa encontrarnos a Francis, el mejor amigo de la pelinegra entrando en el local tratando de no ser visto.

Destino InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora