Extra I (La historia de Campanita)

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Bueno ¿Cómo podría iniciar esta historia? Se que muchos se preguntan de donde saqué a mi asistente, como lo conocí exactamente y en qué situación ese ser termino trabajando para mí y la verdad es que ni yo sé cómo fue que alguien como el, tan... especial termino jurándome una lealtad que hasta el día de hoy se ha probado ser inquebrantable, pero vamos desde el principio para que conozcan su historia.

Como ya ustedes saben hubo una pequeña (no tan pequeña, fueron varios años. Como unos 5 para ser exactos) donde estuve con mi madre trabajando en su equipo "táctico especial" y era muy común que se nos enviara a hacer misiones de rescate o deshacernos de manera silenciosa de personalidades muy peligrosas que a veces a los gobiernos de muchos países se les complicaba llegar a ellos para "solucionar el problema" y todo arranca ahí. En una de las tantas misiones que yo creía que sería un día más en la oficina pero que resulto ser una de las más complicadas y extrañas situaciones por mucho de toda mi vida.

En ese entonces me encontraba en Londres, tenía ya unos 24 años y estaba en mi trabajo siendo testigo de una de las escenas más bochornosas de la vida de uno de nuestros socios, el cual estaba siendo increpado por su esposa por haber sido descubierto engañándola con su secretaria.

– ¡¿Cómo te atreviste a hacerme esto Chris?! ¡Después de todo lo que te he dado! – Grita la mujer aventando un florero que sale disparado desde el interior de la oficina aterrizando en medio del pasillo – y no podía ser con alguien mejor, noooo... tenía que ser con la insípida de tu secretaria.

La esposa de Christian, Jane, una mujer de unos treinta y tantos bastante bella y con una reputación intachable sale de la oficina seguida de su esposo el cual quiere desesperadamente excusarse por su comportamiento mundano diciendo cualquier cantidad de mentiras para salir ileso, ambos en dirección a la pobre secretaria que había caído en los juegos de promesas vacías y encantos del casanova de Chris sin saber que hacer más querer sentirse ofendida por las palabras de la mujer de su jefe.

– Señora Colombus, me hace el favor y me respeta – responde la chica tratando de ser firme – sé que lo que sucedió está mal, pero no hay necesidad de ofender a nadie.

–¿Qué te respete? ¿A caso eres estúpida? – Jane se enerva más al escuchar a la chica de unos 22 años, porque si, a Chris le gustaban más jóvenes que el... por mucho – No puedes pedir respeto cuando en primer lugar la que no se ha respetado así misma eres tú mocosa, cayendo en la sarta de mentiras que este imbécil te ha dicho.

La chica se queda estupefacta al escuchar a la mujer que está tratando de controlarse pero que se le dificulta con cada segundo que la conversación (mentira esto es un show) transcurre.

– ¿Sabes las cosas que me ha dicho este hombre sobre ti? ¿Tienes idea, si acaso como él llegaba diciendo todas las noches que eras una inepta, bruta y poco capaz? – En ese momento Chris lo supo, estaba acabado.

De lo que pronto era una pelea marital de una pareja de matrimonio se volvió en una persecución de dos mujeres furiosas en contra del estúpido sin escrúpulos en medio de los pasillos de la compañía de mi padre.

– Parece que te diviertes – Siento la voz masculina de mi hermano menor aproximándose viendo el espectáculo – ¿Qué se supone que hizo Chris esta vez?

– Lo de siempre, pero esta vez con la secretaria – le respondo señalando divertida con la situación. Algo que Jane no sabía (o lo ignoraba apropósito) es que su esposo tenía una lista bastante larga de amantes y que todo el mundo estaba enterado de ello porque el señor nada discreto era.

– Vaya que descuido, pero debo admitir que tiene buen gusto el viejo. Su secretaria es atractiva – voltea viéndome para saber mi opinión y obvio que estaba de acuerdo, la chica de por si era linda.

Destino InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora