Noches Tranquilas

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~•~•~• CAPÍTULO VEINTIUNO •~•~•~

SAÚL

MAYRIN:
Como no recibí noticas tuyas desdé el partido creo que eso es tu respuesta. Pero quiero decirte que me gustaría verte una última vez, hay cosas de las que me gustaría hablar contigo. Espero aceptes.

Su mensaje me llegó justo cuando llegue a casa de Iliana, no quise responderle hasta llegar a mi casa, no quería arruinar mi cita con ella. Ya tenía bastantes cosas en mente y si me ponía a pensar en una mas iba a explotar.

Esta noche Iliana yo dejamos claro que ambos estábamos buscando lo mismo, tal vez tenía luz verde para hacer con ella todas las cosas que tenía en mente. Me gusto pasar la tarde con ella, tener un momento para hablar de nosotros. de nuestras vidas y su próximo evento. Estar con ella me brindaba esa paz y tranquilidad que yo buscaba desde hace tiempo.

En cuánto llegue a mi casa, baje del carro y tome el cuadro que Iliana pinto hoy, no éramos los mejores pintores pero no salió mal. Su pintura era un cielo con nubes y dos estrellas, lo pondría a lado de mi cama. Entre a casa y no escuché ruido, así que fuí directo a la cocina. Saqué una botella de agua del refrigerador y le respondí a Mayrin.

SAÚL:
Pensé que escribirte no serviría de nada, yo tenía mi desición tomada y no te involucraba en ella.

Abrí la botella de agua y me recargue en la barra. En cuanto comencé a beber no tardo en llegar su respuesta.

MAYRIN:
Yo creí que no responderías, la verdad no busco causarte problemas Saúl, solo quiero verte y hablar contigo.

SAÚL:
Esta bien, ¿Cuando y dónde?

MAYRIN:
¿Te parece bien el martes? Y pues vayamos al café que esta cerca de mi casa, donde siempre íbamos juntos.

SAÚL:
Esta bien, me mandas mensaje para decirme la hora.

MAYRIN:
Gracias Saúl , descansa.

Ya no quise responderle por que sería darle más motivos para que me escriba. No se que es lo que quería decirme pero esperaba que no fuera nada malo.

Apagué todas las luces de la casa y subí a mi habitación, pase por la habitación de Jacobo y toque a su puerta.

─Ya regrese.─le grite desde el pasillo.

─Si, no molestes.─ respondió gritando. Negué con la cabeza y me reí.

Al entrar a mi habitación encendí la luz y comence a desvestirme. Deje todas mis cosas en la mesita de noche y entré al baño, puse mi ropa en el cesto de la ropa sucia y me lave los dientes. Cuándo regresé al cuarto tome el pantalón de pijama que deje doblado en la cama y me lo puse. Me estire un poco y apagué la luz, jale las cobijas y me metí en la cama. Estando ya acomodado busqué el número de Iliana y la llame, ella tardo unos segundos en responer.

─Dame dos segundos me estoy lavando los dientes.─su voz se escuchaba chistosa.

─Esta bien.─me burle de ella y observe mi cuarto.

─Cuentame, ¿Si encontraste bien tu casa?, ¿No hubo peligro?.─evidentemente tenía la boca llena de pasta.

─Sii, Jacobo aún esta ocupado, pero mi casa no sufrió daños. ─ escuché como se enjuagaba la boca.

Por La FamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora