Regalos

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°~°~ CAPÍTULO TREINTA Y DOS ~°~°

Ser la novia de Saúl tenía ciertos beneficios y más últimamente. Cuando regrese a mi casa, Helen me dio unos paquetes que habían llegado a la casa. Junto con ellos venia un sobre de parte de Antony.

Tú relación falsa ha comenzado a dar sus frutos, varias marcas te han contactado para colaborar contigo y les hagas publicidad, también te han invitado a varios eventos. Aparecer públicamente en estos eventos con el te abre muchas puertas. BIEN HECHO!

Saúl y yo quedamos en vernos mañana en la noche, era la fiesta en casa de sus amigos, nuestro último evento juntos, antes de que se fuera de viaje. Todo esto era bueno y tenía que disfrutarlo pero había algo que me impedía emocionarme.

─El sabe que ella te contacto.─pregunto Antonella cuando le mostré el mensaje.

En cuanto termine de cenar con Saúl y su familia le escribí a Antonella y la invite a dormir, necesitaba hablar con alguien de lo sucedido por que no me sentía tranquila, no podía quedarme de brazos cruzados.

─Si el lo sabe. Estábamos comiendo con su familia cuando me llego ese mensaje.

─¿Y tu sabias de esta salida entre ellos? .─ no dejaba de mirar mi celular.

─Si, el fin de semana que estuve en su casa su padre fue a vernos y ahí se dijeron cosas, el le dijo algo de una inauguración y que ya se había visto con ella, yo tuve que fingir que sí sabía, para no dejar mal a saúl. Cuando se fue eso obvio provocó una pelea porque él me oculta cosas con su ex. Me habló de ese dia y por que se vieron. ─le explique los acontecimientos del fin de semana.

─Ella no sabe que tu sabes sobre todo esto, es obvio que te quiere hacer enojar.─me devolvió mi celular.

-Si eso ya lo se, pero no entiendo cual es su motivo. -me recosté a su lado.

─Bueno, en mi opinión hay personas que cuando tienen algo no lo quieren, pero cuando alguien más lo tiene, se arrepiente de no haberlo aprovechado y ahora lo quieren recuperar.─se veía pensativa.─ Yo creo que quiere recuperar a tu novio ficticio.

─Si respecto a eso, ya no es mi novio ficticio.─le dije y esperé su reacción.

─¡QUEEEEEEE!.─si no habia grito, no había sorpresa.─¿Por que no me habías dicho nada?, De verdad que desde que pasas todos los días con el ya no me haces caso.

─Estuve ocupada, no podía llamarte o mandarte mensajes todo el rato.─me recosté a su lado.

─Bueno si estar en su cama, envuelta en sus sábanas es estar ocupada para ti, esta bien lo entiendo.─se burló de mí y se levantó de la cama y comenzó a revisar todos mis cajones.

─Por dios Antonella.─me tape la cara con la almohada por pena.

─Di que no estoy en lo correcto.─como me quede callada, ella volvió a la cama.─Yo sabía que estaba en lo correcto, aun recuerdo que me dijiste que tu primera noche con él fue un once. ¿Aun opinas lo mismo?

─No, he cambiado de parecer.─seguí hablando con la almohada en la cara,

─Y son buenas noticias o ahora son malas.

─Ya no es un once.─espere a que dijera algo pero no dijo nada, me daba pena mirarla.─ Le doy un veinte, la verdad.

─¿Qué estuviste haciendo en su casa todo el fin de semana Iliana?─se levantó de golpe y me quito la almohada de la cara.

─Pues pasar el tiempo con él, conocer al bastardo de su padre, conocer a su mejor amigo y pues salir a comer.

─Conocer mejor su cama, ¿También no? ─me lanzó la almohada.

Por La FamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora