Comida Familiar

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~•~•~•~• CAPÍTULO TRECE •~•~•~•~

SAÚL

No sabía si Iliana estaba enojada y solo me estaba dando el avión, la verdad solo quería pedirle perdón por decirle que se fuera. Todo hubiera sido mas facil si tuviera su número y hubiera podido llamarle, asi hablaríamos mas fácil. Pero desgraciadamente me toco una persona orgullosa y terca.

Asi que lo único que me quedo fue escribirle mensajes, explicándole que Mayrin era así, yo la conocía mejor que nadie. Le escribí que me perdonara, sabía que lo de Mayrin era un juego de provocaciones, y el primer objetico era Iliana.

Su mensaje de tan amigos como siempre no me lo creí, probablemente detras de ese tan amigos como siempre estaban ocultas las mil groserías que me quería gritar.

A primera hora del domingo recibí un mensaje de mi madre invitandome a una comida familiar, esas comidas familiares nunca me habían gustado, solo existen cinco minutos de tranquilidad y despues empieza el caos.

En cualquier día me hubiera negado, pero ya había pasado un año desde la última vez que vi a mi madre, además tenía otras cosas que hablar con mi padre.

Una regla estúpida que existía en estas comidas, era usar traje. No tenía problema, pero aún así era innecesario. Aún así, me arregle y salí directo para aya. Sabía lo que me esperaba al llegar, pero esta vez, no quería meter a mi madre en esto.

Cuando llegue a la casa de mis padres, estacione el carro en la entrada y pude reconocer el carro de mi hermano, era obvio que estaría aquí pero solo por trabajar junto a mi padre tenia que venir y no podía desaparecer como lo hice yo.

Bajé del carro y camine hasta la puerta, ni siquiera logré tocar el timbre cuando la puerta se abrió de golpe.

─Saúl, cariño. ─dijo mi madre tan alegre que creí que lloraría.

─Mamá, a mi también me da gusto verte ─dije incómodo.

─Te abrazaré yo por que esperar que lo hagas tu, me haré mas vieja.─dijo mientras me abrazaba y me llenaba de besos.

─Mamá ya por favor. ─quise alejarme de ella pero me costo.

─Llevo como un año sin verte, tengo el derecho de abrazarte todo el día si yo quiero. ─se quejo.

No dije nada y me quedé quieto esperando que terminará, cuando se canso y me solto, pude respirar otra vez.

─Ayer ví tu partido, me gusta verte en ese equipo. ─dijo cuando ambos entramos a la casa y cerró la puerta.

─Enserio, no te imagino siendo admiradora del equipo. ─le ofrecí mi brazo para que se agarrara de mi y poder caminar juntos.

─No soy admiradora del equipo, soy admiradora tuya, vi cuando metiste dos goles. ─dijo muy alegre. ─Estoy muy orgullosa de ti.

─Gracias mamá.─dije con verguenza. La verdad desde la pelea de hace un año nunca esperé que mi madre me dijera eso.

─Tu padre me dijo que tu y Mayrin ya no estan juntos, ¿eso es verdad?. ─bajo el tono de su voz.

─Si, es verdad. Yo cometí errores y ella también, lo mejor fue separarnos. ─tambien baje la voz cuando note que estábamos cerca de la sala donde nos reuníamos.

─¿Errores muy malos? ─me miro mi madre sorpendida.

─Asi es, no podemos estar juntos despues de todo eso.

─Si quieres un día voy a verte y platicamos, aquí no podemos. ─dijo mirando la entrada de la sala. Eso me molestaba que ni en su propia casa pudiera hablar de lo que ella quisiera.

Por La FamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora