(💥🧠🏃🏻...) Run Or Die
━━━. ❝Les quitaron sus recuerdos. La enviaron al Laberinto por haber traicionado directamente a CRUEL. Se convirtió en una corredora bipolar. El fue enviado por la misma manera: una traición. Ambos se reencontraron nuevament...
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Thomas se fue a la cama con la imagen del rostro de Ben atormentándolo. Qué diferentes serían las cosas si no fuera por él. Casi se había convencido a sí mismo de que estaría totalmente contento y ansioso por aprender sobre su nueva vida y lograr su objetivo de convertirse en Corredor. Casi. En el fondo sabía bien que Ben era sólo uno de sus muchos problemas. Pero ahora ya no estaba, había sido desterrado al mundo de los Penitentes, allá donde conducían a sus presas, víctima de quién sabe qué tratos inhumanos. No podía imaginarse cómo sería salir de esa manera, pero a juzgar por los últimos momentos de Ben, aullando y escupiendo como si estuviera en medio de un brote psicótico, ya no ponía en duda la importancia de la regla del Área que decía que nadie debía entrar al Laberinto salvo los Corredores, y aun ellos, sólo durante el día. Ben ya había sido picado una vez, lo que significaba que sabía quizás mejor que nadie lo que le esperaba. Un estremecimiento le corrió por el cuerpo. Cuanto más lo pensaba, más dudaba de que ser un Corredor fuese una buena idea. Pero, inexplicablemente, ésa seguía siendo su meta.
Cerro los ojos, esperando eliminar la imagen de Ben y soñó.
—¡Tienes que comer, Thomas—exclamó una voz femenina. Una chica delgada, alta, pelinegra de hermosos ojos azules, lo miraba fijamente desde el otro extremo de la mesa—. Si ella descubre tus sentimientos por Cassie, va a borrarte la memoria.
Él no emitió sonido, no se esforzó para hacerlo. Ella suspiro frustrada, llevo una mano a su sien, parecía molesta por su actitud. Podía ver su reflejo en el espejo situado detrás de la chica, se veía demacrado, tenia hematomas dispersos en toda la cara, ojeras adornaban sus párpados, la barba de tres días era notoria y se veía delgado. No era nada sin su hermosa rubia.
—Llevas dos semanas así, Thomas. Ella no va a regresar mágicamente. Tienes que cumplir con la promesa, debes proteger a Whitney y yo te ayudare.
—No quiero tu ayuda—masculló apretando la mandíbula—. Whitney es mi responsabilidad, Cassie no te hizo prometer nada.Vete, necesito estar solo.
—Tom...
—No me llames así. Solo Cassie puede hacerlo y no eres ella—contestó bruscamente, se puso de pie asustando a la chica—. ¿Fue ella la que te mando a vigilarme?
Ella negó, retrocediendo. Thomas ladeo la cabeza, analizando severamente a la pelinegra, para verificar que no estuviera mintiendo. Avanzó dos pasos y ella dio los mismos pasas hacia atrás, temerosa.
—Nadie me envió a vigilarte—tartamudeo, el aire se quedo atorado en su garganta en el instante qué Thomas la estampó contra la pared, acorralándola—. Solo quiero que estés bien y ya.
