Prologo

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Nací en _____(tu país). Siendo la última hija de una pareja de no más de treinta, hermana menor de unas gemelas que recibieron el nombre de Evelyn y Eva ____ (tu apellido), dos años mayores que yo. Mi vida fue tranquila y pacífica durante gran parte de mi infancia, pero todo mi mundo se fue abajo cuando unos ladrones llegaron mientras yo estaba en mis clases de artes. Al parecer habían vigilado mi familia durante varios días y su plan sólo era llevarse lo de valor, pero las cosas se complicaron cuando vieron a mis padres... y aún más cuando encontraron a mis hermanas en el dormitorio, pues ese día no tenían práctica de fútbol. Era más que obvio lo que debían hacer... Y me dejaron sola, sin ellos.

Ya que no tenía más familia decidieron llevarme a un orfanato del que no recuerdo el nombre. La vida allí jamás fue buena, había mucho maltrato, poca comida y varias bocas que alimentar, los recursos siempre fueron limitados y los encargados nos hacían trabajar a escondidas.
Así que, al ver lo mala que era mi vida, me refugie en los estudios y las artes plásticas, reservándome solo a estos y perdiendo todo lazo sentimental con la gente a mi alrededor. No quería saber nada del mundo que me había arrebatado todo.

Me volví tan buena en la pintura y la escultura que cuando estaba a punto de entrar a la preparatoria recibí una carta proveniente de Japón, al parecer había sido aceptada para entrar a "La Academia Privada Esperanza". Me resultó extraño y un poco sospechoso ver que entre a una escuela que no conocía, pero todo temor se disipó al ver que estaban dispuestos a pagar el vuelo del avión y todos los gastos que requería mi persona para vivir allí.
Puse manos a la obra. No iba a perder la oportunidad de salir de este maldito lugar y si el destino me había dado la ocasión perfecta para escapar e irme al otro lado del mundo ¿Por qué desperdiciarla?.

Mi nombre es ___ ____ y soy lo que llaman "Súper Artista Plástica de Secundaria".

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Y allí estaba, parada frente a un enorme edificio. Tuvo que alzar lo más que pudo la mirada para intentar ver hasta donde terminaba esto, pero le dio la impresión que el último piso podía tocar las nubes en el cielo. Suspiro pesadamente, intentando no sentirse nerviosa ante el nuevo escenario. Se sentía tan pequeñita, allí, sola... Pero no debía intimidarse, solo era una escuela.
¿Qué es lo peor que podría pasar? Se preguntó a sí misma.

- Aquí vamos -dijo para sus adentros con la esperanza de darse ánimos.

La joven tardó un par de segundos en hacer que sus pies se movieran pues se rehusaban a hacerle caso. Pero en cuanto piso la entrada sintió una descarga eléctrica por su cuerpo, su vista comenzó a nublarse y darle vueltas hasta que ya no pudo más. Todo se tornó oscuro.

Esperanza y fe (Rantaro Amami y tú) DANGANRONPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora