Capítulo 10

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Me importas.

La chica sentía como sus pulmones se iban llenando de agua, como la vida se le escapaba en un suspiro al igual que sus fuerzas, más pronto que tarde dejó de manotear dejando que su peso la llevaran al fondo de la alberca. Sin poder impedirlo sus ojos comenzaron a cerrarse, casi al mismo tiempo que escuchó un ruido en el lugar, opacado por la enorme capa acuática que los separaba. Su conciencia capto un sonido más, apenas un susurro, pero ya estaba inconsciente.

La punta de los pies de la chica tocaron el frio suelo de la piscina, amenazantes a dejar caer de completo su planta y después el resto de su cuerpo, no lo lograron con éxito pues alguien ya estaba a su lado, tomándola del brazo más cercano para sacarla a la superficie y llevarla al suelo plano. Su fuerza era bastante sorprendente como para cargar el cuerpo de la chica, recostándola en la, ahora mojada, orilla. Se posicionó a su lado y rápidamente llevó su oído al pecho de la de tez ___ notando que su corazón ya no latía.

Sin perder tiempo colocó sus manos en donde estaba su cabeza con anterioridad, haciendo bajar por instantes su agarre. Al ver que no respondía siguió con darle respiración artificial.
La nadadora escuchó el clic que hacia la puerta al pasillo, alguien había entrado al salón pero no le importo, siguiendo con el intento de revivirla.

- ¿Asahina? la llamo confundido, acercándose a paso lento a ella

- ¡___! -gritó una voz ronca pero afeminada a sus espaldas al reconocer a quien estaba acostada.

Se apresuraron a llegar a ellas, limitándose a ver en primera fila la escena.
Sakura estaba realmente preocupada por la artista, pero Amami era otra cosa.
Sintió como hormigueaba con fuerza su estómago al mismo tiempo que en su interior se instalaba un sentimiento parecido al que experimentó cuando había visto la grabación de su familia que le había proporcionado Monokuma.
Era una situación similar.

- ¿Qué ha pasado? -pregunto con el alma en un puño. Oscilando su mirada entre la morena y la bailarina.

- No lo se... -murmuró entre dientes la chica pues le costaba responder, toda su fuerza la estaba utilizando en reanimar a ___- Cuando llegué ella ya estaba bajo el agua.

Los estudiantes observaban a su amiga, como su cuerpo subía y bajaba bruscamente gracias a Asahina. Su cabello estaba mojado al igual que el resto de su cuerpo, con pequeños mechones que se había pegado a su rostro, sus ojos sellados por sus pestañas humedecidas y sus labios entreabiertos.

Sin poder evitarlo se reunieron las lágrimas en los ojos de Amami, creando una capa que nublaba su vista, al mismo tiempo que su corazón y su respiración tomaban el mismo ritmo tan acelerado, su garganta empezó a arder y sus músculos a temblar.
Por su mente cruzó la posibilidad de que ella estaba muerta, que ya no había nada que hacer, se lo gritaba su lado razonable pero era callado al instante por una voz soñadora e ilusionada por que todo eso fuera mentira. En ese instante se dio cuenta de lo importante que se había vuelto la chica para él y, sin saber por qué, no se podía imaginar cualquier futuro sin ella.
Se volvió dependiente de ___, y para ser sinceros, le encantaba la idea.

- ¿Puedes... -habló, pero la palabra apenas y la logró escuchar él, había tantos sentimientos reunidos en su interior que tuvo que carraspear para no romper la voz- ¿Puedes hacer que despierte?...

- Eso intento -prometió la nadadora.

Pasaron los minutos en silencio, escuchándose solo el ruido que hacía Asahina por sus esfuerzos. Rantaro y Ohgami se limitaban a observar, y el chico le pedía a todo santo que conocía que por favor su amante no lo abandonara. Y como si ellos lo hubieran escuchado, cumplieron su plegaria.

Esperanza y fe (Rantaro Amami y tú) DANGANRONPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora