Capítulo 18

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Traidora.

Las rejas lentamente eran elevadas para darles acceso al cuarto piso. No era muy diferente a los demás, a excepción de la iluminación que era verde.
Siete alumnos estaban parados frente a las escaleras que los conducirían a la nueva área. Todos ellos tenía prendidos sus manuales, manteniendo abierta la pestaña del mapa, para que les fuera más fácil andar por la zona desconocida.

El ambiente emocional había mejorado considerablemente, aunque no había ninguno de ellos que no despertara asustado en medio de la noche ante el más mínimo ruido o pesadilla.
Las consecuencias de su encierro y la constante exposición a la muerte estaba dejando daños irreparables.

- Togami y Fukawa deberían estar con nosotros en momentos como este -se lamenta Asahina al notar que el grupo comienza a quebrarse un poco.

- Creo que ellos se abstienen de tener cualquier contacto emocional con las personas dentro de este lugar. Es mejor no preocuparnos mucho por ellos -trata de darle ánimos Amami.

- Ya se...

- ¿Qué sucede, Naegi? -le pregunta Ohgami al percibir que lleva mucho rato mirándola.

- O-Oh, nada -le sonríe con algo de nerviosismo, aunque es su costumbre.

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El primer cuarto que revisaron fue la sala de profesores, que estaba amueblado con dos grandes mesas creadas para servir de escritorio a doce profesores. Parecía bastante elegante, sobre todo por las flores naranja que adornaban.
El salón de música era un pequeño anfiteatro con un piano. Nada que fuera realmente interesante. Y en cuanto al Procesador de Datos y la Oficina del Director, estaban cerrados, convenientemente al ser los dos cuartos más importantes de toda la Academia.

La última aula revisada fue el salón de química. Este tenía mesas con lavamanos en cada una y un enorme pizarrón, pero lo que más llamó la atención fue el estante del rincón, en él habían bastantes sustancias de nombres raros.

- ¡Mira esto! -la morena saca un recipiente, extendiendolo a su amiga- ¡Prodolmen X, uno de los mejores suplementos de proteínas!.

- Ten cuidado, Asahina. Aquí también hay veneno -le alerta con seriedad. Este comentario captura la atención de ___, que se acerca al mostrador con curiosidad.

- ¿En serio? -murmura, tocando con sus dedos el mentón mientras da una rápida mirada a los líquidos, deteniéndose en uno- ¡Ay, miren! -señala con el dedo el contenedor- Este químico se utilizó una vez en una de mis clases -recuerda con alegría, dando una sonrisa- pero uno de mis compañeros se quemó al combinarlo con otro elemento... Quedó muy lastimado... -concluye, dándose cuenta que no terminó tan bien como empezó el relato.

- Muy bonito recuerdo, ___ -comenta Rantaro mientras observa la ducha del salón.

- Si... Creo que lo mejor es apartarme de todo esto -da una última vista, solo que temerosa, al estante, retrocediendo un par de pasos antes de irse de allí.

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La artista se deja caer sobre la silla, haciendo algo de ruido al jalarla de la mesa. Todos se mantienen en el mueble principal, completamente en silencio al no haber avances sobre la información de la escuela o alguna forma de salir.

- ¿Algo interesante? -les pregunta la chica, queriendo entablar alguna plática.

- Ninguna. -suspira con cansancio Hagakure- No pudimos encontrar nada, viejo -en respuesta hace un puchero al ver que todos tienen las manos tan vacías como ella.

Esperanza y fe (Rantaro Amami y tú) DANGANRONPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora